Cualquier ser humano nacido entre principios y finales de los años ochenta recordará la década de los '00 con... Extrañeza. Fueron tiempos complicados. Quizá no tanto a nivel político como estético/cultural: aquella fue una época marcada por el incipiente advenimiento de Internet, una en la que el mundo pre-conectado se encaminaba hacia el mundo hiper-conectado. De transición, de cambio de paradigma.
Confusa, por tanto. Ante aquel abigarramiento, todos los adolescentes que vivimos aquella década sólo encontramos una respuesta: huir.
Y nostálgica. Enterrar los pantalones acampanados, las Nike Tn y la gomina en lo más profundo de la Tierra. Hasta que un día llegó la generación Z y decidió romantizar nostálgicamente aquella época. El último ejemplo: el regreso de los auriculares con cable. Un TikTok de @thedigifairy viralizado durante las últimas semanas ilustra cómo algunos iconos contemporáneos como Bella Hadid están impulsando, voluntaria o involuntariamente, el regreso del cable. Uno que ni siquiera se remonta tanto en el tiempo, pero que ha quedado consagrado a una era.
Los dosmiles.
Hasta el final. La tendencia en cuestión ya tiene su propio perfil de Instagram (@wireditgirls) donde famosas e influencers de diferente condición posan junto al nuevo accesorio de moda. Dado que no hay una sola tendencia estética inteorizable, Mashable ha hablado con su creadora: "Los cables son una actitud (...) Es el modo en el que te mueves por el mundo". Según ella, los cascos con cable son la extensión de una estética dejada en la que el chándal, las zapatillas ajadas y los vaqueros de cintura baja se entrelazan. Una aire descuidado, informal, irreverente y muy dosmilero que encaja a la perfección con los cables.
Toda la estética expresa lo mismo. "Es como, oh, no he pensado en ello, no me importa demasiado", añade.
Apología de lo llano. A finales de septiembre, Dua Lipa posaba en diversas fotos con auriculares cableados. Vogue le dedicó una pequeña pieza. Según la redactora, aquellos "humildes accesorios" enviaban "un mensaje". ¿Cuál? Quizá uno reactivo frente al encarecimiento de la tecnología que nos rodea: es posible comprar cascos cableados por 20€ mientras que los AirPods cuestan 150€. Otros wireless son más baratos, pero la mayor parte de ellos multiplican el precio de unos con cables.
Es el todo. Ninguna generación es ajena a la nostalgia. Sucede que sus ciclos son cada vez más rápidos. La GenZ añora una tecnología primitiva que caducó hace apenas cinco años (fecha de presentación de los AirPods) y que alcanzó su punto culminante (en términos de dominación cultural y cuota de mercado) hace menos de dos décadas. Es el mismo proceso que le ha llevado a glorificar la "estética dosmilera" de las cámaras de vídeos pochas de principios de siglo. Una apología de tiempos más simples, los '00s, donde las dinámicas centrifugadas, adictivas y ansiosas de las redes sociales no existían. Como toda nostalgia, es sólo una ilusión.
Nostalgiar la nostalgia. Más allá de la tecnología, el regreso del auricular con cables (Renfe nos saluda desde la esquina) encaja a la perfección en una era de reivindicación poligonera, de hyperpop, Britney Spears como ex-icono generacional o reinterés por MySpace. De los '00 como época a rescatar. También en septiembre se popularizaron una serie de imágenes en las que una joven atrapada en un momento indeterminado entre 1998 y 2003 posaba en su habitación o jugaba a videojuegos ya retro (PlayStation, SuperNintendo, etcétera).
Ryan Broderick, autor de Garbage Day y uno de los mejores analistas de Internet, indagó en el fenómeno y se topó con una muchacha de 2020 fingiendo vivir en 2013 la nostalgia que por aquel entonces ya se sentía por los '00 o los '90. Como desarrolla este otro artículo de Vox, se trata de la nostalgia de sentir nostalgia por otras décadas. Sí, raro. La nostalgia sólo son capas. O auriculares con cable:
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