Hoy The Telegraph publicaba un reportaje en el que aglutinaba las reacciones del sector ante una reciente publicación de la revista Nature. Waitrose, Tesco and Sainsbury flirteaban con la idea de cancelar las ventas de aceite español por no ser lo suficientemente respetuoso con el medio ambiente. Gran Bretaña es, por cierto, uno de nuestros mejores compradores: se llevan el 9% de las exportaciones anuales, unas 7.200 toneladas, lo que son casi 23 millones de euros.
Calidad o cuidado medioambiental: Nature publicaba el pasado 7 de mayo que los métodos industriales de recogida de cosecha nocturnas atacan a los pájaros, y estimaba que cada año mueren en España casi tres millones de aves de pequeño tamaño por esta causa. Las aves descansan y duermen en los setos, pero esto se convierte en una trampa mortal durante la recolección, ya que la máquina cosechadora la ciega y se la traga durante el proceso de recogida. Los ganaderos trabajan por la noche porque las temperaturas favorecen la calidad del aceite obtenido.
Aves protegidas: entre las víctimas están currucas cabecinegras, mosquiteras, capirotadas, jilgueros, petirrojos, verderones, pardillos o lavanderas. Por si fuera poco, se ha conocido que algunos recolectores venden después estas aves como “pájaros fritos”, práctica ilegal y perseguida.
¿Qué aceite queremos? Los periodistas británicos preguntaron a grandes cadenas de la alimentación y a proveedores. Los primeros insistieron en que sus propias marcas oficiales sólo incluyen aceite de primera calidad, con aceituna recogida a mano y durante el día, y admitieron pensar qué harían con esos productos de desconocido proceso de recogida. Las compañías pequeñas que confirmaron la recogida a mano son los proveedores más caros y minoritarios. Esta dañina práctica está vinculada a la recogida extensiva, y por tanto a los productos más baratos de los estantes de nuestras tiendas.
Informes fantasma: cuenta 20 Minutos que el fenómeno coincide también con un peculiar trabajo de finales de 2018 de la Dirección General del Medio Natural y Espacios Protegidos y publicado por la Junta de Andalucía. El análisis, que llevaba la incorporación de declaraciones de varios agentes como el Seprona o Ecologistas en Acción, revelaba los mismos problemas que el actual informe de Nature, pero al poco tiempo de estar disponible la publicación desapareció. Las consecuencias podrían ser más serias que la pérdida de competitividad internacional, ya que el exterminio de estas aves podría contravenir la normativa europea y podría afectar a las poblaciones de otros países migratorios, como Holanda o Escandinavia.
Momento oléico feliz: pese a todo, es un buen momento para el aceite de oliva español. Al menos en términos comparativos. Gracias a la debacle italiana, somos ya el primer productor mundial, y nuestras cosechas computan como más del 50% de todo el volumen mundial. A la espera quedamos, eso sí, de ver cuánto nos afectará la plaga de la Xylella fastidiosa.
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