Hoy tenemos un nuevo movimiento de la oposición venezolana por terminar con el gobierno de Maduro. Juan Guaidó, el autoproclamado presidente interino apoyado por multitud de figuras de la esfera internacional, ha aparecido en un vídeo rodeado de militares junto a Leopoldo López declarando cosas como la siguiente:
Nosotros dijimos que cuando el pueblo estuviera en las calles y contáramos con la comunidad internacional asumiríamos las competencias. En este momento hacemos un gran llamado a los empleados públicos para la reconstrucción de Venezuela. Hoy las Fuerzas Armadas están del lado del pueblo, del lado de la Constitución.
Es un llamamiento a una insurrección civil y militar.
López era, hasta día de hoy, si no el más importante sí uno de los presos políticos más destacados del mundo. Habían pedido por su liberación Merkel, Marcón, Theresa May, Trudeau e incluso Obama y Donald Trump, así como multitud de observadores internacionales y ONGs como Amnistía Internacional. Fue arrestado en 2014 y ha vivido desde entonces en la cárcel y en el arresto domiciliario hasta hoy, momento en el que Guaidó le ha concedido un indulto (y que sólo es válido para uno de esos dos gobiernos que llevamos viendo reinan en el país desde hace meses).
López, formado en el extranjero y rival de Chávez
Antes de llegar a ese punto es esencial conocer la vida política de López. Nacido en una familia privilegiada (es bisnieto del primer presidente de Venezuela, Cristóbal Mendoza) y estudiante de una universidad privada estadounidense, volvió al país para convertirse en alcalde de Chacao, el municipio más próspero de Caracas, entre 2000 y 2008.
En ese período, en 2002, fue acusado de haber apoyado el intento de golpe de estado contra Chávez. Al mismo tiempo sus índices de apoyo popular como cargo electo eran altísimos, y la City Mayors Foundation le otorgó el puesto de tercer mejor alcalde del mundo.
Para 2006 ya se postulaba como el principal rostro visible de la oposición de Caracas, cosa que indujo varios intentos de asesinato y una oposición del chavismo. La justicia lo acusó de pagar los gastos municipales con una partida incorrecta de su presupuesto y le inhabilitó hasta 2014, cosa que ratificó el Supremo. La Corte Interamericana de Derechos Humanos le dio un toque a Chávez por su decisión, pidiendo la ratificación, pero el presidente se mantuvo en su decisión.
En esos años saldría definitivamente del oficialismo para intentar fundar uno propio. Apoya definitivamente a Voluntad Popular.
En 2012 López apoyaría a Henrique Capriles en las elecciones presidenciales. Chávez lo vence por un margen de 10 puntos, muere, se repiten las elecciones y se anuncia que Maduro gana a la oposición por un punto. López no aceptó los resultados y pide a la oposición que organicen una manifestación pública. El 12 de febrero de 2014 estas manifestaciones se materializan en una convocatoria en un parque de Caracas con miles de estudiantes.
El camino hasta convertirse en preso político
Aquella cita se saldó con tres muertos cuya responsabilidad gobierno y oposición achacan al otro. En los meses posteriores a esta cita, en las múltiples manifestaciones entre febrero y abril de 2014, mueren otras 43 personas, 33 civiles y 10 agentes policiales, sólo algunas de las muchas víctimas que lleva dejando el enfrentamiento en el último lustro.
Es entonces cuando la policía manda arrestar a López por “instigación pública, daños a la propiedad en grado de determinador, incendio en grado de determinador y asociación para delinquir”.
Esta denuncia se rebajaría durante el juicio a “autor intelectual” de los ataques y por ser el instigador subliminar de la violencia mediante sus declaraciones. Le sentenciaron a casi 14 años de prisión, de los que permaneció algo más de dos en el presidio para pasar luego al arresto domiciliario. Al momento de su condena, cientos de venezolanos protestaron en las calles clamando la inocencia de López. Estamos a las puertas de que Maduro, ya con menos apoyo popular, incremente y concentre sus poderes legislativos.
La jueza que emitió la orden admitió más tarde que fue forzada a firmar la sentencia, y el ex fiscal que lo acusó denunció que todo había sido “una farsa”. El New York Times se reunió también tiempo después con la fiscala general, fugada a Colombia; contó que la orden vino del vicepresidente del régimen de Maduro y que “sin lugar a dudas Leopoldo López es un preso político”.
Su traslado al hogar iba con algunas condiciones, entre ellas el silencio. Al poco de llegar, López promulgó diferentes mensajes de protesta en la valla de su casa, lo que provocó un nuevo pero breve encarcelamiento en prisión antes de volver a su domicilio. Desde entonces su figura ha permanecido bajo el radar, y algunos ciudadanos contrarios al régimen de Maduro han ido reduciendo su apoyo hacia el que fuera uno de los principales rostros de la resistencia.
Así, con el “indulto” de Guaidó a López y su paseo por el centro de Caracas mientras la multitud les jalea, ambos políticos intentan crear un clima de apoyo a dos de los principales representantes de la oposición. Buscan el apoyo popular, pero especialmente del militar, ampliamente controlado por Maduro y pieza esencial en un posible derrocamiento. Guaidó afirma que a López lo ha liberado “un grupo de las Fuerzas Armadas”.
Ahora mismo, y como indica nuestro ministro de Exteriores, Josep Borrell, hay muy poca información, y es vital saber el alcance de apoyo armado a Guaidó y los suyos. John Bolton, consejero de Seguridad de Estados Unidos, ha dicho que Estados Unidos "está con el pueblo de Venezuela", aunque no ha aclarado si estarían dispuestos a intervenir. El portavoz de la polémica firma militar privada estadounidense Blackwater ha anunciado que durante los últimos meses se ha elaborado un plan para contratar a 5.000 mercenarios dispuestos a luchar contra Maduro.
La portavoz del gobierno español, Isabel Celaá, ya ha dicho que “no respaldará ningún golpe militar".
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 0 Comentario