La historia del único soldado de la Segunda Guerra Mundial enterrado bajo el mar en el avión en el que dio su vida
Desde fuera, la escena del buque de la Armada de Estados Unidos, el USS Essex, parecía poco menos que surrealista. Ocurrió antes del final de la Segunda Guerra Mundial. Con la tripulación reunida en cubierta y gran solemnidad, empujaban lentamente uno de los Avengers que había servido en combate. El avión parecía en buenas condiciones, pero todos se quedaron mirando hasta que se hundió por completo. Fue tan inusual como insólito. El avión no se hundió solo.
Loyce Edward Deen. Nacido el séptimo de ocho hermanos, Deen creció en la década de 1930 en Altus, Oklahoma, uno de esos pequeños pueblos de la América profunda, tanto, que entre las actividades más seguidas estaban las publicaciones del periódico local sobre la biografía de cada estudiante de último año de secundaria.
Cuando le tocó el turno a Deen, el medio escribió un mensaje de los más premonitorio: “Loyce Deen es un joven con grandes ambiciones. Planea ingresar en la división de mecánica aeronáutica de la Marina de los Estados Unidos después de graduarse y considera que temas como los problemas de la democracia estadounidense son los más interesantes. También ha participado activamente en trabajos dramáticos en la escuela”.
Alistamiento. En octubre de 1942, el joven se alistó a la Armada. Primero en un entrenamiento en San Diego y luego en la escuela de artilleros, donde aprendió todo sobre los sistemas de armas a bordo de un torpedero Grumman TBF Avenger. Luego, en la Escuela Aérea Naval de Fort Lauderdale, antes de unirse al nuevo 15.º Air Group. El 29 de abril de 1944, el Air Group se presentó para prestar servicio a bordo del "barco más guerrillero de la Armada" en Pearl Harbor. El portaaviones USS Essex.
Air Group. Se trataba de un equipo de ochenta aviones de tres tipos distintos. Primero los cazas, los Grumman Hellcats monoplaza. Luego los bombarderos en picado de dos asientos, los Curtiss Helldivers, donde al piloto se une un artillero en el asiento trasero cuyo trabajo es colocar la bomba de una tonelada sobre el objetivo mientras maneja una ametralladora, todo al mismo tiempo. En tercer lugar está el torpedero, el Grumman Avenger, con dos tripulantes alistados además del piloto.
Los Avengers. A bordo del buque llevaban los torpederos TBF/TBM Avenger, unas naves conocidas por su robustez y capacidad de ataque. Aviones que desempeñaron un papel crucial en las operaciones navales del Pacífico, destacándose en misiones de bombardeo y torpedeo contra objetivos japoneses.
Equipados con potentes motores radiales, podían transportar torpedos, bombas y ametralladoras, permiténdoles realizar ataques efectivos tanto contra barcos como contra objetivos terrestres. Además, su diseño incluía un gran compartimiento de bombas y una cabina espaciosa para una tripulación de tres, lo que facilitaba operaciones prolongadas y coordinadas.
USS Essex. No podíamos hablar de los torpederos sin su lanzadera. Estamos ante uno de los portaaviones más importantes de la Armada, uno que sirvió como plataforma de lanzamiento para los Avengers, proporcionando un soporte aéreo crucial en el combate, incluyendo, por ejemplo, la Batalla del Mar de Filipinas o la Batalla de Leyte.
Herida en la pierna. Deen se desempeñaba en su grupo como artillero en un TBM. Su equipo vio algunos de los combates más intensos durante la batalla del Golfo de Leyte, entro los días 24 y 25 de octubre de 1944. En medio de la batalla, recibió una herida de metralla en el pie. Con todo, decidió seguir combatiendo en su unidad los días posteriores y no acudir a un hospital.
Día fatídico. El 5 de noviembre de 1944, Deen cumplía su función como compañero de maquinista de aviación en el escuadrón de torpedos VT-15 como parte de una misión contra las fuerzas japonesas, participando en una incursión en Manila, Filipinas. Ese día, su avión fue objeto de un intenso fuego antiaéreo mientras atacaba a un crucero japonés. Deen murió en acción durante el enfrentamiento.
El piloto del Avenger de Deen, el teniente Robert Cosgrove, regresó milagrosamente al USS Essex. Sin embargo, tanto Deen como el avión sufrieron daños importantes, su cuerpo estaba tan destrozado que era imposible desenredar los restos de la torre.
Un avión como tumba. Así, y por primera vez en la historia, un hombre fue enterrado deliberadamente en el mar, sepultado por el avión en el que había servido. Al parecer, se tomaron huellas dactilares y se retiraron las placas de identificación.
Aquel Avenger en particular ni siquiera estaba destrozado. Como explicó el Instituto Naval de Estados Unidos, “posiblemente en el único suceso en la historia de la Marina de Estados Unidos, Deen fue enterrado en el mar en el avión en el que dio su vida”.
Imagen | Goodfon, U.S. Navy, U.S. Navy
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