El país ya advierte de "una acción militar decisivo" si los globos norcoreanos dejan alguna víctima mortal
En plena escalada de tensión, Corea del Norte ha decidido cortar sus carreteras hacia el sur
Corea del Sur se ha cansado de los globos que desde hace meses sobrevuelan su frontera norte cargados de basura. Motivos no le faltan. Lo que empezó como un estrafalario goteo de hinchables que hizo saltar las alarmas de Seúl allá por mayo de este año ha acabado convirtiéndose en todo un chorreo. El Gobierno surcoreano calcula que hasta septiembre Corea del Norte le había enviado 5.500 bien cebados de desperdicios, en algún caso incluso con estiércol, que le han obligado a activar a su vez 22 alertas. Con esos datos sobre la mesa, en el país ya han movido ficha para dotarse de un arma peculiar para frenarlos: drones "anti globos-basura".
Al fin y al cabo en Corea del Sur inquieta que lo que hoy son desperdicios, papeles sucios, envases o incluso estiércol, en el futuro sea una amenaza mucho mayor para su población, como patógenos o sustancias radiactivas.
Drones "antiglobos" de basura. El concepto quizás suene extraño, pero precisamente eso es lo que se están planteando crear en Corea del Sur: drones diseñados para detectar, capturar y neutralizar los miles de globos de basura que, denuncia el Gobierno, reciben desde hace meses de la vecina Corea del Norte.
La noticia la han avanzado varios medios del país, incluido el veterano The Korea Times. Empresas especializadas en defensa, académicos e instituciones dedicadas a la investigación han unido fuerzas para crear vehículos no tripulados especiales. Su objetivo sería trasladar una propuesta al Gobierno en los próximos meses.
Objetivo: una respuesta rápida. En la iniciativa se han embarcado las universidades de Jeonbuk y Hanseo, UAM Tech, el Instituto de Investigación de Energía Atómica de Corea (Kaeri), la Academia Militar de Corea y la firma BioLT, entre otros. "Planeamos proponer el proyecto al Comité de Defensa de la Asamblea Nacional el próximo mes, enfatizando la necesidad de examinar las amenazas de seguridad planteadas por los globos de basura norcoreanos y establecer un sistema de respuesta rápida", explica Kang Eun-ho, director de una de las organizaciones implicadas y que ejerció un cargo de responsabilidad en área de defensa.
¿Todo por unos globos? No exactamente. Los globos de basura han dejado de ser una curiosidad para convertirse en un auténtico quebradero de cabeza para la administración surcoreana. El Ministerio de Interior y Seguridad del país calcula que solo entre mayo y septiembre Corea del Norte les ha enviado más de 5.500 aerostáticos cargados de basura, lo que ha derivado en 22 alertas.
Es más, algunos van equipados con temporizadores que les permiten explotar y esparcir su contenido. En julio Reuters informó de que al menos uno de ellos llegó a provocar un incendio en lo alto de un edificio de Gyeonggi, una provincia cercana a la capital. Seúl los examina con tanta atención que en septiembre ya advirtió que, en caso de que se cruce cierta "línea" y dejaran una víctima mortal, al país no le temblaría el pulso a la hora de responder con "acciones militares decisivas".
La clave: el contenido. Habría sin embargo otra razón, tan o incluso más importante, por la que las autoridades surcoreanas siguen con atención la deriva de los globos. Hoy quizás vayan cargados de basura o incluso estiércol, pero… ¿Y mañana? The Korea Times asegura que el temor a que Corea del Norte pueda usar los hinchables para enviar a su vecino del sur un contenido peor, como sustancias radiactivas o patógenos, ha generado "una creciente alarma" en el país.
El mismo diario asegura que el ejército es reticente a interceptar los globos en pleno vuelo por el temor de que al hacerlo puedan liberar sustancias peligrosas. En un estudio reciente, el Instituto de Estrategia de Seguridad Nacional (INSS) señala que hasta la fecha el contenido más preocupante de los globos son las heces y las bacterias y microorganismos que alojan, que podrían causar a su vez enfermedades como el cólera. "En lugar de centrarnos en futuros escenarios especulativos de ataques bioquímicos, la preocupación inmediata es la gestión de esas heces".
¿Y qué tienen en mente? Aunque como reconocía Kang Eun-ho aún deben trasladarle su propuesta a Defensa, los impulsores del proyecto tendrían ya una idea más o menos precisa de qué necesita Corea del Sur. La idea es crear dos tipos distintos de drones. Habrá dispositivos multirrotor diseñados para detectar y recoger los globos y drones de despegue y aterrizaje vertical (VTOL) que se desplegarán en zonas donde los globos ya han causado estragos.
Los primeros dispondrán además de detectores de radiación de alta sensibilidad y equipamiento para recoger muestras y desplegar dispositivos de capturas. El diario precisa que los drones se desplegarán por la frontera, cada uno operará al menos tres horas y se encargará de un único globo por misión. Una vez neutralizados, se trasladarán a un lugar donde los expertos puedan analizarlo y eliminarlo.
Una solución a medio plazo. También ha trascendido que la investigación y desarrollo durará unos tres años y requerirá de un presupuesto anual de 10.000 millones de wones, equivalente a unos 6,8 millones de euros. Que la solución deba esperar tanto ha generado ya preocupación, sobre todo si se tiene en cuenta que en medio año ha recibido más de 5.500 globos y ha habido jornadas especialmente intensas: en julio llegó a contabilizar unos 500 en cuestión de 24 horas.
El equipo detrás de la iniciativa ya ha salido al paso argumentando que la tarea que se le presenta por delante no es sencilla. No solo tendrán que buscar la forma más eficaz y segura de analizar los globos y neutralizarlos. Sus aparatos deberán hacerlo y transportar equipos pesados con todo tipo de condiciones climáticas. Para realizar ensayos tendrán que construir además espacios especiales.
Subida de escalada. Habría aún una tercera razón por la que los globos norcoreanos preocupan en Corea del Sur. Las relaciones entre Seúl y Pyongyang, tirantes ya de por sí, no pasan por su mejor momento. Durante los últimos meses la tensión entre ambos ha escalado a tal nivel que ha afectado al pacto militar de 2018 y Kim Jong-un se ha referido a su vecino del sur como "enemigo nº1".
Pyongyang acaba de hacer un anuncio en gran medida simbólico, pero que da cuenta del punto en el que están las relaciones: ha decidido cortar el acceso por carretera y ferrocarril con Corea del Sur para así "separar completamente" los dos territorios, "bloqueando permanentemente la frontera". La medida, argumenta el ejército (KPA), es un movimiento de "autodefensa para evitar la guerra".
Imágenes | B Ystebo (Flickr) y Trump White House Archived (Flickr)
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