The Rock en Golpe en la Pequeña China es la mejor no-idea que ha tenido Hollywood en años

The Rock en Golpe en la Pequeña China es la mejor no-idea que ha tenido Hollywood en años
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Golpe en la Pequeña China ocupa un lugar muy especial en el corazón de los críos de los 80: está en un podio difuso en el que se mueven Indiana Jones y el Templo Maldito (vamos, sabes que es la mejor de las tres), Los Cazafantasmas, Gremlins y, por alguna razón que se me escapa, Los Goonies.

Ahora, The Wrap nos informa de que Dwayne Johnson, The Rock, Il Rockerino, el tipo que podría matar un búfalo encogiéndose de hombros, será el nuevo Jack Burton en el futuro remake de la película de John Carpenter. Y, por nosotros, podría hacer los remakes de todo el cine de acción familiar de los 80. Hasta de Cazafantasmas.

Espera, espera, ¿qué demonios es Golpe en la Pequeña China?

Jack Burton Si The Rock no sale con los labios pintados quemo el cine.

Una peli de John Carpenter de 1986, la respuesta "yo contra el barrio" al cine de aventuras tipo Indiana Jones, Tras el Corazón Verde y demás cine palomitero. Con un argumento digno de recreativa de la época: el camionero Jack Burton (Kurt Russell en su mejor papel) tiene que enfrentarse a un mago chino más malo que la tiña, con unos secuaces dignos de cualquier videojuego de castañas. ¡Acción, aventura, comedia, diálogos imposibles, menos de dos millones de dólares para los efectos visuales!


Salió mal, por supuesto: tienes a un tío vestido de furry que pretende ser un monstruo chino, un ojo flotante chino al que casi se le ven los cables, dioses eléctricos chinos y una mitología que a cualquier espectador le sonaba a ídem. Salió muy mal: hizo 11 millones en taquilla, menos de la mitad de lo que costó -algo normal, por otro lado, si la pones a competir en cartelera con los Aliens de James Cameron-. La crítica no entendía nada de lo que pasaba. Pero hablamos de los 80: era carne de vídeo doméstico.

Los niños tampoco entendíamos nada, excepto un detalle muy importante, sello de John Carpenter: un sentido de la maravilla colosal. Golpe en la Pequeña China podía estar rodada con dos euros, pero conseguía algo que sólo estaba a la altura del Spielberg de la época. La sensación de que Cualquier Cosa Podía Ocurrir. Y encima ocurrían. Sin parar.

China

Y Jack Burton, claro, un héroe tan chulo como torpe, propenso a hablar de sí mismo en tercera persona,

-¿Sabes lo que suele decir Jack Burton en un momento como éste?
-¿Quién?
-Jack Burton... Yo. Jack siempre dice "pero qué pasa"

perfecto para la ocasión: al igual que el espectador, Burton tampoco entiende nada de lo que sucede en la película, pero se deja llevar: Golpe en la Pequeña China es una montaña rusa y Burton ya ha pagado la entrada.

El tiempo le ha dado la razón a la película: hoy John Carpenter's Big Trouble in Little China luce un 83% en Rotten Tomatoes y la Fox piensa que puede sacar un taquillazo de ahí. Uno sin director, pero con The Rock soltando 100 chulerías por minuto. Y con los guionistas de X-Men: Primera Generación.

¡Pero The Rock no se parece en nada a Kurt Russell!

Da igual. The Rock no lo sabía cuando empezó una carrera en el cine de aventuras -primero villano CGI de La Momia 2, luego protagonista de El Rey Escorpión con ese mismo personaje- pero tiene un superpoder: cuanta más masa muscular adquiere, más divertido y entrañable se vuelve. The Rock es la versión ultraexitosa del Hulk Hogan de los 80: un héroe mazado y un pelín hortera que quieres que sea tu padre.

Pero donde Hogan tenía que usar las manos para pedir el clamor del público y activar la Hulkamania, Johnson tiene Internet. Un romance entre sus más de 15 millones de seguidores en Instagram (y casi 9 millones en Twitter) enamorados de su grito de guerra para entrenar: #FOCUS

 

La Roca del nuevo Hollywood

Esa popularidad, combinada con su presencia en taquillazos indiscutibles -vivimos en un mundo en el que Fast & Furious 7 le ha disputado la taquilla a Los Vengadores 2- y películas en las que demuestra que actúa mejor de lo que pensabas (Dinero y Dolor, de Michael Bay) ha convertido a The Rock en una superestrella cinematográfica, con una vis cómica que hace que los late nights y los programas de comedia suspiren por tenerlo de estrella invitada.

El mejor ejemplo de su status es San Andrés, una disaster movie sobre el terremoto definitivo de California que se ha estrenado con 53 millones en su primer fin de semana en taquilla, machacando el Tomorrowland de Disney. ¿Por sus efectos especiales, por aportar algo nuevo al género? Qué va, gracias a la promoción que ha hecho Johnson: ha conseguido un récord Guinness de selfies y hasta se ha puesto a casar a gente para la promoción.

#FOCUS La idea de que te case The Rock. La idea de eso.

The Rock es, como Chris Pratt, un nuevo tipo de superestrella: la que se deja querer por Internet en todo lo que hace fuera de la pantalla. ¿Y quién más podría levantar una película así? O Pratt o él. Y el que se quede con ésta no resucita a Indiana Jones. ¿Hay trato?

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