Richard Prince es uno de los grandes representantes del apropiacionismo, una corriente artística que quiere decir exactamente lo que implica: coger algo de otros, manipularlo -o simplemente reproducirlo- para convertirlo en "obra nueva" y... Venderlo por más de 80.000 euros, aunque sea una foto tomada directamente de tu Instagram.
Eso es exactamente lo que ha pasado con las dos últimas exposiciones del artista: son reproducciones a gran formato de pantallazos de Instagram ajenos: desde Kate Moss hasta Sky Ferreira, pasando por las Suicide Girls y otras famosas de Instagram. Pero, ¿por qué hace esto?
Instagramear tu Instagram robado
Doe Deere es una de esas Instacelebs: tiene 330.000 seguidores y utiliza Instagram para promocionar su colorida imagen, enseña de su marca de cosméticos Lime Crime. Y, en uno de esos metamovimientos que tanto nos gustan de Internet, fue la primera en denunciar en Instagram que su Instagram había sido robado y vendido:
Imagino que bien podría postear esto, dado que todo el mundo me está mandando mensajes. Sí, mi retrato aparece en la Frieze Gallery de Nueva York. Sí, es sólo una captura de pantalla (no una pintura) de mi post original. No, no he dado permiso y sí, el polémico artista Richard Prince la ha puesto igual. Está vendida (me dicen que por 90.000 dólares) desde el pase VIP. No, no voy a denunciarle. Y no, no tengo ni idea de quién la ha comprado. #lavidaesextraña #artemoderno #quierescomprarunafotodeinsagram
A Deere se ha unido más gente, denunciando la apropiación, y conscientes de que poco tienen que hacer contra uno de los artistas aparentemente más caraduras y obscenos de las últimas décadas. Como Selena Mooney, alias Missy Suicide, la cara visible de la página de "modelos alternativas" Suicide Girls, que decidió emprender su propia campaña contra Prince vendiendo las mismas reproducciones que él por mil veces menos dinero:
Y no, Mooney no es la modelo que sale en la foto, ni en las otras que se ha apropiado el artista. Y, ¿el toque irónico al que la ha llevado Prince? Mooney se ha presentado en Reddit a hacer un AMA (responder a preguntas de los internautas) y las preguntas -sin contestar- más votadas se refieren a las tarifas y condiciones abusivas que la web impone a fotógrafos y modelos. Si entiendes lo que hay detrás del chiste y el morro de su obra, ya entiendes gran parte del mensaje de Richard Prince
¿Quién es Richard Prince?
Las fotos no son sólo capturas de pantalla. Prince ha construido una narrativa alrededor de ese feed de Instagram ficticio, que le presenta como un voyeur depredador -el sexo chungo y el arrebatar la identidad sexual a la mujer con la mirada o la intervención- que presume de conocer y haberse liado con cada una de las mujeres "apropiadas" por su obra. Tanto en su primera muestra -a finales del año pasado- como en ésta, se dedica a incluir comentarios o emojis, que sugieren que se ha liado con Sky Ferreira, Pamela Anderson, o usuarias anónimas. ¿Repugnante?
Ajá. Richard Prince es un trol del arte, que lleva 40 años jugando con los límites de la propiedad y la cultura pop. No es nuevo, es algo que se remonta a Warhol y Duchamp. No es un debate viejo, es algo que vivimos cada día en Internet, cada vez que nos apropiamos de un GIF para nuestras propias narrativas.
Prince empezó a hacer algo así en 1977, cuando empezó a reproducir imágenes del New York Times. Y que llevó al extremo durante los años 80, cuando montó una exposición consistente únicamente en refotografías de anuncios de Marlboro.
El origen de su obsesión se remonta a principios de los 70, cuando el futuro artista trabajaba en el departamento publicitario de Time-Life. ¿Su trabajo? Cortar las páginas de publicidad para mandárselas a los anunciantes como prueba de que sus anuncios se habían publicado correctamente.
"Al final de la jornada, todo lo que me quedaba eran esos anuncios. Y se convirtieron en la base [de mi trabajo artístico]"
Incluso su obra propia está llena de apropiación y remezcla, de hackeo a la cultura popular. Su serie pictórica más conocida, "Enfermeras", no sólo le valió para traspasar por primera vez la cifra de ocho millones de dólares en una subasta, con Overseas Nurse...
...Sino también para que el grupo Sonic Youth decidiese subirle a bordo de su disco Sonic Nurse, cuya portada diseñó Prince jugando con fusionar su obra y el nombre del grupo.
Instagram, sexo, polémica, límites
Desde entonces, Prince ha seguido con sus "apropiaciones". Y con juicios, como el que le enfrentó al fotógrafo Patrick Cariou por manipular sus fotos de rastafaris jamaicanos. Prince ganó la apelación con un veredicto que reconocía el uso legítimo de las imágenes por ser "transformaciones" de los originales. ¿Que la obra juzgada parece un chiste de un usuario de Tumblr aburrido? Se trata de eso.
La más notable de sus refotografías fue Spiritual America, una reapropiación de una polémica foto de Garry Gross: un retrato de Brooke Shields, de 10 años, desnuda en una bañera (Shields denunciaría años después a su madre por haberla obligado a realizar la sesión original). El nombre de la reapropiación viene de una fotografía de 1923 de Alfred Stieglitz, que muestra las pelotas de un caballo.
Sí, Prince no es sutil. Pero ese trabajo suyo (la foto original con un marco hortera), que se ha expuesto en varias ocasiones en grandes sedes del arte contemporáneo, sirvió para que le echaran de Instagram hace años por obscenidad. Prince declaró a Vulture que se sentía "como si me hubiesen echado de Disneylandia" (Instagram es propiedad de Facebook desde 2012). Finalmente -tras un ataque de furia en twitter en el que arremetía contra el antinudismo de Instagram, que culminó posteando una foto de su mujer en topless-, Instagram reinstauró su cuenta.
Poco se imaginaban que su venganza contra la doble moral de Instagram sería la exposición de la que todo el mundo habla, y que él está disfrutando a cada segundo, mientras retuitea cada mensaje de odio cuqui:
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