Las bases de Esquerra Republicana de Catalunya votaron ayer la posibilidad de apoyar el gobierno de coalición planteado por PSOE y Unidas Podemos. ¿Qué votaron? Depende de cómo se desee interpretar tanto el contenido de la pregunta y de su respuesta. Hoy, los dos principales periódicos españoles, El Mundo y El País, difieren en su enfoque. Donde el primero observa un rechazo por defecto salvo que se cumplan ciertas condiciones; el segundo entreve un "apoyo" para la negociación.
Esta es la situación.
¿Qué dijeron? A la pregunta "¿Está de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación?", 95% de la militancia republicana respondió que "Sí". La pregunta es confusa porque parte de una negación ("rechazar") y es condicional ("si previamente"). La cúpula de ERC se ha cuidado de plantear un escenario cerrado, lo que le deja margen de maniobra.
¿Para qué? Para aceptar o rechazar la investidura en función de la flexibilidad del gobierno entrante. ERC exige una mesa de negociación primero entre las dos formaciones más votadas en las elecciones generales y catalanas (PSOE y ERC), y después otra mesa, formal y vinculante, entre ambos gobiernos, el español y el catalán. Es decir, la condición sine qua non es la negociación bilateral entre Estado y Cataluña, escenificando el choque de legitimidades afín al relato independentista.
¿Es aceptable? No es el escenario predilecto del Partido Socialista, partidario de una mesa de partidos y no de gobiernos. Ahora bien, la consulta de Esquerra es lo suficientemente abierta como para que la forma y el contenido de la "mesa de negociación" se amolde a lo aceptable por ambas partes. El PSOE puede asumir un escenario similar al de Pedralbes, limitándolo al decoro institucional, o introducir al resto de partidos en la mesa, de un modo u otro.
La dirección de ERC, si tiene interés en apoyar la investidura, podría aceptar tales escenarios sin salirse de lo impuesto por las bases. Requiere de un movimiento por parte del PSOE.
¿Y si no? El peor de los escenarios es el esbozado por Oriol Junqueras desde prisión: un enroque duro de Esquerra donde el "sí" pase por aceptar una negociación bilateral sin límite de propuestas, y donde lo acordado entre ambas partes tenga un carácter vinculante. Es aquí donde, con toda probabilidad, ERC trataría de obtener algún reconocimiento al derecho de autodeterminación y a la futura celebración de un referéndum, líneas rojas infranqueables para la dirección socialista.
Los sectores más radicales de ERC, personificados ayer en Sergi Sabrià, fueron nítidos: "He votado sí por la autodeterminación".
Futuro. Todo depende de la habilidad negociadora de ambas partes y de su capacidad para perder simulando una victoria. La posibilidad de un fracaso de la investidura es real. ERC necesita fijar una postura severa frente a Madrid, frente al "no" declarado de Junts per Catalunya y a la posibilidad de unas elecciones autonómicas en primavera. Para el PSOE, si el fracaso de la "vía ERC" se consumara, las terceras elecciones podrían acercarle al último escenario de gobernabilidad posible.
El ofrecido por Pablo Casado. Un Pablo Casado que, de otro modo, explotará políticamente cualquier concesión del PSOE al independentismo.
Imagen: GTRES
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