Tienes un nuevo jugador de fútbol favorito y su nombre es Milad Mohammadi Keshmarzi. Ayer, a escasos minutos de que el árbitro señalara el final del tedioso encuentro entre España e Irán, Milad se topó con la oportunidad de su vida: un saque de banda cerca del área de España que, con algo de suerte, podría generar una de las últimas jugadas de peligro para empatar el partido. Milad miró al balón, lo besó, murmuró algunas palabras y se disputo a sacar.
Y entonces pasó a la historia.
Mohammadi intentó hacer una voltereta para, con el impulso de la acrobacia, lanzar el balón lo más lejos posible. La teoría era impecable, pero la práctica resultó desastrosa: Milad hizo la voltereta pero no atinó a lanzar el balón al mismo tiempo, debiendo levantarse, tomar de nuevo carrerilla y sacar, esta vez, de forma ortodoxa. El intento fallido se convirtió en un viral instantáneo que ensombreció el resto del partido y que, a esta hora, le ha convertido en un nuevo mito mundialista.
¿Pero tan alocada era la idea de nuestro héroe repentino? En absoluto. Si Mohammadi hubiera logrado cuadrar el saque de banda, convertir el inane lanzamiento en un córner virtual y generar una última ocasión para Irán hoy casi nadie estaría hablando de él. El fútbol se ha acostumbrado a atestiguar tentativas más extravagantes y memorables que esa. El hito de Milad reside en su capacidad para el fallo. Como los grandes ídolos pop de siempre, Mohammadi nos ganó el corazón porque nos recordó a nosotros mismos: buenas intenciones, escasos resultados.
De hecho, el fútbol está repleto de ejemplos similares al de Mohammadi. Solo que exitosos. Quizá por eso no hablemos de ellos. Ayer Twitter acudió raudo al rescate y comenzó a compartir saques de banda con voltereta incluida que funcionaron (algunos, incluso, terminaron en gol). La colección no es muy amplia, dado lo extravagante de la técnica en el fútbol profesional, pero lo suficientemente reseñable como para recopilar algunos de sus mejores ejemplos.
Se hace así, Milad. Pero nosotros te queremos igual.
Aron Gunnarsson contra Japón
En repetidas ocasiones. El hoy capitán de la carismática Islandia fue jugador de balonmano en sus tiempos mozos, y de aquella experiencia extrajo una sorprendente potencia con los brazos. Combinada con una espléndida voltereta, Gunnarson logra maravillas. No lo ha cuadrado en competición oficial, pero sí en varios partidos amistosos (como ante Japón) en numerosas ocasiones. Siempre con éxito. También lo ha probado en sus respectivos clubes.
Leah Lynn en un Mundial sub-20
El vídeo más compartido desde anoche. Leah Lynn perfeccionó un saque de banda con voltereta incluida en pleno partido del Mundial sub-20 femenino de 2008. Fue especialmente celebrado porque, al margen de lo acrobático de la técnica, terminó en gol. Desde entonces ha servido de surrealista ejemplo para todos aquellos que intentan poner en práctica la voltereta.
El estonio Risto Kallasate
Totalmente desconocido a nivel internacional, hay quien deposita en el estonio Risto Kallasate el surgimiento del saque de banda con voltereta. Es imposible de saber, pero lo cierto es que hay vídeos de su carrera durante los noventa en los que se ilustra lo precoz de la técnica. Kallasate jugó durante toda su carrera en equipos de segunda fila, aunque logró acumular treinta y seis internacionalidades con la recién independizada Estonia.
Pasó a la historia por esto. No es poco.
Steven Watson para el Newcastle
En un amistoso contra el Celtic de Glasgow, el lateral británico Steven Watson cuadró este imponente saque de banda con voltereta incluida para el Newcastle. La jugada terminó en córner, y quizá es representativa de la ventaja que ofrece la acrobacia: un lanzamiento mucho más poderoso capaz de generar una jugada aérea de peligro de forma inmediata. Más allá de la anécdota, Watson disfrutó de una larga carrera en diversos equipos de la Premier.
José Juan Vázquez para León
Turno del Clausura de la Liga MX: en 2014, José Juan Vázquez se valió de la técnica acrobática para lanzar el balón desde su campo hasta su delantero. Tuvo un carácter extraordinario por lo raro de su ubicación: de forma habitual, los lanzadores suelen optar por la voltereta para colocar la pelota en el área. La jugada de Vázquez no revistió mayor peligro y sí se pareció más a una exhibición gratuita que a una herramienta práctica. En todo caso, es impresionante.
Michael Harris, del Oklahoma Energy
Viajamos a Estados Unidos, segunda división de la liga de fútbol profesional: Michael Harris se dispone a sacar de banda para el Oklahoma Energy FC. Sorprende a propios y extraños con un saque de voltereta que coloca en el área. El balón lo recoge Miguel González y lo coloca en la red. El gol fue ampliamente comentado y ha vuelto a salir a la luz tras el saque fallido de Mohammadi. Ejemplo de cómo, en categorías menores, es un recurso relativamente frecuente.
Un montón de chavales anónimos
Por su espectacularidad, la voltereta de saque de banda es bastante habitual en las categorías inferiores del fútbol estadounidense. YouTube está repleto de chavales anónimos, tanto masculinos como femeninos, probando la técnica (en muchas ocasiones con éxito). Es decir, tiene más predicamento que la mofa hacia nuestro amigo Milad hace intuir.
Pero no estás solo, Mohammadi
Porque como este legendario vídeo de la red ilustra, la voltereta no siempre sale bien. Aunque por motivos bien distintos.
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