La Formación Profesional (FP) ha sido por años relegada a la sombra, al rincón de la enseñanza dedicado a los estudiantes "mediocres" y vista como un segundo plato de su hermana la Universidad, principalmente por una imagen equivocada que consideraba este tipo de educación como un estudio de segunda, para esos que “no servían” para una carrera de cuatro años. Pero lo cierto es que es una de las principales palancas de desarrollo de la economía del país y una herramienta fundamental para fomentar el empleo juvenil hoy en día.
De hecho, con una precariedad laboral aplastante y un paro generalizado, la tasa de empleabilidad de la formación profesional es mayor que la de los titulados en grados universitarios. Es decir, hay ya más ofertas pidiendo lo primero como requisito que lo segundo.
Más demanda laboral de FP. Ser titulado universitario ya no te garantiza un futuro laboral como antes. Aquellos que obtuvieron su diploma han dejado de ser los candidatos perfectos para las empresas en comparación con los titulados en FP. Mientras que en 2019 los estudios universitarios recuperaban parte del terreno perdido aumentando su presencia en las ofertas de empleo hasta alcanzar el 38,8%, durante los meses de pandemia su presencia en las ofertas de trabajo se hundió. Se situó en el 33,7%. Igual ha sucedido con la demanda de estudios de Máster y postgrado (1,9%).
Y según apunta un informe de Infoempleo y Spring Professional, esta caída ha jugado a favor de los titulados en FP, que sí se han requerido en el 41,3% de las ofertas publicadas por las empresas durante 2020. Una herramienta que se convierte de lleno en fundamental para fomentar el empleo juvenil hoy en día. De hecho, la tasa de desempleo desciende a sólo el 7,56% entre titulados de FP de Grado Medio y al 6,91% entre titulados de Grado Superior, según datos del Servicio de Empleo Estatal, SEPE.
El embudo y la escasa oferta de enseñanza. Las esperanzadoras posibilidades de conseguir empleo, la probabilidad de tener un sueldo inicial de hasta 2.000 euros y la opción de continuar con estudios superiores en la universidad una vez completada la FP media han hecho que estos grados sean una opción cada vez más solicitada por los estudiantes, pero que pese a todo se encuentran con la puerta cerrada a la hora de solicitar plazas por la escasa oferta de la que disponen las administraciones públicas.
Este reportaje de La Información contaba cómo cerca de 6.000 aspirantes malagueños a ciclos profesionales se quedaron sin plaza el año pasado porque la Junta de Andalucía apenas ofertó un total de 11.000. En otro lado de nuestro país, los empresarios gerundenses alertaban también de la falta de profesionales cualificados y pedían más grados de FP. Las demandas en Málaga y Girona se replican en casi todas las provincias españolas, produciendo un embudo desastroso para solventar la crisis laboral.
El plan del Gobierno. Al Gobierno no le viene de nuevas esta problemática y sus importantes desajustes entre los ciclos formativos ofertados, las necesidades del mercado laboral y las plazas disponibles para formarse en estos estudios. Por eso incluyó hace tiempo el impulso de la FP como uno de los 30 componentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia llevado a Bruselas. Básicamente, hemos aceptado que la Unión Europea nos lleva una importante ventaja en niveles de cualificación y que resulta necesario tomar medidas urgentes. El objetivo es destinar 2.075 millones al impulso de estos estudios
En su informe Plan 2050, que dibuja el panorama al que debería aspirar España en 29 años, una de las prioridades principales es elevar el porcentaje de la población con estudios universitarios del actual 26% al 38% y pasar de un 11% de los adultos con FP Superior a un 17%. Una manera de volver a generar atractivo por esta enseñanza.
Las profesiones más solicitadas. Pero claro está, pese a este fuerte incremento de la demanda, los diferentes estudios dentro de la FP tienen más o menos salidas. En el mercado laboral, Administración y Dirección de Empresas (ADE) continúa siendo la carrera con más salidas profesionales en España. En total, un 11,3% de las ofertas de empleo que requieren estudios universitarios hace referencia a esta titulación. La crisis sanitaria también ha hecho que Enfermería, que en 2019 figuraba en séptima posición, se convierta ahora en la segunda titulación más demandada por las empresas, estando presente en el 6,9% de las ofertas laborales, frente al 2,5% de 2019.
En tercer lugar se encuentra Medicina y Biomedicina, con un 5,2% del total nacional tras experimentar un incremento de 3,6 puntos en el último año. Entre las cinco titulaciones con más salidas laborales se encuentran también Ingeniería Industrial y Ciencias del Trabajo, Relaciones Laborales y Recursos Humanos, la tercera carrera que más crece en tasa interanual.
A futuro. Los pronósticos a futuro son igual de esperanzadores para la educación superior, las previsiones para España en 2025 indican que el 49% de los puestos de trabajo en Europa requerirán una cualificación intermedia, y solo el 16% serán de baja cualificación. Para que os hagáis una idea: en la actualidad el 25% de las personas tiene cualificación intermedia y el 35% la baja.
Se trata de una situación que evidencia la necesidad que tiene nuestro país por personas con titulaciones medias y técnicas superiores. Motivos más que suficientes por los que el Ministerio de Educación tiene previstas hasta 200.000 nuevas plazas hasta 2023 y un presupuesto abultado. O como la FP podría haber vuelto para quedarse.
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