Un 65% menos de asistentes que en 2019 según fuentes policiales y un 29% según delegación del Gobierno La manifestación de este 8 de Marzo ha sido menos multitudinaria que en anteriores ocasiones, en las que España se convirtió en el epicentro del rugir feminista (testigo que están cogiendo ahora mujeres de Latinoamérica), pero sigue siendo un movimiento nada desdeñable, con un poder de convocatoria aun difícilmente igualable por otros colectivos.
La conquista del espacio público ha quedado, eso sí, enturbiada por un incómodo episodio vivido ayer domingo en Madrid.
Llegan las abolicionistas (y transexcluyentes)
El movimiento feminista está descentralizado, se organiza en reuniones en las que distintas comisiones, comprendidas por diferentes colectivos feministas, llegan a un programa consensuado de mínimos con el que todos estén de acuerdo. Para hacer la solicitud formal de la manifestación se presenta la Comisión 8M como organizadora. El slogan para este año era “Con derechos, sin barreras, feministas sin fronteras”.
Pero ya desde febrero llegaron noticias sobre escisiones internas, durante el “mes de revuelta feminista” por el que se organizan actos todo el mes anterior al 8M. En uno de esos actos, al que acudieron varias trabajadoras sexuales, una activista gritó “La revuelta será puteril o no será”, algo que puso en su contra al amplio sector abolicionista dentro del movimiento. La Comisión 8M se desmarcó del comentario manteniendo una postura de búsqueda de consensos. Con este punto no se consiguió, y el 8M de la manifestación de ayer dejó aparcado el debate sobre la prostitución.
Esto sirvió de aliciente para que se constituyeran grupos abolicionistas en multitud de regiones, también en Madrid. Varios colectivos se agruparon bajo la denominación Movimiento Feminista de Madrid y se arrogaron el título de “representantes” del abolicionismo. Decían estar en contra de la prostitución, de los vientres de alquiler y de la necesidad de una restricción del “sujeto del feminismo”.
Como se ve en este texto previo a la manifestación, el abolicionismo no es lo único que les preocupa. Hay algunos movimientos que "se quieren subir al carro de un movimiento que ahora mismo es exitoso" dice Victoria Sendón, activista de Nación Mujeres, integrante de Movimiento Feminista de Madrid y simpatizante de Lidia Falcón, a día de hoy el rostro visible del movimiento terf. En el manifiesto de constitución de estas abolicionistas dedicaban buena parte del texto a criticar la futura ley trans, a la que califican de “disparate”. Para ellas el movimiento feminista "no puede convertirse en un cajón de sastre" en el que "el sujeto sea la diversidad".
El boicot a la organización del 8M
Cuenta Nuria Alabao, columnista y periodista feminista en Contexto, lo ocurrido. Las abolicionistas, al ver que Comisión 8M no incluía sus demandas al bloque de cabecera y las ofrecía participar en la retaguardia (como se hace también con los colectivos y demandas sobre los que no hay consenso), dijeron que no lo acatarían.
— Bloque Bollero (@BloqueBollero) March 8, 2020
Crearon una cabecera falsa que llegó al final de la manifestación con una hora de adelanto con respecto a la convocatoria oficial. Su cartel rezaba “Movimiento Feminista por la abolición de la prostitución”. En los vídeos se intuye una adhesión de unas 200 personas. Las organizadoras de Comisión 8M presentes en el escenario advirtieron a los transeúntes de que no se trataba de la cabecera original, y subieron la música para acallar las consignas de las abolicionistas.
— Lady Samurai (@DianaHuerta314) March 8, 2020
Asistentes y coordinadoras hicieron fila para intentar impedir su paso. Según Abalao, la policía también intentó contenerlas en varios momentos.
Aquí las versiones difieren. Circulan vídeos en internet donde se ve a coordinadores detenerles el paso, hacer aspavientos e incluso pisar y rajar sus carteles, hechos que las abolicionistas tildan de “agresiones”. En Internet dos conocidas figuras públicas se han posicionado del bando abolicionista: Lucía Etxebarría y Barbijaputa. “Compañeras, marchaos, no os expongáis más. Lo siguiente será una hostia”, decía esta última. Anna Prats, conocida terf, denunciaba:
Abalao justificaba la rotura de pancartas así:
7. Las imágenes de gente pisando pancartas es porque las usaban como armas, incluidos los palos q la policía tuvo que retirar también. Yo estaba, fue en legítima defensa. De hecho, era muy frustante resistir agresiones y dejarse pegar sin poder hacer nada xq es lo que buscaban.
— Nuria Alabao ⭐️ (@nu_alabao) March 9, 2020
La periodista también afirma que, durante la lectura del manifiesto oficial de la Comisión 8M, las abolicionistas, ya retiradas del centro, siguieron cantando sus consignas para tapar la voz de las convocantes, y cuando subió una mujer trans la abuchearon.
Según recoge El País, la cabecera hizo cánticos como “Mujeres con pene, mujeres con vagina. Hay muchas más mujeres de las que te imaginas”. Las abolicionistas gritaban “En esta mani, nos sobran penes, el feminismo es para las mujeres”.
En los días previos a la manifestación ya hubo tensiones dentro del movimiento por las declaraciones públicas de las terfs después de que se las expulsase de Izquierda Unida. En Twitter pudieron leerse mensajes de personas trans que anunciaban que, al no sentirse seguras por el crecimiento del feminismo transexcluyente, desistían de participar en las machas de 2020.