Rusia afronta un declive demográfico agudo. La idea de su Gobierno: pagar a sus estudiantes para que tengan hijos

La base poblacional activa rusa se ha reducido, y la nación quiere atajar el problema con medidas innovadoras

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El año que acabamos señaló claramente un problema que a buen seguro estará en las agendas de muchas naciones: el envejecimiento de la población no va en la misma línea que los índices de natalidad. De ahí que viéramos iniciativas para todos los gustos: guarderías gratis, el gobierno como celestina, tocar puerta por puerta en busca de mujeres o incluso prohibir a mayores de 25 años casarse. Lo último de Rusia: pagar a estudiantes por tener hijos sanos.

Contexto de la sociedad rusa. Contaban en el Washington Post que a pesar de la retórica triunfalista con la que Putin se dirigió a la nación antes de entrar en 2025, Rusia se enfrenta a serios desafíos. Qué duda cabe, la guerra en Ucrania, que se acerca a su tercer año, ha dejado miles de bajas entre las tropas rusas, y el propio progreso militar ha sido lento. En clave económica, la nación ha sido golpeada por sanciones, enfrenta una inflación cercana al 10% y tasas de interés del 21%, lo que ahoga la inversión.

Esto nos lleva al tema central de este artículo. En Rusia se promueve la maternidad como prioridad nacional para contrarrestar una tasa de natalidad en mínimos históricos. De hecho, y ante una caída demográfica catalogada como "catastrófica" por el propio el Kremlin, se han implementado incentivos económicos inéditos para mujeres embarazadas, restringido el acceso al aborto y modificado la narrativa en programas televisivos para glorificar la maternidad adolescente. Políticas todas que buscan revertir la disminución de la población, pero también reflejan un intento de consolidar un modelo social tradicionalista y patriarcal.

Una tasa alarmante. Que Rusia atraviesa una grave crisis demográfica es un hecho con las cifras en la mano. Con números de nacimientos en su punto más bajo en 25 años, durante la primera mitad de 2024 se registraron únicamente 599.600 nacimientos, 16.000 menos que en el mismo período de 2023.

Es más, junio marcó un récord negativo histórico, con la tasa mensual de nacimientos cayendo por primera vez por debajo de los 100.000. Según expresó el mismo Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, la situación es "catastrófica para el futuro de la nación".

Medidas extraordinarias. En noviembre ya contamos que la nación había decidido adoptar una medida sorprendente para impulsar la natalidad del país: quedaba “prohibido” hablar de no tener hijos. Ahora, en una vuelta de tuerca y en un esfuerzo por revertir la tendencia, el gobierno ruso ha introducido otros incentivos financieros: al menos 11 gobiernos regionales ahora ofrecen pagos a estudiantes o universitarias para que tengan hijos sanos.

Por ejemplo, en Karelia, las mujeres menores de 25 años y matriculadas a tiempo completo en una universidad local recibirán 100.000 rublos (aproximadamente 910 dólares) por cada hijo nacido sano, y en regiones como Tomsk han adoptado medidas similares. Paralelamente, las ayudas federales de maternidad han aumentado significativamente. Las madres primerizas podrán recibir 677.000 rublos (6.150 dólares) en 2025, mientras que las mujeres con un segundo hijo obtendrán hasta 894.000 rublos (8.130 dólares).

Factores que explican la crisis. Lo decíamos al inicio. La crisis no solo es producto de bajas tasas de natalidad. La guerra en Ucrania ha dejado un saldo estimado de cientos de miles de muertos y heridos, además de provocar la migración de más de un millón de rusos, en su mayoría jóvenes.

No solo eso. Esto ha reducido aún más la base poblacional activa. Además, se teme que la población rusa, actualmente de 146 millones, pueda caer a entre 74 y 112 millones para el año 2100, según las proyecciones de las Naciones Unidas.

Medidas y cambios sociales. Por todo ello, más allá de los incentivos económicos, el Kremlin ha adoptado estas políticas sociales para fomentar la natalidad. Por ejemplo, una de las medidas más polémicas es la de haber restringido el acceso al aborto y criminalizar la propaganda o el discurso “child-free” del que hablamos hace unas semanas. De hecho, incluso programas televisivos se han modificado para resaltar la “belleza de la maternidad”, como una versión local de la serie de Estados Unidos 16 and Pregnant.

De fondo, un problema que para el propio presidente es una obsesión. Según analistas como Ivan Krastev y Stephen Holmes, la disminución de la población es una preocupación central para Vladimir Putin, una hasta el punto de haber influido en su decisión de invadir Ucrania. ¿La razón? Esa visión de Rusia como un “gigante territorial pero un enano poblacional” en el futuro, argumento que habría sido otro dato a tener muy en cuenta por el Kremlin a la hora de implementar políticas que buscan evitar una catástrofe demográfica.

Imagen | World E., RIA Novosti

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