¿Cuál es el precio de una persona para mudarse de la ciudad al campo? Es lo que se pregunta el Gobierno de Japón en un momento de crisis demográfica. El país nipón lleva varias décadas registrando una tasa de natalidad muy baja, lo que ha llevado a un inevitable envejecimiento drástico de la población y a una fuerza laboral más debilitada. Este es un fenómeno aún más exacerbado en las áreas más rurales, donde las nuevas generaciones tienden a emigrar a las grandes ciudades o a la capital.
Para contrarrestar el nefasto impacto del contexto actual, algunas ciudades japonesas han comenzado a aplicar medidas desesperadas para una situación también desesperada: pagar a las familias para que se muden.
Un cheque. De hasta un millón de yenes o 7.500 euros para las parejas que se establezcan allí. Es el precio que ha puesto el Gobierno de Japón en colaboración con hasta 1.300 municipios del país para quienes decidan dar el paso de mudarse a una zona donde escasee la población y quienes abandonen grandes metrópolis como la de Tokio. Esta tarifa de "reubicación", como la han llamado, crece cada año a medida que el problema persiste e incluso empeora.
Hace un par de años contamos en Magnet cómo municipios como Chiba ofrecían 2.240 euros a parejas jóvenes por mudarse a complejos residenciales donde habita un gran porcentaje de personas mayores. La cantidad ahora es más del doble: la mitad proviene del gobierno central y la otra mitad de los municipios locales.
Requisitos. Eso sí, para aquellos que busquen obtener la ayuda de los 7.500 euros, deben haber estado viviendo en los 23 distritos "centrales" de Tokio, otras partes del área metropolitana y las prefecturas vecinas de Saitama y mudarse fuera de Tokio o a áreas montañosas que se encuentran dentro de los límites de la ciudad. También pasar en el lugar de destino al menos cinco años, con la advertencia de que si no se cumplen, se deberá devolver el dinero.
Para las parejas de jóvenes o recién casadas que, por otro lado, busquen mudarse a zonas despobladas en complejos residenciales envejecidos (y busquen obtener prestaciones de hasta 2.240 euros), se ha de tener menos de 39 años y estar trabajando (en el nuevo destino o en remoto) o planear abrir un nuevo negocio en el municipio.
No cabe más gente en Tokio. El gobierno japonés espera que estas generosas sumas de dinero motiven a las familias jóvenes y con hijos a aliviar algunos efectos derivados de la sobrepoblación de Tokio, como los servicios públicos cada vez más tensionados por la cantidad ingente de personas que viven allí: alrededor de 35 millones en el área metropolitana, más de la mitad de toda España. Hay que tener en cuenta que la capital nipona ha visto crecer su número de residentes más del 16% en la última década.
La mayoría acuden por mejores perspectivas laborales y salarios más altos. Como el dinero parece ser lo único que mueve a los ciudadanos a cambiar de ciudad, el Gobierno está ofreciéndoles el mismo incentivo para que se vayan de allí.
Decenas de municipios, al borde de la desaparición. Este fenómeno migratorio sumado al rápido envejecimiento de la población japonesa por una crisis de natalidad ha llevado a muchos pueblos rurales a quedarse prácticamente vacíos, con millones de viviendas desocupadas. Es lo que los japoneses llaman “akiya”. Allí, las escuelas, hospitales y las empresas han comenzado a cerrar porque no les es rentable mantenerse cuando no hay clientes o alumnos. El grupo de analistas de Japan Policy Council prevé que si esta tendencia continúa, 896 municipios (la mitad del total) podrían desaparecer para 2040.
Envejecimiento de la población. Y el resultado de todos estos acontecimientos apunta en la misma dirección: una reducción de la fuerza laboral que podría llevar a un estancamiento económico. Es lo que más asusta al Gobierno, que la crisis demográfica y el envejecimiento de la población japonesa (que ya es la sociedad más envejecida del mundo), perjudique a tanto a sus industrias como al sistema de pensiones.
Es algo que ya ha empezado a darse: en los últimos años, el número de muertes ha superado al de nacimientos, y estos últimos alcanzan mínimos históricos cada año. Los datos oficiales muestran que el 29,1% de los 125 millones de habitantes del país asiático tiene 65 años o más, otro récord. Y se espera que más del 35% de su población tenga 65 años o más en 2050, El gobierno cree que son el alto coste de vida y la falta de apoyo para el cuidado de los niños las razones por las que la gente tiene menos hijos. Y ahí es donde el Gobierno quiere poner un parche con sus nuevos incentivos: si lo que necesitan es dinero, tomad dinero.
Imagen: Unsplash (Roméo A.)
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