Recuperando la Gran Rusia: el expansionismo de Putin durante los últimos años, explicado en mapas

El presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció hace unos días a dos regiones separatistas en el este de Ucrania como entidades independientes. Horas después, cruzaba un punto de no retorno: anunciaba una "operación militar especial" en el Donbás y se registraban grandes explosiones en varios puntos del este de Ucrania. Con bombardeos de artillería, equipo pesado y armas pequeñas, las tropas rusas lanzaron ataques en distintos puntos del país, con un balance estimado de 40 muertos hasta el momento.

En su discurso previo, Putin describió a Ucrania como una parte integral de la historia de Rusia y dijo que el este de Ucrania eran antiguas tierras rusas y que confiaba en que el pueblo ruso apoyaría su decisión. A pesar de las especificidades de la crisis ucraniana, los analistas señalan que la medida de Putin se ajustaba a un patrón reciente en las operaciones militares rusas, destinado a intimidar a los vecinos para que se sometieran, deteniendo en el proceso cualquier expansión hacia el este de la OTAN.

Así era la Federación Rusa en 1991:

Mapa de la Federación Rusa en 1991.

El Kremlin lleva mucho tiempo utilizando los llamados "conflictos congelados" para extender su alcance más allá de las fronteras rusas. Durante las últimas tres décadas, ha respaldado un régimen prorruso en la región disidente de Moldavia, Transnistria. En 2008, lanzó una invasión convencional en Georgia en apoyo de los gobiernos separatistas de Osetia del Sur y Abjasia, dos provincias con gran población de habla rusa. Seis años después, Rusia arrebató Crimea a Ucrania y comenzó a apoyar una insurgencia de separatistas prorrusos en el Donbás.

Este mapa muestra las entidades no reconocidas en Europa y regiones separatistas reintegradas. Lugares por los que las tropas rusas han pasado durante estos 30 años en una ola expansionista bajo diferentes pretextos.

Entidades no reconocidas en Europa y regiones separatistas reintegradas.

En cada caso, los temores a un alejamiento de la esfera de influencia de Rusia precipitó las acciones de Moscú, mientras que la presencia de poblaciones de etnia rusa proporcionó al Kremlin un pretexto para intervenir como protector. La misma lógica estuvo en juego durante los discursos Putin, en los que afirmó, sin pruebas, que los ciudadanos de habla rusa de Ucrania estaban siendo sometidos a un "genocidio".

Estas miniexpansiones y la guerra de Ucrania surgen de un profundo cariz nacionalista por parte de Putin, muy empeñado en recuperar la grandeza perdida de los zares y de territorios que una parte del nacionalismo ruso considera "suyos" pero arrebatados.

Transnistria

Mapa de Transnistria.

Este razonamiento sustenta la presencia continua de Rusia en la provincia separatista de Moldavia, Transnistria, donde los intentos de imponer el idioma rumano a principios de la década de 1990 fueron ferozmente resistidos por la población de la región, mayoritariamente de habla rusa. El mismo concepto, proteger a los rusos étnicos, serviría más tarde a Putin para justificar sus intervenciones en Georgia y Ucrania.

Aunque Rusia no ha reconocido la independencia de Transnistria, ha debilitado la soberanía moldava y ha congelado su integración occidental durante los últimos 25 años. Esta incertidumbre ha servido para atrapar a Moldavia en una zona gris geopolítica entre el este y el oeste y la ha obligado a actuar como vehículo para la corrupción de dinero capital ruso.

Transnistria es un territorio separatista ubicado principalmente entre el río Dniéster y la frontera oriental de la República de Moldavia con Ucrania. Desde la guerra de 1992, es gobernada como la República Moldava Pridnestroviana, un Estado no reconocido que reclama el territorio al este del río Dniéster, la ciudad de Bender y sus localidades circundantes. Moldavia sigue considerándola una región propia.

Osetia del Sur y Absajia

Otra guerra de Putin también fue en el espacio postsoviético, pero en este caso en un país ajeno, en Georgia. Precisamente, este caso puede recordar un poco más a lo vivido en Ucrania, porque Georgia también fue una república soviética cada vez más próxima a la Unión Europea y con varias regiones separatistas prorrusas: Osetia del Sur y Abjasia. En 2008, Georgia ordenó una ofensiva en Osetia y el Kremlin respondió invadiendo el país y expulsando a los georgianos de Osetia. Moscú justificó la guerra contra Georgia alegando que las minorías étnicas del país estaban en peligro.

Ese es un argumento recurrente. De hecho, es exactamente el mismo argumento que usaron para invadir la península de Crimea. Es más, Rusia sostiene que la mayor parte de la población de la Península de Crimea prácticamente apoyó la entrada de las tropas rusas en su territorio. La realidad es un argumento que Rusia puede usar con cierta libertad porque es un hecho que hay minorías rusas prácticamente en todos las repúblicas postsoviéticas. Pero el mayor de los problemas en este caso es que fue un conflicto que a las pocas semanas se extendió al Donbás.

El conflicto de Osetia del Sur (que incluía al territorio vecino de Abjasia), que se extendió desde el 7 hasta el 12 de agosto de 2008, solo fue una conclusión de una serie de eventos que se habían iniciado 18 años antes, con otro conflicto similar tras la disolución de la Unión Soviética. Y se disparó precisamente en 2008 después de que esta región decidiera pedirle a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que la reconociera, después de varios intentos, como una nación independiente. Tal como lo había hecho poco antes con Kosovo.

Esto no le gustó a Georgia, que siempre había considerado a Osetia del Sur como suya, por lo que decidió (justificándose en el hecho de algunos ataques de soldados separatistas de Osetia del Sur) atacar las tropas que se encontraban en la región el 7 de agosto de 2008. La respuesta rusa, que puso su ejército a favor de las milicias separatistas de Osetia del Sur, sorprendió a muchos. En cinco días, las tropas rusas lograron desalojar a los soldados georgianos de Osetia del Sur y del territorio vecino de Abjasia.

Y ahí fue donde Rusia tomó un camino propio marcado por las fricciones con los países de Occidente: reconoció como naciones independientes a Osetia del Sur y Abjasia, en contravía de lo que pensaban la Unión Europea, Estados Unidos e incluso la OTAN. Esa misma estrategia fue la que utilizó en Crimea en 2014. En 2008 no quería invadir Georgia, como con Crimea no quiso entrar en Ucrania. ¿Y qué era lo que le interesaba en 2014? Un territorio poblado por rusoparlantes quienes apoyaban a Putin dentro de un punto estratégico de la región.

Crimea

En 2014, cuando después de meses de protestas en Ucrania, el presidente ucraniano prorruso Viktor Yanukovych fue depuesto en la revolución ucraniana de 2013-14, las tropas rusas ocuparon la península de Crimea en Ucrania y, después de un referéndum apresurado, el Kremlin anexionó Crimea y Sebastopol. La anexión no fue reconocida por Ucrania ni por la mayoría de los demás miembros de la comunidad internacional. Unas semanas más tarde, estalló un conflicto armado en la región ucraniana del Donbás, en el que el Kremlin niega tener un papel activo.

El Donbás

Ucrania se encuentra en el centro de una rivalidad geopolítica entre las potencias occidentales y Rusia, y esa rivalidad está estallando una vez más.  Dos regiones a lo largo de la frontera rusa, Donetsk y Lugansk, han sido zona de conflicto desde 2014, cuando los separatistas prorrusos comenzaron a enfrentarse con las fuerzas gubernamentales.

El siguiente mapa muestra la zona de contacto relativa entre las dos fuerzas opuestas. zona de conflicto de la región de donbas  ZomBear, Marktaff, CC BY-SA 4.0, a través de Wikimedia Commons. Actualmente, Rusia tiene tropas y equipos militares acumulados en varios puntos a lo largo de la frontera entre los dos países, así como en la vecina Bielorrusia.

Durante estos días, Vladimir Putin, ordenó tropas en dos regiones separatistas en el este de Ucrania, reconociéndolas como estados independientes. Este reconocimiento sirve como punto final definitivo al acuerdo de paz de siete años conocido como el acuerdo de Minsk. A medida que este conflicto se intensifica, queda por ver qué sucederá con los aproximadamente 5 millones de personas que viven en el Donbás.

Mapas: European Council on Foreign Relations | Wikimedia Commons | BBC | The Washington Post | Euromaidenpress

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