"Es el momento adecuado, tengo 64 años, y el negocio es una locura ahora mismo. Me gusta hacer las cosas bien, y ellos las quieren baratas y rápidas."
El séptimo arte se ha despedido esta semana de uno de sus más brillantes creadores: Rick Baker ha comunicado su retirada. El genio del maquillaje, los animatronics y los efectos especiales prácticos, ganador de 7 Oscar, apuntó a la extensión del uso del CGI y el frenético ritmo de la industria de Hollywood, con el que se sentía cada vez más incómodo, como los principales motivos que le han llevado a tomar esta decisión.
La noticia ha reanimado el debate entre los que siguen prefiriendo los efectos artesanales frente a los generados por ordenador y los que, por el contrario, apuestan completamente por el progreso de las tecnologías aplicadas al cine, caiga quien caiga. En cualquier caso, entristece la marcha de un artista responsable de imágenes imborrables en numerosas películas de terror y fantasía. Como homenaje, echemos un vistazo a la trayectoria de Baker y sus mejores trabajos:
El sueño de un mago
"Aprendí usando mi propia cara, por eso tengo esta pinta."
Richard A. Baker nació el 8 de diciembre de 1950 en Binghamton, Nueva York, y como muchos de nosotros, se sintió atraído desde su infancia por el cine de terror y fantasía. Fue el trabajo del mítico Jack P. Pierce, responsable del maquillaje de Boris Karloff en 'Frankenstein' (1931) y otros famosos monstruos de la Universal, el que encendió la chispa y le llevó a encontrar su vocación: crear criaturas y efectos extraordinarios.
En los 70 comenzó a realizar sus primeros pinitos en la industria (el disfraz para 'Octaman' en 1971 es su primer trabajo acreditado en el cine) siendo fundamental su relación con "el padrino del maquillaje", Dick Smith, a partir del rodaje de 'El exorcista' ('The Exorcist', 1973). Pronto recibió el primero de una larga lista de premios; en el telefilm 'The Autobiography of Miss Jane Pittman' (1974) colabora con otro maestro, Stan Winston, y entre ambos consiguieron que la actriz Cicely Tyson envejeciera en pantalla de manera tan creíble que fueron galardonados con un Emmy.
"Siempre me fascinaron los monstruos de las películas y cuando me di cuenta que alguien realmente hacía eso y podía ser un trabajo, simplemente me obsesioné con ello."
Este éxito proporcionó a Baker su primera oportunidad importante en la gran pantalla: 'King Kong' (1976). Trabaja junto a otra leyenda del gremio, Carlo Rambaldi, y aunque su diseño del gorila (él mismo llevó puesto el disfraz en algunas escenas) fue muy aplaudido, Baker no quedó satisfecho con el resultado y dio todo el crédito al director de fotografía, Richard H. Kline; señal de una personalidad perfeccionista/obsesiva.
Su siguiente trabajo destacado lo encontramos en 'Star Wars' (1977), donde creó personajes como Figrin D'an y Hem Dazon para la famosa secuencia de la cantina. En 1981 llega el primer hito en la carrera de Baker: 'Un hombre lobo americano en Londres' ('An American Werewolf in London'). Su insuperable contribución a la película de John Landis (todavía impresiona a día de hoy) le hizo merecedor del primer Oscar de la historia al mejor maquillaje.
Landis vuelve a contar con él para la creación de uno de los videoclips más célebres de la historia: 'Thriller' de Michael Jackson (1983). Ese mismo año Baker colabora con David Cronenberg y juntos elaboran las poderosas imágenes de 'Videodrome'. Su labor en la cinta familiar 'Bigfoot y los Hendersons' ('Harry And The Hendersons', 1987) y el drama 'Gorilas en la niebla' ('Gorillas in the Mist', 1988) terminan por consagrarle como uno de los más grandes artesanos que han hecho posible la magia del séptimo arte.
Un artesano entre ordenadores
"Lo que encuentro tan gratificante de mi trabajo es que me gusta el hecho de crear algo que solo es una idea en tu cabeza. Lees el guion y enseguida visualizas algo y en cierto punto ves cómo esa cosa que solo era una idea en tu cabeza parece real y viva. Es excitante y un poco como ser el Dr. Frankenstein. Me dan ganas de gritar: ¡Está vivo!"
Rick Baker entra en los 90 disfrutando de la mejor etapa de su carrera, participando en títulos como 'Gremlins 2' (1990), 'Lobo' ('Wolf', 1994), 'Ed Wood' (1995), 'Batman Forever' (1995) o el remake de 'El profesor chiflado' ('The Nutty Professor', 1996), una de sus colaboraciones con Eddie Murphy, al que conoció en 'El príncipe de Zamunda' ('Coming to America', 1988). El éxito le permite coexistir con el auge del CGI en Hollywood impulsado por películas de James Cameron ('The Abyss' y 'Terminator 2') y Steven Spielberg ('Parque Jurásico').
El propio Spielberg, como productor, le recluta para 'Men in Black' (1997). Las infinitas posibilidades de la franquicia de ciencia-ficción permiten a Baker desarrollar toda clase de criaturas y efectos especiales, convirtiéndose en el mejor muestrario de su talento en una época de transición que se torna delicada para él y todos los que intentan seguir trabajando en la industria con métodos tradicionales. 'Men in Black 3' (2012), uno de sus últimos trabajos, le reúne con otro destacado colega, Ken Ralston.
"Muchos de mis sueños consistían en ser capaz de ganarme la vida con lo que hacía como hobby. Solía tener que ahorrar mis pagas para comprar goma con la que hacer una máscara, y así es cómo pasaba todo mi tiempo libre. Todavía lo hago. Me metí en esto porque amo mi trabajo. No conocía a nadie en el negocio del cine, y no realmente no tenía un plan B. Es bueno que haya funcionado porque podría estar sentado en el arcén de una carretera con un cartel que dijera "Hago maquillaje por comida".
En la siguiente década sobrevive con extraordinarias aportaciones a 'El Grinch' ('How the Grinch Stole Christmas', 2000), el remake de 'El planeta de los simios' ('Planet of the Apes', 2001), 'Hellboy' (2004) o 'Tropic Thunder' (2008). Su pericia recreando facciones animales le llevaron a ganar el último Oscar, con la nueva versión de 'El hombre lobo' ('The Wolfman', 2010). Cabe destacar que Baker posee el récord de nominaciones (12) y triunfos (7) en la categoría de maquillaje de los premios de la Academia de Hollywood.
En los últimos tres años, con Hollywood volcado cada vez más en las animaciones por ordenador, sólo le llaman para colaborar en 'Maléfica' ('Maleficent', 2014). La falta de trabajo y el desencuentro con la actual industria le lleva a comprender que es hora de poner fin a su relación con el cine. Sobre su primer ídolo (Pierce) dijo que no tuvo hijos pero sus criaturas perdurarán en el tiempo más que cualquiera de nosotros; Rick Baker sí es padre aunque puede estar tranquilo sobre su legado cinematográfico: seguirá asombrando a generaciones futuras.
Para terminar, como extra, os recomiendo esta estupenda entrevista realizada por Mick Garris: