Cómete un bicho. Es lo que te propone en España de forma pionera la cadena de alimentos Carrefour, que permitirá que la marca francesa Jimini´s coloque en sus stands gusanos, escarabajos y grillos de aperitivo.
Escarabajos Special K: los insectos se venden ya en varios formatos alimenticios, como snacks fritos con chili picante o a las finas hierbas (y por un módico precio de 500 euros el kilo, más caro que el Jabugo), a modo de harinas de insecto con las que aderezar tus platos, como salteado que aderece tus cereales o incluso, como ya han prometido desde Jimini’s, un futuro filete de carne de insecto.
Un alimento vetado: la Unión Europea no permitía la comercialización de bichos hasta enero de 2018, aunque los españoles más mayores recordarán haberlos podido comprar alguna vez en selectos puntos de España, ya que la ausencia de legislación en este asunto permitió durante un tiempo venderlos.
Ya has podido tragarte alguno que otro: y no nos referimos a la mosca que entra a nuestra boca distraída. Algunos análisis alimentarios han encontrado restos de proteína animal en las harinas que comemos habitualmente. El culpable es el gorgojo, que adora vivir entre estos polvos. La legislación tolera su presencia siempre que esté en unos mínimos porcentuales.
Te lo dice la FAO: la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura protagonizó titulares hace unos años cuando se difundió en la prensa su recomendación de que comamos bichos. “Tienen muchas proteínas, grasas, calcio y hierro”, decían. La realidad es que para zonas del planeta con escasez alimenticia comer estos animales puede ser un acto de supervivencia.
Gastro artrópodos: el asco a la hora de imaginarnos comer una cucaracha no es más que un prejuicio causado por nuestras costumbres, un tercio de la población del planeta los incluye en sus dietas. En Camboya estos insectos fritos son todo un manjar. Los gusanos de maguey en guacamole son un plato tradicional mexicano. En algunas zonas de áfrica se tuestan las cigarras y en regiones asiáticas puedes ver a niños merendando escorpiones. ¿Qué otro animal no deja de ser un bicho? La langosta.
Viscosos pero sabrosos: porque en realidad saben a bacon. O a cerdo, o a pollo, o a almendras según las personas que los han catado. Siguiente paso: coloca un grillo en tu paladar, cierra ojos y mandíbula y analiza tus sentimientos.
