El número de niños de 0 a 5 años que padecen sobrepeso u obesidad aumentó de 32 millones en 1990 a 41 millones en 2016 según la OMS. De hecho, de mantenerse esta tendencia, para 2025 hablaríamos de 70 millones. En mitad de este problema de salud pública, el estado canadiense de Quebec es una buena fotografía en la que mirarse: lleva casi cuatro décadas alejando a sus niños de los anuncios de comida y les está funcionando.
39 años sin anuncios. En 1980 Quebec aprobó una normativa que alejaba los anuncios de comida y bebida de los niños menores de 13 años. De esta forma, lograron reducir la necesidad de consumo que este tipo de publicidad despierta en los niños.
Según datos recopilados por la Asociación de Salud Pública de Quebec, el marketing de comida puede influir en un 40% en la lista de la compra de las familias canadienses: conforme se desarrolla el cerebro de los niños, éstos son capaces de recordar eslóganes e identificar logos. Tanto es así que según este otro estudio, el 93% de los niños entre 3 y 5 años es capaz de reconocer el logo de Mc Donalds desde una distancia desde la cual no puede leerlo.
10% niños obesos. Según un estudio publicado por el Instituto de salud de Quebec, la cifra de niños con obesidad ha aumentado del 2% en el que estaban en 1981 (un año después de banear los anuncios) hasta el 10% actual. A pesar de que Quebec continúa siendo el estado canadiense con mayor consumo de frutas y verduras y sigue manteniendo los niveles de obesidad infantil más bajos de Canadá, la epidemia del sobrepeso también les ha salpicado.
¿Por qué ha aumentado el ratio? Aunque los anuncios de televisión no se emiten en las horas en las que los niños la consumen, el desarrollo tecnológico y la llegada de las redes sociales ha fracturado la burbuja en la que vivían los niños de Quebec. Esto, sumado a que los niños canadienses pasan de media 8 horas sentados frente a pantallas y que el número de familias con dos coches ha aumentado un 20% en las últimas dos décadas, hace que el sedentarismo incline la balanza hacia el lado del sobrepeso.
Quebec como ejemplo. El ratio de obesidad infantil en Canadá se sitúa en torno al 30%. Tanto es así que ya se habla de un problema de salud pública en el que el 77% de los padres canadienses siente que sus hijos están demasiado expuestos a la publicidad alimentaria. En esta línea, el gobierno de Justin Trudeau ha creado una plataforma para estudiar cómo limitar el acceso de los niños a este tipo de marketing y, desde 2016, planea ejecutar políticas similares a las de Quebec.
¿Qué están haciendo el resto de países? Mientras Chile incrementó el gravamen de productos y bebidas azucaradas y vetó la presencia de elementos animados en los envases de cereales, México prohibió en 2014 los anuncios de comida en horario infantil y Suecia y Noruega tomaron medidas en sus televisiones allá por 1991 y 1992 respectivamente.
Hoy, los ejemplos nórdicos pueden presumir de tener un ratio de obesidad infantil entre el 1 y 1,5%. Sin embargo, en el lado contario, un 40% de los niños españoles padece sobrepeso y, de momento, no hay previsión de reducir los anuncios de huevos de chocolate que salen en la televisión.
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