Ser sospechoso de simpatizar (o declararlo abiertamente) con intereses japoneses es una de las peores ofensas hacia la población China. Tanto es así, que una de las mayores empresas embotelladoras de agua y refrescos de China está viendo peligrar su negocio por el boicot de los nacionalistas chinos.
Zhong Shanshan es una de las personas más ricas de China gracias a la popularidad de Nongfu Spring, una de las empresas de agua embotellada y refrescos más consumida de China. Por ponerla en perspectiva, la embotelladora está valorada en 56.119 millones de dólares. El precio de sus acciones se ha desplomado ante la retirada de unos 3.800 millones de sus inversores.
El gran delito de la marca fundada por Shanshan no es otro que utilizar unas ilustraciones de estilo japonés en las etiquetas de sus botellas, lo que le ha servido para ganarse calificativos de antipatriótica y amigable con los japoneses.
La ofensa antipatriótica a China…que en realidad no es tal
Pese a que la compañía ha declarado que los templos que aparecen en la etiqueta no son japoneses, sino que son chinos, y que el texto en la botella trata sobre la cultura del té japonesa originaria de China. Sin embargo, eso no ha servido para aplacar la ira de los usuarios chinos, que se ha escenificado llamando al boicot desde las redes sociales y mostrándose a sí mismos vertiendo el agua o usándola para fregar el inodoro o el suelo.
El texto que se incluye en la etiqueta junto a la representación de un templo budista, hace referencia a que, en 1267, el monje japonés Nampo Jomyo estudió el budismo y la ceremonia del té en el templo Jingshan en Hangzhou, provincia de Zhejiang, en el este de China. Supuestamente, desde ese templo se introdujo el té verde al vapor en Japón, lo que finalmente condujo a la creación del matcha.
Algunos establecimientos de la cadena 7-eleven del este de China han anunciado que retirarán los productos de la popular marca de agua y refrescos de sus estanterías. La reacción de la cadena de tiendas se produce ante el temor de sufrir represalias y el llamamiento al boicot en las redes sociales se extienda también a su cadena.
“Cesaremos la venta de productos relacionados de Nongfu Spring. Los productos de todos los países están disponibles para su compra, pero los artículos que respaldan los halagos de las empresas chinas hacia el comportamiento de Japón no se venderán”, declaraba un representante de la cadena de tiendas a Global Times.
En contrapartida, la furia vertida en las redes sociales hacia Nongfu Spring está ayudando a incrementar las ventas de su competidor Wahaha, ya que los usuarios comparten publicaciones en los que aparecen consumiendo los productos de Wahaha y lanzando proclamas patrióticas contra Nongfu Spring.
No es la primera vez que la opinión pública China incendia las redes (o lo que surja) ante la mínima sospecha de afrenta a su sentido patriótico. Según publica Fortune, en 2018, la marca de moda Dolce & Gabbana tuvo que afrontar una crisis similar ante una supuesta ofensa al pueblo chino por incluir unos palillos en una de sus campañas, mientras que Apple tuvo que lidiar con el boicot de los usuarios por publicar en su web la imagen de un asiático con una coleta, que los usuarios interpretaron como una burla al usar un estereotipo.
Ni Huawei, uno de los buques insignia de la tecnología china se ha salvado de la furia de los nacionalistas chinos, cuando le puso el nombre “Kirin” al procesador que equipan sus dispositivos, en alusión a una criatura de la mitología japonesa.
El odio cerril del pueblo chino hacia los japoneses se vio alimentado por las atrocidades que los nipones llevaron a cabo contra el pueblo chino durante la Segunda Guerra Sino-Japonesa que tuvo lugar entre 1937 y 1945, descrita como el ‘Holocausto asiático’. Durante esa guerra, se estima que los japoneses exterminaron a poblaciones enteras y cometieron crímenes de guerra y torturas contra una población que utilizaron como conejillos de indias para experimentar.
El sentimiento antijaponés de la población ha sido avivado en ocasiones desde las propias instituciones chinas para presionar a intereses japoneses en el país.
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Imagen | Flickr (bfishadow)
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