Aunque sorprendente, no es la primera vez que ocurre, y seguramente no sea la última
Hace tan solo un año por estas fechas, las altas temperaturas y el clima extremadamente seco que azotaba parte de Europa revelaban un tesoro de oscuro pasado: emergían de las profundidades del Danubio hasta 20 buques de guerra alemanes hundidos durante la 2GM. Esta semana, otros dos de esos “fantasmas” del pasado han aparecido en la ciudad portuaria fluvial de Prahovo, en Serbia, después de una sequía en julio y agosto que hizo bajar el nivel del agua del río.
Barcos nazis. Tal y como ha informado Reuters, se trata de los restos de los barcos nazis cargados de explosivos hundidos en el río Danubio durante la contienda. Además, cuatro barcos que datan de antes de 1950 también han salido a la luz en el Parque Nacional Danubio-Drava de Hungría, cerca de Mohacs, donde el nivel del agua del Danubio se situaba a sólo 1,5 metros tras el efecto de las severas olas de calor y la sequía persistente de julio y agosto.
Al parecer, los barcos revelados en Prahovo estaban entre los cientos de barcos hundidos a lo largo del Danubio por la flota del Mar Negro de la Alemania nazi en 1944, posiblemente cuando se retiraban del avance de las fuerzas soviéticas, destruyendo los propios barcos.
Restos que entorpecen. Cuentan las autoridades locales que estos restos pueden obstaculizar el tráfico fluvial durante los niveles bajos de agua. Pensemos que en el lecho del río se encuentran barcos con torretas, puentes de mando, mástiles rotos y cascos retorcidos, mientras que otros se encuentran sumergidos en su mayoría bajo bancos de arena.
A este respecto, Endre Sztellik, un guardia del parque nacional Danubio-Drava, explicó al medio sobre uno de los barcos que,"todavía no sabemos qué es exactamente. Lo que es visible y un hecho desafortunado es que el naufragio está disminuyendo a medida que la gente se interesa por él y partes de este están desapareciendo".
Una sequía histórica. El Danubio se encontraba a 1,17 metros en Budapest el martes, un dato nada baladí al compararlo con el mínimo histórico de alrededor de 0,4 metros registrado en octubre de 2018. Como contexto, durante las inundaciones, el Danubio se eleva muy por encima de los 6 metros. "Europa del Este está experimentando condiciones críticas de sequía que están afectando a los cultivos y la vegetación", dijo el servicio climático europeo Copernicus en su último informe de sequía publicado a principios de este mes.
El año pasado, con el anuncio de nuevos buques nazis, la situación fue similar. Las altas temperaturas y el clima seco se están cebando con Europa este verano. Julio fue el más seco registrado en Francia y el más caluroso en España desde 1961. Las consecuencias fueron las previstas: los niveles de embalses y ríos cayeron a mínimos históricos, la sequía más grave de Europa en 500 años, según apuntaban.
Lo “bueno” de la sequía, reliquias del pasado. Pero como decíamos, la falta de agua en ríos y embalses recupera vestigios del pasado. La veintena del año pasado también formaba parte de alguno de los cientos hundidos a lo largo del río por la flota del Mar Negro de la Alemania nazi de 1944. Además, en Italia se descubrió una bomba de la Segunda Guerra Mundial de 450 kilos. Una que para detonarla se requirió la evacuación de más de 3.000 personas de sus hogares.
No solo eso. El río ha expuesto también los restos de una antigua aldea en el Piamonte, lo que quedaba del Zibello, una barcaza de carga de 50 metros, también hundida en la Segunda Guerra Mundial, y un vehículo militar nazi. Incluso en España, los arqueólogos encontraron un círculo de piedra prehistórico, el "Stonehenge español". En realidad, se trataba del Dolmen de Guadalperal, un círculo de piedra que se encuentra completamente al aire en el embalse de Valdecañas, Cáceres, donde el nivel del agua bajó hasta al 28% de su capacidad.
Por último, el año pasado la evaporación del embalse de As Conchas dejó al descubierto Aquis Querquennis, una fortaleza romana que data del 69 y el 79 d.C. y que fue abandonada alrededor del 120 d.C. Y en Galicia, la caída de las aguas del embalse de Belesar dejó al descubierto el poblado sumergido del antiguo Portomarín, donde la gente ha podido incluso pasear entre sus casas.
Si tuviera que apostar, diría que el próximo año por estas fechas aparecerán nuevos fantasmas del pasado.
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