¿Quién no se está vacunando en Estados Unidos? Hombres, republicanos, rurales, evangélicos

Una de las grandes historias de 2021 es el fracaso parcial de Estados Unidos en su campaña de vacunación. Pese a su prometedor inicio, su ritmo de inmunización se ha desplomado durante los últimos meses. Si a principios de junio había completado la pauta del 40% de su población, hoy a duras penas llega al 49%. En el mismo periodo de tiempo España ha pasado del 20% al 57%. Su problema no es de suministro ni de administración. Es de voluntariedad. Hay muchos que no desean vacunarse.

¿Quiénes?

La brecha. Sabemos desde mediados de la primavera que la vacuna, como tantas otras cosas, es un proxy para continuar la batalla cultural que Estados Unidos y Occidente llevan librando unos cuantos años. Demócratas y republicanos han interpretado la pandemia y la vacuna desde posiciones divergentes: los primeros priorizando la urgencia epidemiológica, los segundos poniendo por delante sus libertades individuales. A la hora de vacunarse, eso se traduce en este gráfico:

Los datos. Los ofrece esta encuesta sobre el estado y voluntad de vacunación segregado por preferencia ideológica, lugar de residencia, raza, edad y religión. Empezando por los reticentes: sólo el 52% de los republicanos ha recibido al menos una dosis, frente al 86% de los demócratas, y el 30% de los restantes o bien jamás se vacunarán o bien lo harán sólo por obligación. Similares porcentajes para los "residentes rurales" (54% ya vacunados vs. el 72% de los "urbanos), para los evangélicos (58%), los "adultos sin título universitario" (59% vs. 79% titulados) y los hombres (61% vs. el 70% de las mujeres".

El problema. Es decir, que el escéptico medio estadounidense es un hombre evangélico que vive lejos de las ciudades y que vota conservador. Nada que no supiéramos. Pero los porcentajes siguen siendo llamativos. También en términos de raza. El 67% de los blancos ya tiene al menos una dosis, frente al 63% de los hispanos y el 60% de los negros. Pero aquí es una cuestión de acceso, no de voluntad: el porcentaje de personas que "no se vacunarán" en cada grupo es del 15%, el 10% y el 9% respectivamente. Es decir, negros e hispanos se quieren vacunar más (no han podido).

Cómo arreglarlo. De un modo muy estadounidense, las distintas administraciones (locales, estatales, nacionales) han incentivado la vacunación mediante premios (loterías, viajes gratuitos, cerveza, marihuana y un largo etcétera a cual más excéntrico). No ha funcionado. Los problemas de Estados Unidos para llegar a todas sus capas de población son otros. Desde una profunda desconfianza entre los republicanos hacia "el estado" hasta una lejanía asistencial hacia las comunidades más pobres (blancas rurales, negras urbanas) de raíces históricas.

¿Y ahora qué? El país ha retomado la normalidad en cualquiera de los casos. En su pico de administraciones diarias, Estados Unidos ponía casi 4 millones de dosis. A los pocos meses bajó a la mitad. Y de nuevo a la mitad de la mitad. A medio plazo, el riesgo de una quinta ola similar a la que vive España (pero con un número muy inferior de personas vulnerables inmunizadas) es real. ¿Quién la sufrirá? Ya lo hemos visto. Hombres republicanos, rurales y cristianos evangélicos.

Imagen: KFF

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