El auge, caída y auge de GameStop, una de las tiendas de videojuegos más populares de Estados Unidos, ha provocado que un término bursátil regrese a la actualidad mediática: "invertir en corto". Se trata de un movimiento controvertido. Hace un año, la Comisión Nacional del Mercado de Valores prohibía las posiciones cortas en 69 empresas indexadas en la bolsa española. ¿Pero en qué consiste exactamente y cuáles son las implicaciones cuando muchos inversores apuestan por ella, como ha sucedido con GameStop?
Aquí van algunas claves.
Acción a la baja. Ganar dinero en bolsa cuando una acción sube es muy fácil. Basta con comprar acciones, esperar a que suban, y luego venderlas. La ganancia se obtiene de la diferencia entre el precio de compra y el de venta. Todo el mundo entiende como funciona este mecanismo, el más habitual en finanzas. Sin embargo también se puede ganar dinero cuando una acción baja, un proceso que opera de forma inversa y que por su naturaleza es más arriesgado.
Posiciones cortas y largas. Cuando alguien invierte esperando que una acción caiga se dice que está tomando una posición corta. En contraposición, cuando simplemente compra acciones esperando a que suban se dice que tiene una posición larga. En general las posiciones largas están bien vistas, pero las cortas no tanto. Por ello si alguien compra acciones masivamente hay que declararlo únicamente cuando llega a porcentajes importantes, mientras que las posiciones cortas hay que declararlas muy pronto.
Apostando a lo malo. El problema de las posiciones cortas es que se está apostando a que la acción va a caer. Esto suele implicar problemas para la empresa, despidos, cierres de fábricas y un largo etcétera. GameStop es un ejemplo muy evidente, tras un año de pérdidas por encima de los $275 millones. Hay algunas corrientes que dicen que las posiciones cortas pueden afectar a la empresa y provocar sus problemas. Otros, en cambio, piensan que las posiciones cortas no afectan a la empresa y que su viabilidad no se ve afectada por su evolución en bolsa.
Cómo hacerlo. Para ponerse corto lo primero que hay que hacer es lograr que alguien realice un préstamo de acciones. Esto es, el inversor corto tiene que pagar a alguien para que le preste las acciones de las que quiere ponerse corto durante un tiempo. Una vez que el inversor ha obtenido el préstamo de acciones, las vende. Luego espera que la acción caiga, las vuelve a comprar más baratas y se las devuelve a su dueño.
La ganancia viene de la diferencia del precio de venta y de compra (menos el coste del préstamo).
Es algo arriesgado. Por un lado tenemos el estrangulamiento (short squeeze), que ocurre si hay demasiados inversores cortos y no pueden recomprar las acciones y devolverlas a sus legítimos dueños. Y también ocurre que las pérdidas pueden ser ilimitadas: si alguien se gasta 10 euros en una acción lo máximo que puede perder son 10 euros; si alguien se pone corto en una acción de 10 euros y la empresa se dispara en bolsa no hay límite para las pérdidas (por ejemplo, si sube hasta los 100 euros, el inversor pierde 90 euros más el coste del préstamo).
Imagen: JJBers/Flickr
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