Los proyectos de mamíferos marinos de la Armada rusa atrajeron la atención mundial cuando una ballena beluga domesticada apareció en Noruega en 2019 con un arnés atado al cuerpo. Se cree que esa ballena, apodada Hvaldimir, escapó de un programa de entrenamiento de la Armada rusa. Sin embargo, hay otro despliegue de mamíferos marinos del que probablemente no hayas oído hablar. Esta vez en las zonas en conflicto de Ucrania. Ahora ha surgido evidencia de que Rusia envió delfines entrenados para proteger su base naval en el puerto de Sebastopol.
El país liderado por Vladimir Putin tiene un historial de entrenamiento de delfines con fines militares, utilizando al mamífero acuático para recuperar objetos, sabotear o disuadir a los buzos enemigos.
Desplegando delfines en el campo de batalla. Rusia ha enviado delfines militares entrenados en su base naval en el Mar Negro, posiblemente para proteger su flota de un ataque submarino, según un nuevo análisis de imágenes satelitales. El Instituto Naval de EEUU (USNI) revisó las imágenes satelitales de la base naval en el puerto de Sebastopol y concluyó que dos corrales de delfines se trasladaron a la base en febrero al comienzo de la invasión de Ucrania por parte de Moscú.
La base naval de Sebastopol es crucial para el ejército ruso, ya que se encuentra en el extremo sur de Crimea, que Moscú tomó en 2014. Según el análisis de la USNI, muchos de los barcos rusos anclados allí, aunque fuera del alcance de los misiles, son vulnerables a los ataques submarinos.
Una práctica habitual. Ucrania también entrenó delfines en un acuario cerca de Sebastopol, en un programa que nació de un esquema de la era soviética que cayó en desuso en la década de 1990. Durante la guerra fría, tanto EEUU como la Unión Soviética desarrollaron el uso de delfines, cuyas capacidades de ecolocalización pueden permitirles detectar objetos bajo el agua, como minas. EEUU ha gastado al menos 25 millones de euros en el mantenimiento de sus propias tropas de delfines y leones marinos, que también se pueden entrenar, para ayudar potencialmente en los conflictos.
Los delfines no son las únicas criaturas marinas que los militares rusos pueden haber entrenado. Se cree que una ballena beluga vista en la costa de Noruega en 2019 fue entrenada por la marina rusa. Los pescadores avisaron de una ballena beluga que usaba arneses extraños, que pueden haber sostenido cámaras, hostigando sus botes, tirando de correas y cuerdas desde el costado de los botes.
El papel para Rusia. El programa de Sebastopol fue resucitado en 2012 por la armada ucraniana, pero los mamíferos cayeron en manos rusas después de la invasión de Crimea en 2014. Ucrania exigió sin éxito la devolución de los animales. Dos años más tarde, la armada rusa anunció planes para comprar cinco delfines más, lanzando un proceso de licitación por un contrato de 20.000 euros para entregar delfines a la base de Sebastopol a finales del verano. No está claro si los delfines que se cree que están en Sebastopol hoy son los mismos que salieron de este contrato.
“Nuestros especialistas desarrollaron nuevos dispositivos que convierten la detección de objetivos por sonar submarino de delfines en una señal para el monitor del operador. La armada ucraniana carecía de fondos para tales conocimientos y algunos proyectos tuvieron que suspenderse”, explicaba una fuente a la agencia de noticias rusa.
También en la guerra de Siria. También hay evidencia de que jugaron un papel importante en la guerra de Siria, desplegándose en la base naval de Tartus en 2018. El suceso fue visible en imágenes satelitales en Google Earth. Los delfines se usaron para contrarrestar a los buzos enemigos que podrían intentar sabotear los barcos en el puerto, para recuperar objetos del fondo del mar y para realizar misiones de inteligencia.
Las ballenas beluga. El otro programa activo de mamíferos marinos de la Armada rusa está en el Ártico. Allí se entrenan ballenas beluga y focas. Hvaldimir, la ballena, apareció en Noruega al mismo tiempo que la Armada rusa trasladó algunos corrales de ballenas a la base submarina de Olenya Guba. Aquí es donde se sitúan los submarinos espías de Rusia, incluido el desafortunado Losharik, que sufrió un incidente en julio del año pasado. Las ballenas beluga son más grandes y más lentas que los delfines, pero parecen adaptarse mejor a las condiciones del Ártico. Las ágiles focas se emplean en operaciones de contrabuceo, de forma similar a los delfines.
Es posible que nunca sepamos exactamente qué estaba haciendo la Armada rusa con los delfines en Siria. Estuvieron allí solo unos meses, de septiembre a diciembre de 2018, por lo que puede haber sido una prueba. O puede que no haya terminado bien. Pero no hay señales de que los programas de mamíferos marinos se estén desacelerando. Y el incidente de Hvaldimir en Noruega ocurrió después del despliegue sirio, lo que indica que lo que sucedió en Siria no ha disuadido a la Armada rusa de acercar a sus mamíferos marinos a las unidades operativas. Lo ocurrido en la actual contienda contra Ucrania es la prueba.
Imagen: Unsplash
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