La situación lleva varios días incontrolada. El humo y el fuego cubren las laderas del Vesubio y los copos de ceniza caen del cielo aludiendo a una tragedia que los napolitanos prefieren no recordar. Pero el volcán no ha despertado. Todo apunta a que la Camorra se esconde tras numerosos incendios en reservas naturales con el objetivo de recalificar terrenos o convertirlos en más vertederos.
El modus operandi es de pesadilla: se cree que han rociado animales vivos para causar el incendio. Los vecinos y los yacimientos arqueológicos de Pompeya y Hercolano podrían verse amenazados. Y no solo eso: el contacto del fuego con los residuos tóxicos enterrados por la mafia podría provocar una nube tóxica de consecuencias inimaginables.
No era una erupción
Lo que en un principio hacía presagiar otra erupción del Vesubio, se ha convertido en una emergencia nacional por varios incendios descontrolados en zonas de difícil acceso. Esto ha hecho saltar todas las alarmas de la autoría: o bien un pirómano, o bien la mafia italiana que controla la región de Campania a través de miles de vertederos ilegales.
Ya han ardido 70 hectáreas, pero la alarma está creciendo también debido a las consecuencias que podría tener el contacto del fuego con el terreno del parque natural del Vesubio. Según los propios camorristas, aquí es donde los clanes mafiosos han enterrado durante años desechos tóxicos como parte de su negocio de gestión ilegal de residuos. Y si arden, una nube tóxica envenenará el sur de Italia.
La basura: un negocio de oro
Cada vez cobra más fuerza la teoría de que ha sido algún clan de la Camorra con intereses en los residuos y las recalificaciones el causante del desastre. El macabro modus operandi, rociando con gasolina animales vivos y las zonas de difícil acceso que han sido calcinadas apuntan a que se trata de uno o varios individuos conocedores del terreno (y además, extremadamente violentos).
Tanto en Nápoles como en otras muchas ciudades del sur de Italia, la gestión de residuos es un negocio habitualmente controlado por la mafia. Las carreteras entre Roma y Nápoles así como la famosa Nola-Villa Literno fueron construidas sobre desechos tóxicos; la Camorra se llevó el 3% de las adjudicaciones antes de las obras y pudieron enterrar sus residuos.
Fue en los 80 cuando la Camorra comenzó a crear empresas de reciclaje de residuos especiales a precios imbatibles, con todos los papeles en regla, aparentemente, para realizar sofisticados procesos de tratamiento de basura peligrosa.
Se estima que hay más de 1.200 vertederos ilegales en la región de Campania, Nápoles: la basura tóxica es tirada en cunetas, cimientos de bloques de pisos, cultivos, granjas... nada sofisticado en ello.
Los alcaldes, los jefes de policía y los campesinos lo permitían a cambio de resolver el problema a un precio bajo, sin ni siquiera pensar que estaban envenando la tierra y los recursos donde sus hijos crecían. La basura se convirtió allá por 1992 en un negocio de oro, más lucrativo que las drogas.
El escritor que destapó a la mafia italiana cuenta su versión
Roberto Saviano, conocido periodista y escritor italiano especializado en crimen organizado en Italia (y perseguido y amenazado de muerte por la Camorra), ha dado su visión de los hechos a través de su Facebook. Una visión que encaja a la perfección con el combo camorrista de quema de animales y proyectos de recalificación.
“¿Por qué el Vesubio arde? Intento explicarlo aquí.
El Parque Nacional del Vesubio mantiene litigios contra los vertederos ilegales, metro a metro, centímetro a centímetro en una lucha que con los incendios ya está perdida. La zona que arde se convierte en un vertedero ilegal y estos vertederos están gestionados por las organizaciones criminales. En otros lugares se inicia el fuego por otro motivo: los terrenos que podrían estar destinados a la edificación, si arden, quedan bloqueados por 15 años. Y aquí está el enésimo chantaje: o se paga las organizaciones criminales por las áreas edificables, o si no llegan las llamas para bloquear las concesiones de edificación.
El fuego es un capítulo fundamental para las organizaciones criminales de nuestro país, y el fuego en el Vesubio es como la Sicilia que arde, como las hogueras en las colinas de Caserta, como las montañas verdes de Cilento en llamas.
Ha llegado a su fin el tiempo en el que podíamos llamar pirómanos a los que iniciaban el fuego. Ha terminado el tiempo de las mentiras. Ya basta con la poca capacidad de la política (de los políticos) para hacer frente a las emergencias, ya basta con la inconsciencia de un país que no es capaz de comprender qué hay detrás de estos desastres.”
Gracias a su primera y revulsiva obra, Gomorra, el increíble desastre humano y natural que suponen los miles de vertederos tóxicos que descansan bajo Nápoles vio la luz. Animales agonizantes, árboles cubiertos de polvo tóxico, plantaciones saturadas de mercurio y arsénico y familias enteras con cáncer.
Así que, de estar la mafia detrás de esta barbarie, el móvil puede ser el de la recalificación de terrenos bien para ampliar su imperio de basura, o bien para edificar en ellos extorsionando a las autoridades. Si esa basura arde, una nube tóxica amenazará a la ciudad. Es la paradoja de una mafia que quiere hacerse con un territorio destruyéndolo.
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