Aunque a muchos nos pueda parecer inconcebible a estas alturas de siglo XXI, aún hay muchas familias ahí fuera que siguen rechazando a alguno de sus miembros por su sexualidad. Que sigue siendo un problema, según qué contextos, que no encajen en el patrón de la heterosexual.
En la escuela Mgr-Desranleau de Bedford, Quebec, uno de sus jóvenes estudiantes se ha enfrentado recientemente a esta situación. Después de salir del armario y decirle a sus padres mientras cursaba la Cégep (una especie de etapa educativa preparatoria canadiense previa a la universidad) que era gay, éstos se han vuelto contra su hijo. Y lo peor de todo: como castigo han renunciado a apoyarle económicamente en sus estudios.
Al conocer la injusticia más de cien compañeros del joven estuvieron recolectando decenas de dólares durante semanas. Ayer, en un hermoso gesto, han querido entregarle un bote rebosante de dinero para sus futuros estudios: los menores de edad han logrado acumular más de 2.400 dólares.
La universidad pública canadiense es más barata que la estadounidense, pero muchos europeos nos podemos escandalizar sólo con sus precios. Las webs estiman los gastos necesarios para afrontar un curso en una universidad de rango medio en unos 6.000 dólares. Pese a la emoción y bondad que ha caracterizado el gesto de los estudiantes, ellos mismos saben que con eso no va a bastar para que este joven pueda afrontar su formación ni siquiera durante un primer curso.
Pero a la colectividad de su aula le ha seguido la de Internet. Gracias al tuit viral de Mendesstattoo (45.000 retuits en menos de un día y subiendo), una de sus compañeras, y a la web creada por Marc-Antoine Gadoury decenas de personas de todo el planeta están haciendo lo posible por ayudar a este chico, que aún se mantiene en el anonimato. Además, alguien que se ha identificado en la página como Jayden Smith (no confundir con Jaden Smith) ha hecho un donativo extraordinario de 2.000 dólares.
Muchos usuarios se cuestionan la verosimilitud del relato (es decir, realmente no tienen pruebas de que lo que estén contando en estas cuentas sea real), pero muchos anteponen el interés por ayudar al de revelar su identidad. 5, 10, 25 dólares para que al menos una persona no tenga que renunciar a una carrera por su sexualidad. Si nos fijamos en las cifras, la recolecta ha alcanzado unos 5.000 dólares, aún lejos de una matrícula universitaria pero más que suficiente para darle esperanzas al chico. Es casi seguro que lo vaya a conseguir.
En realidad, la historia de la homosexualidad y de la transexualidad está plagada de situaciones intrafamiliares parecidas. Como explican muchas de estas personas al tener que hablar de las dificultades de su vida, una de las lecciones que más se repite es la de que, para sobrevivir, hay que formar nuevas familias y redes de apoyo al margen de las oficiales. Que los más vulnerables, precisamente por ser rechazados, tienen que apoyarse férreamente los unos a los otros.
Por lo menos ayuda saber que para este estudiante esa protección le ha llegado desde todos los rincones del planeta. La intolerancia puede combatirse con amor.
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