Hasta 25 países que albergan a una cuarta parte de la población mundial utilizan regularmente el 80% de sus suministros de agua cada año
El ser humano ha empezado a consumir agua por encima de sus posibilidades. De hecho, la demanda de agua se ha duplicado desde 1960 en todo el mundo y se prevé que aumente entre un 20% y un 25% más hasta 2050, según datos del Instituto Mundial de Recursos (WRI). Esta misma institución calcula que a causa de ello, un cuarto de la población mundial ya sufre estrés hídrico. Este fenómeno se da cuando un país consume más agua de la que dispone.
Los motivos que llevan a una región a esta situación son muchos y muy variados: desde un aumento de la población, a un crecimiento de la industria y la agricultura. Además del cambio climático, claro. Incluso si limitamos el calentamiento a entre 1,3º C y 2,4º C por encima de los niveles preindustriales (un escenario "optimista", según la ONU), se espera que otros 1.000 millones de personas vivan con estrés hídrico alto en 2050.
Eso ha llevado ya a muchos países de Europa a adoptar medidas drásticas para limitar el consumo de agua: desde prohibir el lavado de coches hasta limitar la creación de piscinas (como ha hecho Francia). Principalmente porque es el uso doméstico del agua el que está creciendo más rápidamente, especialmente en los países ricos.
Pero hay algunas naciones que se enfrentan a problemas mucho peores. Es lo que se desprende de una nueva investigación del Instituto Mundial de Recursos, que sugiere que 25 países que albergan a una cuarta parte de la población mundial se enfrentan a un estrés hídrico extremo. Estos utilizan regularmente el 80% de sus suministros de agua cada año.
Para ilustrar el riesgo hídrico en el mundo, la organización ha creado un mapa interactivo (al que puedes acceder aquí) utilizando un modelo hidrológico global para estimar cómo las fuentes de agua renovables, como ríos y lagos, que se reponen mediante precipitaciones, podrían cambiar en futuros escenarios de cambio climático y afectar así a poblaciones enormes.
Tal y como se puede apreciar en el mapa, las regiones de Medio Oriente y África del Norte tienen el nivel más alto de estrés hídrico del mundo. Lugares donde el cambio climático está cambiando los patrones de precipitación, haciendo que las regiones sean incluso más áridas y reduciendo sus ya pobres suministros de agua.
En total, los 25 países con estrés hídrico extremo son: Bahrein, Chipre, Kuwait, Líbano, Omán, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Israel, Egipto, Libia, Yemen, Botswana, Irán, Jordania, Chile, San Marino, Bélgica, Grecia, Túnez, Namibia, Sudáfrica, Irak, India y Siria.
También puede verse cómo el sur de Asia padece de estrés hídrico y es además la región más densamente poblada. Conforme la población crece, la demanda sigue aumentando, dejando un futuro incierto. Aquí, el problema es que debido a la escasez de agua superficial, la gente ha empezado a recurrir a aguas subterráneas, que se agotan rápidamente. En la India, casi el 60% de la gente se gana la vida con la agricultura. Y la demanda para regar los campos de arroz y trigo está contribuyendo al agotamiento de esas aguas subterráneas. Pakistán también se enfrenta a un importante déficit de agua debido a las necesidades de riego.
En Estados Unidos, California es el estado que enfrenta el mayor estrés hídrico, impulsado también por el riego y la industria. Basta decir que hace unos años la ciudad de Los Ángeles impuso medidas extremas para racionar su uso del agua, como permitirles a los residentes sólo regar sus plantas dos veces por semana.
Pero también hay países de Europa que lo sufren: Malta, el sur y el este de España, el sur de Portugal y el oeste de Francia se enfrentan a brutales sequías continuas. En el mapa se puede ver a nuestro país de color rojo en las zonas del sur. Aquí hay que tener en cuenta que gran parte de la superficie terrestre de España se utiliza para la agricultura, pero las sequías y el calor han destruido muchas cosechas. El resultado es que los niveles de los embalses están en mínimos, lo que ha llevado a algunas regiones como Cataluña a tener que importar el agua de otras regiones para que los residentes dispongan de suficiente agua.
Italia es otro país que aparece en rojo. Es el país que tuvo el mayor déficit de agua en 2019. Y después de sufrir también en 2022 la peor sequía en 70 años, se enfrenta a varios años de escasas lluvias y nevadas. Mientras, los lagos y ríos del país se están secando.
Y en cuanto a Malta, el país más pequeño de Europa, no dispone de lagos y ríos, y en su lugar obtiene el agua bajo la superficie terrestre, a cientos de metros bajo tierra. El problema es que se prevé que este archipiélago pierda el 16% de sus aguas subterráneas por una caída drástica de las precipitaciones en los últimos años.
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