El techo de cristal educativo: los alumnos pobres saben que tienen menos probabilidades de llegar alto

En la actualidad, el lugar en el que naces determina hasta dónde podrás llegar en el futuro. Aspectos como la segregación escolar o las condiciones socioeconómicas de los padres son determinantes a la hora de configurar una desigualdad que comienza a ser percibida por los propios estudiantes desde el pupitre.

El rendimiento no es garantía o al menos así lo refleja el último estudio emitido por la OCDE que compara las aspiraciones profesionales de estudiantes con expedientes similares, pero entornos socioeconómicos muy distintos. Por ejemplo, en España, solo el 12% de los niños desfavorecidos con alto rendimiento creen que podrán llegar a ser directivos de una empresa en el futuro. Por el contrario, la esperanza alcanza un 21% en el caso de los estudiantes que conviven en entornos más acomodados.

Lo mismo sucede al preguntarles por perfiles profesionales intermedios como el de manager. El 18% de los más desfavorecidos se ven capaces de conseguir ese puesto, mientras que en los colectivos más favorecidos lo ve viable un 32%.  La tendencia es la misma en el resto de países, aunque la brecha se acentúa en aquellos donde la desigualdad social es considerablemente mayor.

¿Por qué? El entorno o, mejor dicho, la desigualdad de entornos es el factor que más influye en que los estudiantes tengan la percepción anterior. Para la OCDE el desequilibrio de oportunidades se siembra tanto por la segregación escolar que promueve la educación concertada como por el contexto familiar que tenga cada niño. La herencia cultural de los padres y  la situación económica familiar determina, tanto de forma positiva como negativa, el contacto de los niños con la lectura, la ciencia o la tecnología. 

De ahí que, durante el periodo más agudo de la crisis económica, el abandono escolar aumentó entre los estudiantes procedentes de familias más pobres pasando de un 28% en 2008 a un 36% en 2015.

40% oficios a los que quieren dedicarse los niños consultados por el estudio podrían desaparecer en 15 años. Y, de nuevo, la estadística refleja una ligera desigualdad entre colectivos. Según el estudio, los oficios elegidos por los estudiantes de familias menos aventajadas tienen un 41% de probabilidad de no existir en un futuro, mientras que el riesgo de que el trabajo soñado de los estudiantes acomodados sea automatizado se sitúa en un 37%. Estos porcentajes reflejan cómo las expectativas laborales de los estudiantes en la actualidad podrían no coincidir con las oportunidades reales del futuro.

Paro cualificado. El 30% de los universitarios españoles no ha encontrado trabajo cuatros años después de haber terminado la carrera. Es más, somos el país con mayor número de titulados al frente de trabajos no cualificados, concretamente un 37%. Si, además, tenemos en cuenta que prácticamente todas las ofertas de trabajo que demandan un titulado universitario, valoran positivamente un máster, se confirma la brecha mencionada al inicio del texto.

Imagen: Neonbrand/Unsplash

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