Ni siquiera los políticos británicos han podido comprar la PS5 fuera de reventa. Solución: prohibirla

“Algún político británico debió prometerle a su hijo que tendría una PS5 estas navidades y va a ir a por todas, maldita sea”, bromean en la red. En la isla, al igual que en buena parte del resto de países del mundo, las ventas y reservas de la nueva consola de Sony se han convertido en un festival de la escasez y el abuso vía reventa. Y seis parlamentarios del Partido Nacional Escocés (SNP) han decidido dar un paso al frente presentando formalmente una moción para el parlamento de Reino Unido que prohíba el uso de bots automatizados para la compra de un buen rango de productos por Internet.

En qué consiste la moción: buscan una prohibición similar a la que ya existe en las islas para la reventa de entradas de eventos y conciertos (y que no siempre se puede demostrar, como ejemplifican las famosas ventas de boli Bic + entrada de regalo). Quieren que “la reventa de consolas de videojuegos y componentes informáticos” de productos nuevos no puedan exceder un precio razonable al del precio de venta recomendado por el fabricante, así como ilegalizar estas adquisiciones vía bots.

Que hayan firmado seis parlamentarios y por el momento sólo se hayan sumado otros nueve hacen pensar que esta moción temprana será denegada en su primera ronda. Se trata de una campaña más bien simbólica en el corto plazo, pero da visibilidad al tema y ayuda a conocer cómo de importante es la cuestión para la opinión pública. Como ya vimos, los políticos están cada vez más interesados por atraer a nichos específicos, y el nicho gamer es uno de lo más tentador.

¿Pero tan grave es el problema? Para los aprovechados no son más que surfeadores de esa mano invisible de la oferta y la demanda: si estás dispuesto a comparte la PS5 al doble de su precio, es tu problema. Por el camino, especuladores e informáticos (fabricantes y revendedores viven en un constante juego del gato y el ratón por reforzar y sortear los sistemas anti scalping) que crean un sector laboral paralelo a todo ello. Para otros se trata de una agravio a la democracia consumista, donde muchos deberían tener acceso a estos bienes si el fabricante no puso su precio por las nubes.

Cuantificando el daño bot: según un estudio sólo centrado en las subastas de eBay los revendedores han obtenido más de 28 millones de dólares en beneficios por las ventas de consolas next gen. Por ejemplo, el precio medio de venta de la Xbox Series S, aunque su PVP era de 300, fue de 469 dólares. Para la Series X, de 499 a 865. Para la PS5 normal, de 5400 a 1.021. Y suma y sigue. En tarjetas gráficas, como contó Xataka, la cosa está mucho peor.

A eso se le suma que este año han confluido varios factores (problemas en la cadena de suministros, mucha más gente que antes por el coronavirus queriendo meterse a lo gamer) que han hecho que las principales marcas hayan tenido roturas de stock.

Hemos tenido héroes, también: este tío evidenció hasta dónde llega el problema de los bots tendiéndoles una trampa. Puso a la venta una foto de una PS5 (especificando perfectamente que se trataba de una simple fotocopia) a 500 dólares, y la consola voló en segundos, sacándole los cuartos a algún sacacuartos.

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