Para arriba y para abajo con el llamado “milagro laboral alemán”. Que si fueron los primeros en salir de la famosa crisis financiera, que si se habían visto abocados a minijobs… Las famosas reformas de la Agenda 2010 han sido utilizadas como ejemplo tanto de éxito como de fracaso para economistas de muy distinto signo, e incluso a día de hoy países como España barajan su implantación como "receta" posible para las debilidades de nuestro mercado laboral. Hoy contamos con un interesante análisis al respecto.
25 años de trabajo parcial: Matthew Klein, periodista y columnista económico en Bloomberg y Finantial Times, ha hecho un trabajo de visualización del reciente paper de dos investigadores vinculados al Instituto de Socioeconomía de la Universidad de Duisburg-Essen y asesores del Bundesbank. En millones, puede verse la evolución de la creación y destrucción de empleo entre 1995 y 2019, siendo el empleo a jornada completa la que está en azul oscuro y el de tiempo parcial en azul claro.
La reforma Hartz. En los 90 Alemania se enfrentó a la reunificación, que conllevó el colapso de muchas empresas del bloque del Este, y a ello se sumó la corriente también presente en el resto de Europa de la forzosa de la deslocalización industrial. En aquel momento, grosso modo, se plantearon dos opciones: no tocar a los trabajadores manteniendo los estándares laborales y los salarios (avocando a mucha gente al paro) o fomentar una flexibilización laboral para que el conjunto de los empleados amortigüe esa pérdida de horas netas que van a necesitar trabajarse en el cómputo total… a cambio de que menos personas vayan a la calle.
Además de otras limitaciones, como la introducción de más limitaciones a las prestaciones por desempleo, las leyes Hartz optaron por esta vía.
Empleo casi total. Si en el año 1998 la tasa de paro ajustada rozaba el 12%, en 2019 estaba en el 3,7%. Pese a que es sabido que hacen algunas "trampas" al cuantificarlo (por ejemplo, muchos desempleados de más de 57 años no computan), son cifras envidiables para el resto de grandes economías de Europa. La cosa no quedó ahí, sino que cuando llegó la recesión su economía se contrajo poco y, además, fue el primer gran país en salir de ella.
El "milagro", tal y como se lo ha conocido. Si bien aquellas políticas implantadas entre 2003 y 2005 del canciller socialdemócrata Schröder fueron enormemente controvertidas por ser tildadas de liberales, hoy en día muchos las alaban, incluida Merkel.
La fiesta de la parcialidad. Ahora bien, y guiándonos por las cifras del Instituto de Investigación del Mercado Laboral de Núremberg (IAB), mientras que en 1996 había 8,3 millones de alemanes trabajando a tiempo parcial, en 2016 la cifra ascendía a los 15,3 millones, siendo hoy el 39% del total del empleo del país y el tercer país de la zona Euro con más empleos de este tipo, sólo por detrás de Austria y Países Bajos.
Cifras claras. En esas dos décadas el número de contratos a tiempo completo pasó de los 25,9 millones a los 24 millones. Y este trabajo de subcontratación y temporalidad ha conllevado precarización, con más empleo en ocupaciones peor pagadas, por menos de 11,4 euros brutos la hora, el considerado como el mínimo de calidad: si el porcentaje de trabajo en el sector de bajos salarios ha pasado del 16,9% en 1995 al 20,7% en 2019.
Un par de matices. a) el incremento de la parcialidad es generalizado en Europa en las últimas décadas, y b) según las encuestas de Eurostat, en Alemania mucho del trabajo a tiempo parcial es deseado, no es como en España, por ejemplo, donde el 56% de los trabajadores en esta modalidad estaban buscando un empleo a jornada completo.
¿En quién ha repercutido? De forma muy desigual según el grupo poblacional, ya que, por ejemplo, quienes más están tomando empleos parciales son mujeres con obligaciones familiares. Pero los que más poder adquisitivo han perdido son "los varones solos y con baja cualificación". Ganan una sexta parte menos que ese mismo grupo de población en los años setenta. Yendo a lo macro, y tomando como ejemplo el período entre 2007 y 2013 y los datos de la OCDE, las horas trabajadas por empleado en Alemania cayeron un 4,3%, según la base de datos de la OCDE.
Subsidios a los trabajadores. Según el IAB, si en 1991 el número de trabajadores con un segundo trabajo eran 900.000 personas, en 2016 la cifra ascendía a tres millones, mayor al incremento proporcional en ese período de población general. También, según los datos de la Oficina Federal de Empleo, más de un millón de trabajadores reciben hoy ayudas del Estado para poder llegar a fin de mes. En 2014, y según Eurostat, si el 22.5% de trabajadores alemanes tienen salarios de pobre, en Francia es el 8.8%.
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