La tasa de natalidad más baja del mundo obliga a Corea del Sur a una medida desesperada: contratar niñeras extranjeras

Situaciones desesperadas llevan a medidas algo extremas. En Corea del Sur ya no saben qué hacer para que la población tenga hijos

De todos los problemas en Corea del Sur, uno es ciertamente estremecedor: tienen la tasa de natalidad más baja del mundo, de 0,72 hijos por mujer. En los últimos años han ido pasando gobiernos y administraciones, pero nadie consigue frenar el descenso, ni los súper cheques bebé, ni la rocambolesca idea de que las niñas empiecen el colegio antes. La última medida es todo un síntoma de la crisis: se están viendo obligados a contratar niñeras extranjeras.

Niñeras y visas. Como parte de la estrategia del gobierno, se ha anunciado la contratación de 100 niñeras filipinas que podrán trabajar en el país desde ya. La medida es solo el comienzo, ya que se prevé traer aproximadamente 1.200 niñeras extranjeras para la primera mitad de 2025.

Un problema sin solución. A pesar de los esfuerzos del gobierno durante los últimos 17 años, incluido un gasto de 380 billones de wones (alrededor de 284.000 millones de dólares) en diversos incentivos para aumentar la fertilidad, la tasa de natalidad ha seguido cayendo en picado. Es tal la situación desesperada que en Seúl se ha advertido de que el país podría ser el primero del mundo en desaparecer debido a este descenso demográfico.

Es más, la propia administración del presidente surcoreano Yoon Suk Yeol ha reconocido que se necesitan medidas drásticas para revertir esta tendencia, y esta es la primera de las ideas: la introducción de niñeras extranjeras con el objetivo de aliviar la carga del cuidado de los niños de los padres que trabajan, especialmente en los hogares con doble ingreso, y en última instancia aumentar la tasa de natalidad.

La nueva política. Tal y como ha informado el gobierno, la entrada la formaran mujeres de entre 24 y 38 años que poseen el Certificado Nacional de Nivel II de Certificación de Cuidados del gobierno filipino y que han recibido una amplia capacitación. Sus habilidades, según el gobierno, incluyen el cuidado de niños, las tareas domésticas y el dominio básico del idioma coreano.

Además, las trabajadoras lo harán con una visa E-9, la misma que permite el empleo en sectores no profesionales en el país, y serán parte de un programa piloto restringido a los residentes de Seúl. Dicho programa de seis meses tiene como objetivo proporcionar servicios de cuidado infantil asequibles a hogares con niños menores de 12 años, familias monoparentales y aquellas con varios hijos.

Quién paga la fiesta. La falta de guarderías asequibles es una de las principales preocupaciones entre los padres que trabajan, de ahí que la pregunta sea más pertinente que nunca, ¿quién paga a las niñeras? Según el Gobierno de Seúl, contratar a una niñera extranjera durante ocho horas al día podría costar a los hogares alrededor de 2,38 millones de wones al mes, casi la mitad del ingreso mensual promedio de los hogares coreanos.

Esto ha generado muchas dudas sobre la asequibilidad del programa para las familias coreanas promedio. “Estamos viendo quejas sobre la carga de costes de las empleadas domésticas extranjeras filipinas”, dijo You Hye-mi, secretaria principal del presidente, en una reciente entrevista. “Por tanto, estamos tratando de explorar formas de mitigar la carga que supone para un hogar individual contratarlas”.

La polémica del salario mínimo. Además, el programa también se ha enfrentado a críticas de activistas laborales y grupos de derechos de inmigrantes. Ocurrió el año pasado, cuando el alcalde de Seúl, Oh Se-hoon, propuso contratar niñeras extranjeras a un coste mensual de aproximadamente 1 millón de wones, que es significativamente inferior al salario mínimo en Corea del Sur.

No solo eso. El diputado Cho Jung-hun también propuso un proyecto de ley que excluiría a las empleadas domésticas inmigrantes del requisito de la ley del salario mínimo, argumentando que los salarios de dichas trabajadoras deberían estar en consonancia con los de sus países de origen, una propuesta muy criticada por organizaciones de derechos humanos, que sostienen que vulnera los derechos de los trabajadores extranjeros y viola las normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

¿Y la natalidad? Como decíamos al inicio, la introducción de niñeras extranjeras forma parte de un esfuerzo gubernamental más amplio para impulsar la participación femenina en la fuerza laboral, que se considera esencial para mejorar la tasa de natalidad del país. El número de hogares con doble ingreso en Corea del Sur ha aumentado de forma constante, llegando a 5,82 millones en 2021. El problema es que muchas mujeres acaban abandonando la fuerza laboral debido a las responsabilidades del cuidado de los niños.

Por tanto, al ofrecer opciones de cuidado infantil más asequibles, el gobierno espera crear un entorno más propicio para que las parejas jóvenes tengan hijos, abordando así, en teoría, la preocupante tasa de natalidad en descenso.

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