Los problemas del sector retail derivados de la pandemia y un cambio de hábitos en los consumidores son fácilmente percibibles si observamos el cierre frenético de tiendas físicas en nuestro país durante los últimos meses. Ahora este fenómeno le ha tocado a una de las marcas más famosas en el mercado: Disney. El pequeño ratón de orejas negras y nariz vistosa se despide de cantidad de tiendas repartidas por el mundo, incluidas muchas españolas.
Si bien echar el candado tiene ver con las intenciones de las marcas por enfocar sus esfuerzos a la tendencia digital que impera, el juguete lleva tiempo enfrentándose a un escenario apocalíptico.
La fantasía se apaga. Hace unos días, la empresa anunciaba la clausura del local ubicado desde hace más de dos décadas en la provincia de Málaga. Una decisión multicadena que, aunque la compañía no lo ha comunicado de forma oficial, parece afectar al menos a 13 tiendas más en España, que esperan cerrar los próximos meses, con despidos inminentes planeados para agosto en Madrid y noviembre en Barcelona, entre otros.
En Andalucía la empresa comunicaba el cierre con un básico pero nostálgico cartel en donde decían “gracias por ser parte de nuestra magia” y anunciaban que el último día de apertura será el 16 de junio. El anuncio ha hecho que incluso los fans más devotos creen una recogida de firmas virtual para presionar a la compañía a evitar el cierre y despido de los trabajadores.
Un plan mundial. Estos cierres concretos se enmarcan dentro de su política global de reducir los locales físicos: al menos el 20% de sus tiendas. ¿Los motivos? Han experimentado una reducción de ventas desde el inicio de la pandemia y ahora lo único que les queda es un intento de canalizar todas sus operaciones a través de Internet y de los locales ubicados en los parques temáticos. Para que os hagáis una idea del declive histórico: Disney Store cuenta con unas 300 tiendas en todo el mundo hoy en día mientras llegó a tener 800 en el pasado.
De momento 60 cierres planificados tendrán lugar en Estados Unidos, aunque la compañía estudia también la posibilidad de cerrar establecimientos en otros lugares del mundo. Con la noticia de España, el plan de reestructuración se cobra su primer víctima después de que algunos medios como Retail Insider indicaran la clausura próxima de 18 ubicaciones de Disney Store también en Canadá para verano.
Los últimos días del retail. ¿Por qué sucede todo esto? Básicamente porque el retail vive días negros. Pero no sólo desde que el virus entró en nuestras vidas, sino desde mucho antes. Es el apocalipsis del retail: el fin de las tiendas físicas por el empuje del comercio online. Y aunque la pandemia ha acelerado el fenómeno en apenas un año lo que en otras circunstancias le hubiera costado décadas —las ventas por internet se incrementaron un 36% en España en 2020—, lo cierto es que la mayoría de expertos coinciden en que sí, la explosión del e-commerce que ha traído el virus ha contribuido a acelerar muchos cierres de tiendas.
En EEUU se espera que una de cada 11 tiendas físicas en el país dejen de existir en los próximos cinco años, según un estudio de la firma UBS, que espera que alrededor de 81.000 tiendas físicas desaparezcan en el país para 2026. En el peor de los escenarios, hasta 150.000 establecimientos tendrían que despedirse de sus clientes. Un buen ejemplo es lo que ha sucedido con la multinacional sueca H&M, que ya se prepara para reducir de manera drástica su red comercial en España. El primer movimiento: un ERE que destruirá 1.100 empleos. El segundo: el cierre de tiendas emblemáticas como las de Madrid y Barcelona.
El futuro del juguete. Y a todo esto hay que añadir que la industria del juguete también vive su propio crepúsculo. Sin irnos más lejos, la archiconocida cadena de jugueterías Toys ‘R’ Us también echaba el cierre definitivo de 170 de sus 800 tiendas por todo Estados Unidos hace unos meses. Lo hemos contado en Magnet. Los motivos nos suenan a todos: los niños prefieren las pantallas, la forma del entretenimiento ha cambiado y Amazon se ha convertido en la solución fácil de cualquier padre desesperado por contentar a sus retoños.
Ya no quieren muñequitos. Los niños cada día pasan más tiempo entreteniéndose con tecnología. También Lego, Mattel o Hasbro se han dado cuenta de ello, mientras ven caídas continuadas en sus ventas desde hace cinco años. Los niños ya no quieren figuritas de los Power Rangers, quieren vídeos de Peppa Pig en el móvil. Y por último, Amazon también tiene parte de la culpa. Entre 2015 y 2017 las ventas de juguetes en Amazon crecieron un 24%, 4.000 millones más. Los ingresos cayeron en Toys ‘R’ Us, en porcentajes similares. El futuro, ya lo conocemos, es la tienda digital. Y Disney lo sabía bien.
Imagen: Wikimedia Commons
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