¿Qué pasa cuando un exjugador NBA de 2,17 metros y cerca de 150 kilos de peso se cae al suelo en un estudio de la televisión TNT? La respuesta obvia es que Internet se arroje encima de este Vine y trate de convertirle en un meme.
Tú lo sabes, yo lo sé, y Shaquille O'Neal también lo sabe. Lo primero que hizo fue avisar a sus casi 10 millones de followers en Twitter de que "casi me rompo la maldita pierna, LOL"
Para, a continuación, ofrecer 500 dólares a la mejor recreación de su caída.
Desde entonces, hemos visto a Shaq capturado por liliputienses,
noqueado por Mayweather o Muhammad Ali
y llorado por Simba, todo bajo el hashtag #Shaqtinafall.
Shaq domina Internet de manera similar a como dominó los tableros en sus años de jugador en activo. Y es más famoso por su condición de estrella memética que por sus cuatro anillos de la NBA o su reputación de ser uno de los mejores pívot de la historia de este deporte. Es lo que pasa cuando eres el coprotagonista del Mejor Gif Animado: un gato + Shaquille = sexy time.
Pero claro, Shaq nunca se tomó a sí mismo muy en serio, incluso antes del auge de Internet. Fue rapero malote...
...con Shaq Diesel, un disco de 1993 con el que alcanzó el estatus de disco de platino al vender más de un millón de copias. También fue superhéroe en la gran pantalla con Steel, un derivado de Superman en el que el baloncestista llevaba una armadura digna de Tony Stark borracho y practicaba su mejor habilidad:
Reírse de sí mismo. También se dejó ver en un videojuego infame. ¿De baloncesto? No, de guantazos: Shaq Fu, bisutería barata al lado de sus inspiradores Mortal Kombat o Street Fighter II -eran los 90- con uno de los peores finales de la historia del medio.
Y que trató de resucitar hace poco con una campaña de crowdfunding absolutamente enloquecida en la que ofrecía todo tipo de recompensas absurdas. ¿Nuestra favorita? Por 500 dólares, los mismos que ofrece por #Shaqtinafall, Shaquille te seguiría en Instagram. Con amor.
Mientras casi un 75% de los exjugadores de la NBA se quedan en la ruina en pocos años -con nombres tan sonados como Scottie Pippen, el escudero de Jordan-, Shaquille ha empleado sus dones de payaso y su carisma internetero para labrarse una carrera: es de los pocos famosos que puede permitirse anunciar productos en sus redes sociales avisando de ello sin que sus fans se le echen encima. Claro que la fórmula es sencilla: Shaq hace el tonto con algún producto en la imagen y listo.
Esos mismos fans descubrieron hace algo más de un año que Frozen, la película de Disney, tenía un problema horrible: Shaquille no aparecía en ninguno de sus fotogramas. Afortunadamente, la comunidad de Tumblr dedicó todos sus esfuerzos a arreglar la película, un chiste absurdo y recurrente que deja claro que Shaq es como los gatitos: un pedazo de cultura de Internet con patas.
PD: Eso sí, dudamos mucho que #Shaqtinafall consiga superar a la cumbre de las caídas recreadas en Internet. La de Madonna:
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