Ha cambiado el modelo, ha cambiado la industria y han cambiado los consumidores. Un cuarto de siglo después, Friends sigue siendo la gran pieza a cobrarse por todos los actores del sector audiovisual. La serie ha pasado de dominar la parrilla televisiva a ser clave en las guerras de streaming. Hoy mismo, Netflix ha anunciado que ha extendido sus derechos de emisión por alrededor de 100 millones de euros.
¿Por qué? En gran medida por su éxito. Desde que Netflix adquiriera la serie hace cuatro años, sus capítulos se han colocado sistemáticamente entre los más reproducidos de la plataforma. El pasado agosto seguía siendo la serie más vista por sus usuarios en Reino Unido, y los infinitos revisionados en todo el mundo la colocan de forma habitual entre las diez más seguidas. Cuando Netflix tanteó la posibilidad de no renovar, el jaleo fue gigantesco.
Pese al supuesto rechazo de la generación millennial (que rechazaba la trama y a los personajes por actitudes machistas, homófobas o racistas), Friends ha logrado sortear el sino del tiempo y comunicar de forma efectiva veinticuatro años más tarde.
El problema. De modo que a Netflix le interesa recomprarla. ¿Pero por semejante precio? Al parecer sí. Los derechos de Friends pertenecen a WarnerMedia, y los subasta a precio de oro. El movimiento es interesante por poco habitual: el gigante desea lanzar su propio servicio de streaming en algún momento del año que viene, y Friends formaría parte de su catálogo. Durante 2019 sería exclusivo de Netflix. A partir de ahí, WarnerMedia tendrá que elegir.
Es incierto si, para entonces, la serie ya habrá sido exprimida al máximo por Netflix o si aún servirá de atracción para nuevos usuarios. Por el momento, la plataforma tiene claro que el movimiento les resulta rentable: 100 millones de dólares es (billete arriba billete abajo) lo que cuesta producir una temporada entera de Juego de Tronos. Da una idea de la brutalidad de las guerras que vienen (y del éxito de Friends).
Los otros. Pensemos en HBO o en Amazon Prime: la mayor parte de sus productos estrella (Juego de Tronos, The Marvelous Mrs. Maisel, etc.) son exclusivos. Deseas darte de alta porque de otro modo no puedes verlos. Netflix jugaba la misma carta con Friends. WarnerMedia ha roto la dinámica: prefiere los 100 millones en mano del líder del sector que iniciar una guerra por la exclusividad. Al menos hasta el inicio de 2020.
Como analizan nuestros compañeros de Xataka, es una decisión rara. La clave de bóveda de todo servicio de streaming son sus productos exclusivos. Y Netflix tiene liquidez suficiente para retener otros tantos con sumas difíciles de rechazar.
El mercado. Las guerras del streaming no han hecho más que empezar. El mercado ha comenzado a saturarse. A Netflix y HBO, los dos nombres más resonantes, hay que añadir una pléyade creciente de competidores: Amazon, Apple, Disney y otros operadores televisivos (Movistar en España, sin ir más lejos). Cada uno con sus catálogos exclusivos y sus producciones propias. Productos bandera como Friends se cotizarán muy al alza.
En el rumbo fijado hoy la producción y distribución irán en un sólo paquete. Ver productos Disney obligará a estar dentro de la plataforma de Disney. La decisión de WarnerMedia camina en sentido contrario. Veremos por cuánto tiempo. En esta historia sólo hay una certeza: Friends seguirá dando mucho dinero.
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