Novaya Zemlya no es exactamente un centro de vibrante actualidad informativa. El archipiélago representa la punta más septentrional de Rusia, y está habitado por apenas 2.400 personas. Es una tierra yerma, helada y en muchos sentidos aún salvaje. Y ahora está sufriendo una invasión de agresivos osos polares. ¿La razón? El clima.
Menos hielo. Según relatan las autoridades locales, numerosos úrsidos se han adentrado en las escasas barriadas habitadas de la isla en busca de alimento. El retroceso del hielo en aguas árticas ha provocado que los osos polares vean reducido su hábitat tradicional. A consecuencia, se han visto empujados a tierra firme, en conflicto con los humanos.
Alta peligrosidad. Algunos vídeos viralizados hablan por sí solos. Los osos han entrado en instalaciones militares construidas en la isla durante la Guerra Fría. Es algo jamás contemplado por los vecinos, prueba de la progresiva desesperación de los animales. Según el portavoz del gobierno local, Alexander Minayev:
La gente está asustada, teme salir de sus casas. Sus rutinas diarias se han interrumpido y los padres ya no permiten a sus hijos ir al colegio o a la guardería.
¿Solución? Los osos pueden ser animales peligrosos, especialmente si juzgan hostil la presencia humana. La ley rusa impide cazarlos: su recesión poblacional durante las últimas décadas los ha consagrado como especie protegida. Sin embargo, las autoridades no descartan autorizar batidas en caso de que el problema persista o vaya a más.
Los motivos. ¿Por qué el cambio climático? Por el hielo, cada vez más escaso y de crítica importancia para el oso polar. Algunos fenómenos recientes que ayudan a comprender la situación:
- El invierno pasado las temperaturas medias ascendieron a los -10º C, comparables a la ola de frío extrema que por aquel entonces asolaba a Europa.
- Las altas temperaturas veraniegas provocaron que bosques árticos antaño vírgenes de incendios comenzaran a arder.
- Sus aguas se han calentado tanto que comienzan a ser indistinguibles de las del Atlántico, distorsionando las corrientes marinas.
- La capa de hielo invernal es cada año más fina y menos extensa. La región atraviesa su etapa más cálida en 40.000 años.
Isla remota. Otras regiones árticas de Rusia han lidiado con situaciones similares con anterioridad. Novaya Zemlya, en concreto, es un caso muy singular: el archipiélago sirvió de teatro de operaciones nuclear para la Unión Soviética. El artefacto atómico jamás lanzado, la "Bomba del Zar", cayó en la septentrional isla de Severny.
Ahora la amenaza son un puñado de osos polares.
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