El adolescente de 16 años Ethan Couch reconoció ante el juez que conducía borracho y con un par de valiums encima cuando mató a cuatro personas e hirió a otras 11 con su camioneta F-350 de tres toneladas. Su tasa de alcohol triplicaba lo permitido en Texas. Pero los abogados de Couch, que entonces tenía 16 años, tenían una defensa: era un pobre niño rico, tenía "afluenza", una enfermedad mental no reconocida en ningún manual. Que, tal y como lo entendieron los medios, consiste en tener tanta pasta y estar tan malcriado que eres incapaz de entender las consecuencias de tus actos.
La acusación pedía 20 años de cárcel, pero la jueza Jean Hudson Boyd, que se retiró un año después, le condenó a 10 años... De libertad condicional. La sentencia provocó oleadas de indignación en diciembre de 2013. Dos años después, Ethan Couch desapareció. Ha sido detenido en México, en compañía de su madre. El ya adulto Couch se expone, esta vez sí, a 10 años de prisión.
¿Qué es la afluenza?
"Ojalá no hubiese empleado ese término". El psicólogo G. Dick Miller, perito de la defensa, quería explicar a la jueza Boyd que la vida de Ethan Couch estaba fuera de control por culpa de sus padres. Padres que consintieron todos y cada uno de sus caprichos, que nunca le corrigieron y que exhibían una actitud ante los problemas de su hijo digna de matones con pasta.
Miller se defendía en CNN asegurando que lo que pretendía indicar en el juzgado es que Ethan era un bala perdida pero que, sin contacto con sus padres, podría reformarse. Algo que cuesta creer si consideramos que el tratamiento al que fue condenado Ethan implicaba el paso por una clínica de rehabilitación que costaba más de 650 euros diarios, pagados por sus padres. Una posibilidad fuera del alcance de casi cualquier otro menor y que llevó a acuñar la afluenza como un tecnicismo legal que básicamente afirma "los niños ricos no van a la cárcel".
Miller ni siquiera utilizó el término correctamente: afluenza es un neologismo compuesto de influenza [gripe, en inglés] y afluence [riqueza, abundancia], que alude desde principios de siglo a la infelicidad propia de una sociedad cada vez más desequilibrada en el reparto de la riqueza.
En 2007 el psicólogo Oliver James publicó un libro homónimo. Donde explicaba que ese desequilibrio socioeconómico se traduce en un número creciente de casos de depresión, ansiedad y comportamientos autodestructivos. Una teoría seguida por más autores, que en ningún momento hasta el juicio de Ethan Couch señalaba que fuese exclusiva de hijos de millonarios o que impidiese la responsabilidad legal por los propios actos.
Varios expertos consideraron "risible" la defensa basada en la afluenza, que poco menos que convertía al privilegio y la riqueza en atenuantes. Sobre todo cuando las consecuencias para Couch, que no mostró arrpentimiento por sus actos, fueron mínimas. La jueza Boyd, sin embargo, transmitió a las familias de los afectados que el testimonio de Miller no había influido en su decisión.
Pero, ¿tenía razón Miller con lo de los padres?
La familia Couch
Fred Couch, el padre de Ethan, dueño de un negocio de los de más de 10 millones de euros al año, ya tenía un antecedente de alcohol al volante en 1992 cuando, tras ser pillado en un control de alcoholemia, le espetó al agente el típico "gano más en un día que tú en un año". El mismo Fred Couch que, tras regalar a su hijo la furgoneta fatídica con 13 años, aparentemente amenazó al director del instituto que se atrevió a quejarse de que Ethan no tenía edad legal para conducir. Aparte de un historial delictivo que incluye hacerse pasar por agente de policía, agresiones y fraudes.
Su madre, Tonya Couch, expulsó intencionadamente a un motorista de la carretera. Y no recuerda haber castigado a su hijo cuando tenía 15 años y le encontraron borracho con una menor de 14 años, inconsciente y desnuda, en su furgoneta. Tonya también se convirtió en la principal sospechosa cuando Ethan desapareció a finales de noviembre de 2015.
ya boy ethan couch violating probation. i got more if u want @CityofBurleson @TarrantCountyDA pic.twitter.com/otiGprQ1uD
— h (@BlondeSpectre) diciembre 2, 2015
La aparición online de un vídeo en el que se aprecia a alguien que podría ser Ethan Couch bebiendo alcohol (una violación de los términos de su libertad condicional) llevó a que madre e hijo cruzaran la frontera en una huida hacia ninguna parte para evitar la revisión de su condicional. Que, con ese vídeo, habría llevado a la encarcelación de Couch. Eso sí, no se fueron sin antes celebrar "algo parecido a una fiesta de despedida".
Y a que el 11 de diciembre se emitiera una orden nacional de busca y captura contra él. Finalmente, ambos han sido detenidos en México. Ahora, con 18 años, difícilmente puede librarse de una pena que podría alcanzar los 10 años de prisión.