¿Te sustituirá un robot en el trabajo? La respuesta varía en función de tus labores. ¿Cirujano plástico? No es descartable, pero el día aún queda lejos. ¿Conductor de camiones? Sí. Y dentro de poco. Algunos países llevan más de un lustro trabajando duramente para automatizar el transporte de mercancías. Suecia es uno de ellos. Esta semana su primer camión autónomo, fabricado por Einride, ha circulado por una autovía pública junto a otros vehículos tradicionales.
Y el objetivo es multiplicar la cifra por 200.
Hola, futuro. El camión en cuestión lleva varios años en desarrollo, y había sido presentado con anterioridad en pruebas cerradas. El gobierno sueco ha expedido ahora un permiso que le habilita a convivir con otros automóviles. Se trata del T-Pod, una criatura de 26.000 kilogramos propulsada por una batería de 300 kilowatios y capaz de recorrer unos 200 kilómetros sin necesidad de recarga. Su diseño es muy futurista.
¿Qué mejora? Según Einride, todo. El T-Pod reduce los costes de transporte en un 60% (el sueldo de un transportista profesional es significativo) y aumenta la capacidad de carga al prescindir de cabina. La Sociedad de Ingenieros de Automoción (SAE), el organismo internacional que sirve como estándar a la evaluación de vehículos, le otorga un nivel 4 de conducción autónoma. Es el más alto, comparable al Waymo de Google. También puede ser pilotado a varios kilómetros de distancia.
Futuro. Suficiente aval para las autoridades suecas. El T-Pod, por el momento, sólo puede realizar trayectos cortos entre su base de estacionamiento y el almacén de carga. Einride ha llegado a un acuerdo con DB Schenker, el departamento de logística del gigante ferroviario alemán, para mover un volumen discreto de mercancías a modo experimental. Einride afirma tener apalabrados contratos con Lidl Suecia y Svenska Retursystem.
El objetivo: 200 camiones autónomos para 2020.
Crucial. Es un hito importante. Alemania y Países Bajos ya habían puesto en práctica pruebas semejantes, pero nunca antes un camión autónomo había obtenido licencia para circular a tráfico abierto. Marca un camino tentador para la industria logística: una vez desarrollados resultan más baratos, al prescindir del conductor, reducir las emisiones y funcionar única y exclusivamente con electricidad.
Si el futuro de la industria de la automoción consiste en la automoción y la digitalización, el T-Pod es uno de sus pioneros.
Limitaciones. El proyecto, de momento, es limitado. El camión se sirve de una plataforma Nvidia Drive y de varias cámaras y radares para procesar todo tipo de información visual y espacial. Sin embargo, tan compleja tecnología requiere de redes 5G, aún inexistentes en muchos países (Ericsson ha tenido que construir dos torres nuevas sólo para habilitar la circulación del T-Pod).
La fabricación también representa un reto. Hacer camiones es caro. Diseñar tecnología autónoma también. No es de extrañar que compañías como Ford ya hayan invertido más de $500 millones en start-ups como Rivian, la homóloga de Einride en Estados Unidos.
Detalles. Suecia pavimenta así un camino que requiere de audacia tecnológica, iniciativa política e infraestructura. Hace un año hablamos de su proyecto de electrificación de autovías y autopistas, una idea implementada ahora por Alemania. Su objetivo es sencillo: catenarias que aportan corriente alterna a los vehículos eléctricos eliminando sí las limitaciones de sus baterías.
Imagen: Linneakornehed
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