En España, los resultados educativos están fuertemente asociados con el origen social. También la desigualdad de ingresos. Y en general, toda la movilidad intergeneracional, que es una de las formas para medir la igualdad de oportunidades. De modo que España está lejos de ser una sociedad óptima en cuanto a movilidad intergeneracional, que sería aquella en la que la profesión y el sueldo de los padres no influirían nada a la hora de llegar a algo en la vida.
Es también lo que se conoce como ascensor social en España. Pero lo cierto es que varía radicalmente entre territorios. Y un punto interesante es que para casi todas las provincias, los hijos que se mudan a otra provincia diferente a la que nacieron acaban, de media, en un percentil más alto.
Las cifras. Los resultados de un estudio realizado por el think tank Esade Ecpol y su autor Javier Soria, investigador doctoral en la París School of Economics, muestran que el ascensor social español se sitúa en un punto intermedio entre los países de alta movilidad intergeneracional, como Australia o Suiza, y los de baja movilidad, como Estados Unidos o Italia. En particular, el ingreso de los padres influye en gran medida en el ingreso que sus hijos tendrán en el futuro, especialmente entre los niveles más altos de la distribución de la renta: los hijos del 1% con mayor ingreso acaban con una renta media de más de 20.000€ respecto a una familia en la mediana de la distribución.
Además, 1 de cada 10 miembros del top 1% de ingresos viene de padres que ya estaban en el top 1%, pero menos de 4 de cada 100 viene de familias que empezaron en el 10% más pobre: es por tanto 24 veces más fácil acabar en el top 1% viniendo del percentil más alto en comparación a proceder del decil más bajo. Y los niños crecidos en familias del quintil más rico, el 33% siguen ahí cuando son adultos. Es decir, el estudio concluye que la renta de los padres influye "en gran medida".
¿Y qué territorios son más móviles? En este sentido, existen zonas con mayor movilidad intergeneracional de ingresos, y estas se sitúan en el norte/noreste del país, mientras que las menos móviles están en el sur/suroeste. Las dos provincias más destacadas son Barcelona y Lleida. Y después Tarragona, Madrid, Zaragoza, La Rioja, Guadalajara, Soria y Palencia. En cuanto a las provincias con menor movilidad se encuentran Andalucía occidental –Huelva, Cádiz, Málaga y Sevilla– y Canarias.
La provincia en la que los hijos de familias pobres consiguen ascender más alto es Barcelona, donde llegan de media al percentil 53, equivalente a una renta media de 20.556 euros. Esto supone una diferencia de casi 6.000 euros con Cádiz. Provincias como Barcelona, Lleida o Soria ofrecen grandes oportunidades de ascenso y al mismo tiempo consiguen diferencias entre hijos de familias ricas y pobres relativamente bajas. Cádiz sobresale en el otro extremo. Pero se trata de un fenómeno bastante común en todas las provincias de Andalucía. ¿Las dos Españas?
➡️ ¿Está la desigualdad de renta relacionada con la movilidad intergeneracional?
— Javier Soria (@JavierSoriaEsp) May 17, 2022
La respuesta es sí y de manera negativa: las provincias con mayor desigualdad de ingresos son aquellas en las que los hijos de los pobres progresan menos económicamente pic.twitter.com/J9muBPGnys
La curva del Gran Gatsby. El autor detecta una relación entre movilidad intergeneracional y desigualdad de ingresos a nivel territorial. Es lo que se llama curva del Gran Gatsby. ¿Qué significa? Que cuanta más desigualdad hay en una zona (más diferencia entre ricos y pobres), menos movilidad intergeneracional hay (menos consiguen los hijos superar a sus padres).
Los frutos de la migración. Surge entonces la siguiente pregunta: Si la movilidad intergeneracional está marcada por la provincia de origen, ¿cambiarse a otra sirve para prosperar? Los datos apuntan a que sí. Efectivamente, la migración interna favorece la movilidad intergeneracional. La gran mayoría de los hijos que abandonan su provincia de origen emigran a provincias más ricas, apuntando a la existencia de motivos económicos, que además son independientes del ingreso de los padres: de hecho, son los hijos de familias con menos ingresos los que más se benefician de la migración interna.
➡️ Para casi todas las provincias, los hijos que se mudan a otra provincia diferente a la que nacieron acaban, de media, en un percentil más alto.
— Javier Soria (@JavierSoriaEsp) May 17, 2022
➡️Este efecto positivo de mudarse a otra provincia es más grande en la parte baja que en la parte alta de la distribución. pic.twitter.com/BRdyW4rfZT
Hay una tendencia a subrayar: los hijos que se mudan acaban, de media, en un percentil más alto en comparación que los que se quedan en su provincia. Se conforma así una España con “áreas de oportunidades”, es decir, zonas que promueven la ascensión social de los más pobres, y "áreas de desigualdad persistente", donde el origen familiar influye sustancialmente en los resultados económicos de los hijos. Soria lo explica así: "Los datos muestran un claro abandono del sur y de lo que podríamos llamar la España vaciada. El principal mecanismo para subir en la escalera social es irte de la provincia".
Mujeres. El informe no sólo acredita que el ascensor social está averiado, sino que demuestra cómo dicha avería castiga especialmente a la España pobre –o menos rica– y a las mujeres. Las niñas tienen una movilidad intergeneracional sistemáticamente más baja que los niños: Las niñas que crecieron en hogares con ingresos en la media nacional terminan, en promedio, en el percentil 46, mientras que los hijos de esas mismas familias alcanzan el percentil 52.
De los hijos que nacen en el quintil más pobre, un 15% llega al quintil más rico frente a un 10% de las hijas (10%). A la vez, el porcentaje de hijos que nacen en el quintil más rico y que acaban siendo ricos es mayor para los hombres (36%) que para las mujeres (30%).
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