El sueño del movimiento anti-turista es Hong Kong, aunque para Hong Kong está siendo más bien una pesadilla

Mientras otras enclaves de Asia viven un resurgimiento en el sector turístico, Hong Kong es una "sangría" en lo referente a visitas

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Pocos lugares en el planeta han sufrido tanto la postpandemia como Hong Kong. Ya sabíamos que lidiaban con sus propios problemas, sobre todo en materia de educación, pero la que hasta hace relativamente poco tiempo se vendía como una de las urbes más cosmopolitas y apetecibles para el turismo, de repente se está quedando vacía de extranjeros. Hace tiempo que lo ven venir, pero lo cierto es que, de forma indirecta, se ha convertido en el sueño del movimiento anti-turista.

La noticia. A pesar de llevar a cabo una de las campañas más potentes que se recuerdan (129 millones de dólares de inversión en 2023), una donde hay desde elaborados espectáculos con drones y pirotecnia, hasta regalos de billetes de avión o invitaciones a miles de influencers para que visiten la ciudad y “cuenten una buena historia”, las cifras no engañan: el turismo es un saco sin fondo de pérdidas en Hong Kong frente a la aparente la turistificación del resto del planeta.

En comparación con otros destinos asiáticos como Tailandia o Japón, el turismo en Hong Kong sigue rezagado, con cifras significativamente más bajas que antes de la pandemia (un 30% de los niveles de 2018). Hay varias razones que los explican.

Factores. Varios. Apuntaba estos días el New York Times que las protestas prodemocracia en 2019 provocaron una caída del 40% en el turismo durante la segunda mitad de ese año. Luego llegó la pandemia de Covid-19 y las severas restricciones fronterizas empeorando la situación.

A esto se suma un éxodo de residentes y empresas extranjeras, un caldo de cultivo que ha debilitado la posición de Hong Kong como centro financiero global, en favor de otras ciudades asiáticas que han desarrollado sus infraestructuras turísticas. Y por si todo esto no fuera suficiente, los locales ahora prefieren viajar a China continental debido a los precios más bajos, lo que afecta aún más el comercio local, llevando a muchos establecimientos a su cierre.

Cifras en bruto. Como explicaba el Financial Times, el turismo, vital para la economía del enclave, sigue siendo mucho menor que antes de la pandemia, con niveles de aproximadamente el 30% en comparación con 2018. Luego, tras el fin de la pandemia, los turistas gastaban menos: el gasto per cápita cayó un 30% en los primeros seis meses de 2023 en relación con 2018. Esto ha afectado gravemente a las ventas minoristas, lo que ha llevado a la pérdida de impulso en sectores clave de la restauración como los restaurantes y tiendas, mientras los residentes locales se "fugaban" a la China continental buscando el ahorro en la billetera.

Los números no engañan: en su pico en 2018, Hong Kong recibió 65 millones de visitantes, quienes gastaron más de 42 mil millones de dólares, equivalente al 4.5% de su PIB. En 2019, el turismo bajó a 56 millones, con un gasto de 33 mil millones de dólares. Y aunque en 2023 la cifra subió a 34 millones, todavía está lejos de los niveles previos a la pandemia. Entonces, aproximadamente 29 millones de personas visitaron Hong Kong, pero la actividad sigue siendo “poca” cosa en comparación con los datos prepandémicos.

Un páramo de lo que fue. El NYT describe una visita reciente a Hong Kong donde lugares turísticos antes bulliciosos, como el Mong Kok y centros comerciales de lujo a lo largo de toda el área de Victoria Harbour, ahora eran lugares más bien inhóspitos y tranquilos, ni rastro del espacio vibrante de antaño.

Restaurantes antes icónicos como el Under Bridge Spicy Crab ahora tienen mucha menos afluencia, y una gran cantidad de pequeñas empresas simplemente han cerrado debido a las deudas que se les han ido acumulando. De hecho, entre marzo y agosto de 2023, se estima que unos 1.000 restaurantes cerraron, y la vida nocturna le va a la zaga, mucho menos activa que antes, según los propios empresarios locales.

El lujo, en horas bajas. El sector hotelero de lujo, representado por hoteles como The Peninsula o The Upper House, tampoco remonta. En agosto, el grupo Hongkong and Shanghai Hotels reportó pérdidas subyacentes de 57 millones de dólares en la primera mitad de 2023, en contraste con las ganancias de 19 millones de dólares del mismo período en 2019.

La disminución del turismo desde lugares como Estados Unidos y Europa ha sido un factor clave, mientras que, como decíamos, muchos residentes de Hong Kong prefieren viajar a Shenzhen en busca de precios mucho más bajos.

Problemas de conectividad. La última de las patas que se apunta como factor clave en el descenso del turismo. Las aerolíneas han estado lentas a la hora de restaurar los vuelos hacia Hong Kong, lo que ha afectado la recuperación del sector. En octubre de 2023, la cantidad de asientos disponibles en vuelos hacia y desde Hong Kong era un 18% menor que hace cinco años. En particular, las conexiones hacia América del Norte han caído un 34%, y hacia Europa un 41%.

Es más, algunas aerolíneas, como Lufthansa, han reducido su capacidad en más del 60%, y British Airways ha reducido sus vuelos entre Londres y Hong Kong en un 42%. Eso sí, hay un pequeño hilo de esperanza: United Airlines, el único avión estadounidense que aún vuela a Hong Kong, ha aumentado sus servicios, y Cathay Pacific Airways está trabajando para restaurar todas sus rutas prepandémicas para 2025. Además, la expansión de pistas en el Aeropuerto Internacional de Hong Kong está programado para completarse a finales de 2023.

El futuro. Todos estos factores han convertido a Hong Kong, muy a su pesar, en una especie de sueño de ese movimiento anti-turismo que parece estar cocinándose en muchos enclaves donde hasta hace muy poco se les daba la bienvenida a las grandes masas. A pesar de los desafíos, Hong Kong sigue siendo atractiva para turistas por su paisaje, cultura y comercio, pero la ciudad lucha por recuperar ese estatus como un destino cosmopolita.

Además, las advertencias de seguridad emitidas por gobiernos occidentales, como el de Estados unidos, que han destacado la disminución de las libertades civiles bajo la nueva Ley de Seguridad Nacional, podría seguir haciendo mella el turismo de larga distancia. Es, posiblemente, el gran desafío para su recuperación en el sector. Como apunta Dane Cheng, director ejecutivo de la Junta de Turismo de Hong Kong, las percepciones erróneas, especialmente en los mercados de larga distancia, son extremadamente difíciles de combatir y, sobre todo, de cambiar.

Imagen | johnlsl, Wilfredor

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