La tesis que no se puede fotografiar, explicada: verdades y mentiras en el caso Pedro Sánchez

Le crecen los enanos al ejecutivo socialista. Apenas un día después de la dimisión de Carmen Montón como ministra de Sanidad, por irregularidades en la obtención de su máster y por un plagio posterior que resultó ser crítico, es el propio presidente quien está en la picota. Albert Rivera, líder de Ciudadanos, ha lanzado a la arena pública un hueso tentador tras los casos de Montón, Casado y Cifuentes: ¿hizo realmente Pedro Sánchez su tesis doctoral?

La pregunta ha resonado en las cuatro esquinas del Congreso y ha provocado un agrio intercambio entre los dos líderes parlamentarios, escenificando, de nuevo, la escasa sintonía política que comparten hoy los dirigentes socialistas y ciudadanos. Las palabras de Rivera, en cualquier caso, han provocado que todos los medios de comunicación hayan corrido tras la pista de la tesis doctoral, colocando el supuesto desempeño académico de Sánchez en la picota.

¿Qué hay de cierto? Esto es todo lo que sabemos.

¿De dónde surge la polémica?

La polémica dista de ser nueva. Su origen más firme se encuentra en una noticia publicada por VozPópuli en abril de 2017. En ella se afirmaba que el ex-ministro de Industria bajo el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, Miguel Sebastián, había hecho una confesión nada inocente en un foro privado: "El 90% del libro se lo hicimos en el ministerio". Sebastián se habría referido al libro publicado por Sánchez al poco de doctorarse, La nueva diplomacia económica española (Delta), co-firmado por Carlos Ocaña (jefe de gabinete de Sebastián) y basado en la tesis.

Es decir, que la tesis-libro habría sido un remedo de descripciones sobre la acción gubernamental de Rodríguez Zapatero, "insertando amplia cantidad de leyes y órdenes ministeriales" para finalizar con un juicio positivo "del resultado de su aplicación". La noticia tuvo cierto eco porque parecía plausible: Sánchez colaboró con el equipo de Sebastián durante su fracasada candidatura a la alcaldía de Madrid (en 2007), y el apaño parecía consustancial a las tradicionales dinámicas de partido.

Había un problema: la cita no tenía ninguna verosimilitud. Al menos en palabras de Miguel Sebastián, que negó la noticia al día siguiente y que, desde entonces, ha repetido en multitud de ocasiones que ni él ni su ministerio tuvieron nada que ver con la tesis de Pedro Sánchez.

¿Existe o es falsa?

¿Es real la tesis, fue fabricada, jamás se publicó? Los fantasmas de Cristina Cifuentes, que jamás logró producir el Trabajo de Fin de Máster que con tanta vehemencia defendía, siguen muy vivos, y las palabras de Rivera han resultado dardos envenenados. Lo cierto es que hay pocas dudas al respecto: la tesis doctoral de Pedro Sánchez sí existe y sí consta en los archivos de la Universidad Camilo José Cela, donde la desarrolló y aprobó con la máxima calificación.

No hay dudas: su ficha técnica aparece en TESEO, la plataforma donde el Ministerio de Educación aloja todas las tesis doctorales producidas por los investigadores y universitarios españoles. Aparece el marcador bibliográfico, la fecha en la que se leyó y los miembros del tribunal. No hay fabricación alguna ni existe espacio para la sospecha sobre su verosimilitud. Mejor o peor, más o menos brillante, Pedro Sánchez sí hizo una tesis doctoral. Y la aprobó. Y está archivada.

¿La puedo consultar?

Es el punto más polémico. Rivera le ha acusado de "ocultar" la tesis doctoral: "Haga usted pública su tesis. Acabemos con las sospechas, acabemos con las dudas razonables". El líder de Ciudadanos probablemente hacía referencia a la imposibilidad de descargar el documento desde TESEO. En el fondo de armario del ministerio sólo podemos acceder a la ficha técnica y a la portada, además de a una breve descripción de la misma. Pero no podemos descargarla o mucho menos leerla.

¿Significa que es inaccesible? No, para ello tendríamos que ir a la Universidad Camilo José Cela, pedir a las bibliotecarias su consulta y, una vez allí, leerla. Es lo que han hecho varios periodistas esta mañana. La tesis sí es pública y sí se puede consultar, aunque no se pueden tomar fotografías de la misma o duplicarla digitalmente. Sí se puede transcribir su contenido, aunque su extensión (más de 400 páginas) lo imposibilita en su totalidad. Cualquier ciudadano, eso sí, puede leerla. Para ello tendría que tomarse mayores molestias que de costumbre. Pero es consultable.

Eso sí, no está "colgada" en TESEO, como sí ha defendido el presidente en el Congreso. Una media verdad, dado que su ficha existe, pero que imposibilita su acceso.

¿Por qué no está digitalizada, entonces? Es una buena pregunta que Pedro Sánchez o su equipo aún no han sabido responder. No existe copia digital de la tesis porque cuando se elaboró la legislación vigente (de 2007) no obligaba a depositarla electrónicamente en la hemeroteca de la universidad o en la del ministerio (a partir de 2011 sí). Sánchez, como cualquier doctorando, tenía la prerrogativa de restringir su consulta previo permiso explícito. Y así lo hizo.

¿Por qué está protegida?

Aquí llegan los motivos de sospechas. Como apuntan algunos investigadores, hay diversos motivos para restringir el acceso a una tesis doctoral, en especial si a partir de ella se desarrollan artículos académicos o libros posteriores. Sería una forma de proteger el contenido en aras de ofrecerlo exclusivamente a la opinión pública o académica y obtener un beneficio profesional o económico a partir de él. Sánchez, en efecto, co-escribió un libro basado en ella al poco tiempo.

Sánchez ayer en el Senado. (Víctor J Blanco/GTRES)

Sin embargo, de ser así no habría mayores motivos para mantenerla protegida a día de hoy (con el libro publicado y probablemente amortizado). Los críticos de Sánchez interpretan aquí motivos ocultos: quizá el presidente también plagiara parte del contenido, y quizá por eso quiera mantenerla alejado de Turnitin, el programa académico que detecta contenidos copiados. Quizá, simplemente, la tesis es realmente floja, y revelaría lo discordante de un cum laude y un posible trato de favor (otro más) por parte de una universidad privada hacia un hombre de partido.

En cualquiera de los casos, para el PSOE y para Sánchez la polémica es un problema, porque se asocia a casos graves como el de Montón o el de Cifuentes. Y porque desvía el foco de atención sobre el máster de Casado. Nada de esto significa que la tesis no exista, que Sánchez no la hiciera o que no se pueda consultar. Pero que sólo exista en papel, no exista una copia en digital y no se pueda consultar, leer o descargar de forma abierta la mantiene entre las sombras.

Imagen: Víctor J Blanco/GTRES

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