Las altas temperaturas y el clima seco se están cebando con Europa este verano. Julio ha sido el más seco registrado en Francia y el más caluroso en España desde 1961. Las consecuencias son las previstas: los niveles de embalses y ríos han caído a mínimos históricos, la sequía más grave de Europa en 500 años, según apuntan algunos científicos. La escasez de agua está creando una situación crítica afectando a hogares, fábricas, agricultores y mercancías en todo el continente.
En Francia ya se ha activado un plan para hacer frente a una crisis hidrográfica descrita como "la peor del país" desde que hay registros. Más de 100 municipios galos no tienen agua potable y están siendo abastecidos. España no se queda atrás: sus reservas se encuentran al mínimo histórico del 40% y han estado cayendo a un ritmo del 1,5% por semana. En Italia no hay ningún dato parecido desde hace 230 años. Basta decir que el río Po, el más largo del país, se ha reducido a una décima parte.
Pero la crisis no solo afecta al sur. Los niveles de agua también han caído peligrosamente en el Rin, al noroeste. Algunas embarcaciones están operando al 25% de su capacidad para no quedarse atrapadas. A pesar de todo, una de las cosas más sorprendente del fenómeno es cómo a medida que los ríos se secan, se están revelando artefactos ocultos durante mucho tiempo bajo el agua, desde campamentos romanos y naufragios de la Segunda Guerra Mundial hasta las famosas "piedras del hambre".
Reliquias a la superficie
Al descubierto han quedado hasta 20 buques de guerra alemanes hundidos durante la Segunda Guerra Mundial cerca de la ciudad portuaria serbia de Prahovo como consecuencia de la caída del nivel del agua en el Danubio. Son algunos de los cientos hundidos a lo largo del río por la flota del Mar Negro de la Alemania nazi en 1944.
En Italia se ha descubierto una bomba de la Segunda Guerra Mundial de 450 kilos. Para detonarla se ha requerido la evacuación de más de 3.000 personas de sus hogares. El río ha expuesto también los restos de una antigua aldea en el Piamonte, lo que quedaba del Zibello, una barcaza de carga de 50 metros, también hundida en la Segunda Guerra Mundial, y un vehículo militar nazi.
En España, los arqueólogos están dando saltos de alegría por el surgimiento de un círculo de piedra prehistórico llamado "Stonehenge español". En realidad se trata del Dolmen de Guadalperal, este círculo de piedra se encuentra completamente al aire en el embalse de Valdecañas, Cáceres, donde el nivel del agua ha bajado al 28% de su capacidad.
La evaporación del embalse de As Conchas también ha dejado al descubierto Aquis Querquennis, una fortaleza romana que data del 69 y el 79 d.C. y que fue abandonada alrededor del 120 d.C. Y también en Galicia, la caída de las aguas del embalse de Belesar (actualmente al 39% de su capacidad), ha dejado al descubierto el poblado sumergido del antiguo Portomarín, donde la gente ha podido incluso pasear entre sus casas.
Pero las más proféticas son las "piedras del hambre", grabadas en la línea de flotación de los ríos durante sequías anteriores como advertencia a las generaciones futuras de que cuando las piedras están sobre el agua, se avecinan malos tiempos. Wenn du mich siehst, dann weine ("Si me ves, entonces llora"), dice la inscripción en una roca en el río Elba, cerca de la ciudad de Děčín, al norte de la República Checa. Otra, cerca de Bleckede en Alemania, dice: "Cuando esto se hunda, la vida volverá a ser más colorida".
El negocio de los kayaks en declive
La sequía también se ha cebado con muchos negocios en lagos y ríos, como el de los kayaks. La pésima situación en España ha hecho que muchas empresas dedicadas al ocio de aventura en muchos pantanos de Cataluña tengan que echar el candado. También empresas que organizan excursiones en canoa o descensos y que llevan años proliferando se han encontrado con una época desastrosa que afectará sus bolsillos.
Según apunta este articulo de eldiario.es, con las reservas al 31% en el embalse de La Llosa del Cavall (Lleida), la empresa Kayak K1 se vio obligada a levantar su flota de piraguas. Al bajar tanto el nivel del agua, es inviable poner en marcha estas embarcaciones. Según apuntaba en aquel artículo el gerente de esta federación, la caída de la facturación en una veintena de empresas es de más del 50% respecto a 2021.
Lo mismo ha sucedido en el pantano de Sau, al 37,7% de su profundidad normal, la empresa Kayak Pla de Sau estima que sus clientes se han reducido a más de la mitad que el año pasado. De sus aguas ha emergido incluso la antigua iglesia de Sant Romà hasta el punto de que se puede acceder andando. No hace falta decir mucho más.
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