Marie Kondo, las dos palabras que están inundando las redes. Este mismo fin de semana, y como si quisiera darnos un empujoncito con tintes de reproche sobre nuestros propósitos de Año Nuevo, Netflix ha estrenado la serie de esta gurú del orden. De los Best Sellers la japonesa ha pasado a la reality tv. Una decena de norteamericanos abren sus casas a esta pequeña hada de la armonía habitacional, y cientos de miles de personas ya están enganchadas.
KonMarie: así llama esta experta a su método que funciona como terapia con bases de filosofía oriental, coaching y feng shui. No se ordena por estancias, sino por conceptos, en orden: ropa, libros, papeles, utensilios del hogar y objetos personales. Así, por niveles de dificultad. Según Kondo, has de hacer el proceso de limpieza de golpe y sin parar hasta que termines, ya que si lo detienes corres mucho riesgo de detener la misión y volver a posponerlo para siempre. Ah, y muy, muy importante: antes de tirar cada cosa debes tocarla y contestar a una pregunta: "¿esto me hace feliz?".
El orden emocional: ¿qué tiene de importante ordenar una casa? Porque según Kondo, la literatura oriental y algunos expertos, un espacio es representativo de tu cabeza. Sin una casa ordenada no podrás progresar en tu vida. Una casa ordenada es abrir las puertas a tu felicidad.
¿Y qué tal está la serie? Para ser sinceros, tiene un altísimo componente de morbo altivo, haciendo que nos sintamos mucho mejores personas que la gente que aparece. Por un lado tenemos a esos estadounidenses hiper acumuladores e incapaces de gestionar su vida a unos niveles básicos. Por el otro, la propia presencia de Marie Kondo es casi cómica, con su traductora acompañante, con esos modos femeninos japoneses excesivamente amables y felices y sus arranques pseudo místicos (hay momentos en los que se queda rezándole a la casa, otros en los que le habla a los objetos, te defiende que el incienso puede mejorar prácticamente todos tus problemas...).
Pero la broma, realmente, somos nosotros: lo más seguro es que tu casa también esté llena de mierdas que no necesitas.
Dietas milagro… para tu hogar: el método KonMari es eso, un método, como la paleodieta, como el Dukan. No es una fórmula perfecta ni que valga para todo el mundo. Casi da risa imaginar a una víctima del síndrome de Diógenes abrazando sus objetos para ver si se deshacen o no de ellos, ya que este tipo de gente siempre está convencida de que todo lo que acumulan es muy importante. Su método de almacenamiento vertical no vale, ni de lejos, para todos los rincones, armarios u hogares. Hay algo que nos inquieta si, según sus reglas, deberíamos quedarnos con una camiseta raída que ya no nos entra pero que nos gusta mucho y no con algún básico que nos valga perfectamente.
Vivir con 30 libros: muchos han salido a criticar su total desapego a las colecciones de discos o libros. Ella misma cuenta que vive sólo con 30 libros, y que todos aquellos que "hayan cumplido su cometido", que sepas que no vas a leer o que no hayas abierto en los últimos años, deberían desaparecer de tu casa, comentarios que sin duda despiertan emociones muy intensas en los bibliófilos. Es cierto, son objetos que no necesitas a un nivel básico, pero sí se necesitan como elemento identitario e incluso cultural: los tsundokus, las grandes extensiones de libros, ayudan a que el sujeto lea más frecuentemente y también como cura de humildad recordándole todo lo que todavía no sabe.
Lo que está claro es que esta asesora ha sabido montarse en la cresta de la ola de la última moda de las terapias de autoayuda: organizar tu casa para organizar tu vida.
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