No sabemos qué partido se llevará la victoria presidencial, no sabemos cuál será el clima político en los próximos meses. Sí tenemos ya los resultados de algunas iniciativas estatales que nos llevan a poder afirmar lo siguiente: Estados Unidos es hoy un país un poco más tolerante con las drogas.
Se extiende la marihuana “recreativa”
Arizona, Nueva Jersey, Montana y Dakota del Sur llevaban en todos sus casos propuestas electorales para que sus votantes decidiesen si querían legalizar el consumo de cannabis por parte de adultos, y en todos ellos el voto ha sido positivo (también hay una propuesta pendiente en Mississippi, pero los resultados finales están aún en disputa).
En el caso de la propuesta de Arizona, también se ha aprobado que aquellas personas que habían sido condenadas por posesión de marihuana con anterioridad puedan solicitar a la justicia que borren esos delitos de su historial delictivo, algo relevante para muchos aspectos de la vida de los estadounidenses, desde poder votar a ser electoralmente elegibles o incluso optar a puestos de empresas privadas.
Eso hace que estos estados se sumen al del Distrito de Columbia y a los otros 11 estados que ya lo habían legalizado. A nivel federal sigue siendo ilegal, pero cuantos más territorios lo permitan mayor será el interés de las zonas censoras para sumarse a la corriente. Esto es así porque, por ejemplo, Nueva Jersey va camino de convertirse en el mercado de marihuana más grande de la costa este, algo que hará que se redoble la presión para que también se haga en Nueva York, donde ya se cree que hay una amplia demanda ciudadana (los ciudadanos demócratas son más proclives a apoyar la legalización y Nueva York ahora mismo es bastante demócrata).
Hay motivos electorales pero también económicos. Es de esperar que las acciones del cannabis cojan un fuerte impulso mañana.
Más allá de la marihuana, Washington DC también llevaba una propuesta ya aprobada para permitir la posesión y el consumo de setas alucinógenas. Se convierte en la segunda ciudad en hacerlo después de que se aprobase la misma medida el año pasado en Denver.
¿Hacia una descriminalización de la posesión?
Casi más importante que lo sucedido con el uso recreativo es lo que ha pasado en Oregon con la ya aprobada Normativa 110, por la cual la posesión de drogas duras (heroína, cocaína, LSD) deja de ser un delito y pasa a conllevar una multa de 100 dólares o bien el sometimiento del sujeto a un programa de reeducación sanitaria. El cambio legislativo de fondo es crucial en uno de los países occidentales que más notoriamente castigan la posesión, la sustitución de políticas criminatorias por unas de salud pública y tratamientos contra la adicción. Oregon se convierte así en el primer estado de EEUU que vira en esta dirección.
Los legisladores de la zona propusieron probar a ahorrarse el enorme dinero gastado por la justicia en castigar a los sujetos, y el dinero que ganen mediante los ingresos de la marihuana, que en su caso habían legalizado en anteriores votaciones, irá a parar a los centros de desintoxicación.
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