La idea de una renta básica universal ha sido durante mucho tiempo una forma de utopía política. Pero en los últimos años se ha vuelto algo cada vez menos extravagante, hasta el punto de que ya existen muchos programas en curso en diversos países, pequeños ensayos para una adopción más amplia de la política en los próximos años. Con el auge de las criptomonedas, trasladar la idea de una RBU al mundo digital era cuestión de tiempo. De hecho, es la idea en la que se sustenta Worldcoin, una nueva criptomoneda destinada a cambiar para siempre el dinero digital.
Sin embargo, mientras se revela todo el plan detrás de esta estrategia, los expertos en criptomonedas y privacidad ya están viendo algunos agujeros en su premisa principal. Y quizás no sea tan buena idea.
¿Cómo funciona? Worldcoin será una criptomoneda en la que todo el mundo podrá participar. La idea está inspirada en el concepto de renta básica universal. Sin embargo, la startup va a requerir ciertas condiciones para poder entregar la moneda. Y aquí es donde entra el quid de la cuestión: la biometría. La idea de la compañía es construir dispositivos en forma de orbe que conviertan los escaneos de los ojos de las personas en identificadores numéricos únicos para asegurarse de que una persona sea un destinatario legítimo del pago y no intente registrarse más de una vez. Aún no se han desvelado más detalles prácticos: ni cómo se realizará el escaneo, la cantidad de dinero entregada, etc.
La compañía ya está probando un prototipo de su dispositivo de escaneo ocular en varias ciudades (a los voluntarios se les paga principalmente en Bitcoin por ahora) y tiene al menos 20 millones de euros en fondos, pero la idea en el futuro es entregar Worldcoins. Sí, suena a ciencia ficción. Es básicamente un plan para desembolsar dinero a gente que acepte escanear sus iris. Una RBU, sí, ¿pero a precio de qué?
¿Por qué no es una buena idea? Algunos defensores de la privacidad y las criptomonedas ya han alzado la voz para mostrar su escepticismo sobre el plan. Porque, por utópico que parezca, cuesta poco no entrever algunas implicaciones distópicas. En primer lugar, el gran problema de la privacidad. Al final, confiar en los datos biométricos increíblemente sensibles de las personas socava el espíritu detrás de las criptomonedas.
Los datos biométricos son tan sensibles porque utilizan las características físicas de una persona, como sus huellas dactilares, sus iris o sus rostros, para identificarlos. Los críticos señalan que los sistemas de identificación biométrica pueden tener sesgos incorporados y también requieren la recopilación de información altamente confidencial que no se puede reemplazar si un actor malintencionado se apodera de esos datos.
El control de los datos. Además, según apuntan los expertos, en este momento no tenemos mucha seguridad de que Worldcoin pueda proteger esta información confidencial y hay quien aboga por que hay mejores formas de distribuir una renta básica universal sin sacrificar la privacidad. Basta con echar un vistazo rápido a las grandes tecnológicas para ver cómo ya han empezado sus andaduras en esta tecnología. Apple ha invertido una enorme cantidad de dinero y esfuerzo en agregar datos biométricos a sus dispositivos, y su solución fue simple: nunca los envíes fuera del teléfono.
Es lo contrario al blockchain. Otra gran crítica a Worldcoin es que parece que requeriría un control central sobre la moneda, y eso claro, iría en contra de los principios detrás de las tecnologías basadas en blockchain. "Simplemente es contrario a los valores de Bitcoin y el movimiento original de creación de monedas digitales que trataba de huir del sistema de control donde las corporaciones y los gobiernos están haciéndose con todos nuestros datos personales", explicaba Alex Gladstein, director de estrategia de la Human Rights Foundation, en este reportaje de Vox.
No es la primera vez. Si bien la idea de un “orbe de escaneo ocular” suena novedoso, el concepto de usar biometría para impulsar los pagos basados en blockchain no es completamente nuevo. En 2017, las Naciones Unidas lanzaron un sistema basado en blockchain para rastrear los pagos en un campo de refugiados con sede en Jordania. Para confirmar la identidad de las personas cuando realizan compras, el sistema de la ONU utilizó escáneres oculares basados en el iris. Este representa uno de los primeros usos del blockchain para la ayuda humanitaria, una manera de racionalizar las ayudas para alimentos y productos de primera necesidad.
Los primeros resultados del programa de la cadena de bloques implican una reducción del 98 % en estos gastos. También resolvía un problema central de las crisis humanitarias: ¿cómo lograr que las personas sin documentos de identidad legales o sin una cuenta bancaria entren en un sistema financiero legal? Algo así como tener una copia de seguridad online encriptada con la que podrían recuperar las identidades legales que perdieron junto a sus documentos y bienes cuando huyeron de sus hogares.
El caso indio. Otra iniciativa cuyas consecuencias no han resultado ser muy positivas es la impulsada por el gobierno de la India, que ha intentado durante años expandir su programa Aadhaar. Un sistema que utiliza datos biométricos de los ciudadanos para facilitar programas financieros gubernamentales. Desde su lanzamiento, se ha enfrentado a una serie de críticas, que incluyen que pone en peligro la privacidad de las personas, que permite un estado de vigilancia y que excluye a las personas de acceder a los beneficios fiscales del gobierno si se niegan a participar.
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