Brillante hombre de negocios, fundador de Tesla y, en un futuro no muy lejano, posible dictador universal elegido por aclamación, Elon Musk es la persona en el que la humanidad ha depositado sus esperanzas para solucionar la crisis energética, la crisis de movilidad y la posible llegada a Marte. El tipo es indudablemente brillante y acapara admiradores y aduladores por doquier, y su figura es tan poliédrica como abarcable.
Pero al margen de sus obvias virtudes, Elon Musk ha desarrollado otro aspecto típico del siglo XXI: una gigantesca bocaza. Para bien o para mal, Musk lleva una temporada instalado en declaraciones a cual más polémica, controvertida o provocadora. Principalmente, a través del "quita, que esto lo arreglo yo", pero también poniendo encima de la mesa ideas sugerentes y debates profundos. Musk es el gran bocachancla de nuestro tiempo. Ejemplos:
"Te instalo las baterías en menos de cien días o te sale gratis, ¿te enteras, tronco?"
Su última gesta retórica: plantear al gobierno de Australia la instalación de entre 100 y 300 megavatios-hora de baterías para solucionar la incipiente crisis energética del país, la misma que ha llevado a las principales empresas del ramo a negarse a recibir subvenciones para resucitar el carbón. La posibilidad de que Musk, en el plazo de algo más de tres meses, se plantara delante de un problema histórico y lo solucionara en un santiamén, vía renovables, fue un bombazo viral.
Nada comparable a su reacción posterior cuando algunos ilustres australianos de negocios dijeron que estaba bromeando o que era poco menos que un bufón. Sus palabras: "Tesla tendrá instalado el sistema y en funcionamiento a los 100 días de la firma del contrato, o lo hará gratis. ¿Te parece lo suficientemente serio?". Boom.
"Hay una posibilidad entre mil millones de que no vivamos en una simulación"
Terreno filosófico para Musk: cuestionado en una conferencia sobre la posibilidad de que toda la humanidad viva en una simulación, Musk respondió que había una posibilidad entre mil millones de que no viviéramos ya en ella.
Musk no es el artífice de la teoría, pero sin duda sí es la persona célebre que mayor proyección mediática le ha otorgado. Se basa, de forma muy resumida, en lo siguiente: o bien el ser humano perece en el futuro incapaz de crear simulaciones, o bien se niega a crearlas por reparos morales o bien ya ha creado miles y miles y miles de mundos simulados y nosotros sólo somos uno de ellos, en los que el ser humano lleva vidas normales y corrientes, experiencias reales, pero simuladas de la civilización originaria.
Si quieres leer más y mejor sobre ello, este es el paper original en el que se basa la teoría filosófica de Musk, y aquí lo explican muy bien. Para Musk, o bien somos una simulación o bien estamos destinados a perecer. Alegría.
"Llegaremos a Marte en 2025"
Uno de los aspectos más revolucionarios de SpaceX y de Musk es su empeño en llevar al ser humano a Marte. Hasta ahí todo bien: sus avances técnicos, los suyos y los de la NASA, indican que entra dentro del campo de lo posible. Ahora bien, ¿tan pronto como en 2025, en menos de una década? Es la idea de Musk, en una predicción arriesgada. Según SpaceX, se lanzarían las naves en 2024 y allí que iríamos en 2025.
"El mejor modo de solucionar el tráfico de Los Ángeles es con un supermegatúnel"
Elon Musk gonna elonmuskear. En la más pura definición de "calentón" tras un día atascado en el infernal tráfico de Los Ángeles, Elon Musk llegó a casa y declamó a toda la humanidad: "Mira, un día me harto y me pongo a cavar túneles como si no hubiera un mañana". Y la gente se rió, pero Elon iba en serio. Tan en serio que al rato escribió: "Oye, que voy en serio". Y desde entonces lleva huyendo hacia adelante intentando ejecutar el demencial plan.
¿Por qué? Porque tenemos un problema gigantesco con los coches en las ciudades y porque estamos buscando soluciones. Musk tiene una radical, que consiste en sepultar, al modo gallardonesco, todo el tráfico de Los Ángeles, un túnel megagigantesco que acabe con el tráfico, de tal modo que vayas de casa al subsuelo del eficicio de tus oficinas de forma cómoda y sin estrés.
También tuiteó una foto en la que parecía que ya había empezado.
¿Tendremos túnel? Como se anota brevemente aquí, sólo si logramos pasar por encima de a) la brutalidad inversora que sería necesaria para realizar un proyecto así, varias veces más ambicioso que el túnel de San Gotardo, b) el hecho de que no conocemos el subsuelo de la Tierra lo suficiente como para excavar un universo 3D, c) el alto coste medioambiental que podría suponer, o d) algo tan sencillo como un permiso.
"Rex Tillerson tiene el potencial para ser un estupendo Secretario de Estado"
Desde la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, Elon Musk ha sido uno de sus más sorprendentes consejeros. Se reunió con él al principio de su mandato, al igual que Tim Cook y otros grandes popes de la industria tech, pero ha ido más allá: cree que puede neutralizar el mal a desplegar por la administración Trump colaborando desde dentro. Un "reforma" el sistema de la mano de Donald.
Si bien hay quienes le acusan de entablar amistad con Trump desde un punto de vista cínico y estratégico, es decir, con el objeto de beneficiarse del presidente, Musk ha contribuido por su parte a alimentar la polémica en tan extraña relación. Nada menos que aplaudiendo la elección de Rex Tillerson, ex CEO de ExxonMobil, y magnate del petróleo. Musk razona que al haber sido un líder de éxito en la multinacional más rica del planeta, también puede ser un líder en la política exterior de Estados Unidos.
Sobre su invisibilidad en el cargo, sospechosos lazos con Rusia o posible conflicto de intereses con el mundo del petróleo no se ha pronunciado.
"Ya somos cyborgs"
Una breve: "Ya somos un cyborg. Tienes una versión digital de ti mismo, una versión parcial de ti mismo en formato e-mail, redes sociales y todas las otras cosas que haces". Según Musk, el hecho de acceder a un ordenador o a un smartphone de la potencia de los actuales nos hace en seres a mitad de camino entre lo humano y lo robótico. Aunque tiene sentido, el concepto cyborg es algo más complejo de lo que plantea. Y estamos lejos.
"El mejor modelo político para la futura colonización de Marte es la democracia directa"
Lo dijo poco después de lanzar al aire la posibilidad de que todos seamos una simulación de nosotros mismos. Para Elon Musk, cuando lleguemos a Marte y comencemos a organizar nuestra forma de gobierno, deberíamos optar por la democracia directa no-representativa donde todos los ciudadanos tienen que votar el cuerpo legislativo del planeta. Con una particularidad: para aprobar una ley tendremos que obtener un 60% de apoyo en las urnas y para rechazarla sólo un 40%. Destruir será más sencillo.
Como se explica aquí, eso puede tener sentido en lugares como Estados Unidos, México o España donde ya hay un montón de leyes desactualizadas o perjudiciales cuya derogación es muy complicado obtener. ¿Pero en un terreno virgen donde es más relevante aprobar nueva legislación antes que destruirla? Suena raro.
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 0 Comentario