"Yo haciéndome la rino para que mis hijos nazcan con linda nariz". Hace unos días, una tiktoker argentina compartía un vídeo desde el hospital tras una rinoplastia y se formó la gozadera. Más de 200.000 reproducciones, cientos de comentarios y un cachondeo viralizado a lo largo y ancho de Internet.
Un puñado de ideas muy contraintuitivas. Mientras escribo esto el tiktok está despublicado, pero en realidad el vídeo es lo de menos. Nos sirve para preguntarnos algo interesante. ¿Por qué la evolución es tan difícil y contraintuitiva? ¿Por qué cuesta tanto entenderla? ¿Por qué cosas como el lamarkismo se resisten a morir con tanta insistencia?
No es cosa de Tiktok. La referencia al lamarkismo (la idea de que los rasgos adquiridos por el individuo a lo largo de su vida pasan a sus descendientes) no es gratuita, claro. Hace unos días también, se viralizaba un tuit según el cual cada vez más bebés nacen sin muelas del juicio. La explicación que se daba era que "las caras de los humanos (nuevos) son cada vez más cortas como resultado del consumo de comida procesada y el fuego para cocinar".
El tuit referenciaba a Teghan Lucas, una profesora de anatomía forense de la Universidad Flinders de Adelaida que, efectivamente, trabaja en 'microevoluciones' humanas. Es decir, en cambios genéticos que se dan dentro de poblaciones concretas. Lucas, por ejemplo, tiene un interesantísimo artículo sobre cómo está haciéndose más frecuente la arteria media del brazo y, efectivamente, en algunos vídeos se habla sobre la muela del juicio en términos bastante confusos.
¿Por qué cada vez hay más gente sin muela del juicio? La explicación es muy sencilla: a medida que mejoramos las técnicas de cocina y la higiene bucal, nuestras piezas dentales aguantan mejor y eso permite a las personas sin muela del juicio llegar a edad reproductiva con mejor salud.
No es que comer comida procesada haga desaparecer las muelas, es que con la comida procesada (y la salud bucodental) la gente sin muelas del juicio no tiene tantos problemas como antes. El resultado final es que los niños sin muelas del juicio aumentan.
Un cambio conceptual pequeño, pero crucial. Parece una cuestión de detalle, pero no lo es. Toda la idea moderna de la evolución pende sobre eso: con permiso de la epigenética, nada que no modifique las células germinales (los espermetozoides o los óvulos) pasa de padres a hijos.
Y digo que es crucial porque vamos de cabeza a un momento en que las técnicas genéticas van a permitirnos tocar, precisamente, la línea germinal. Nos lo están permitiendo. Vamos a poder hacer cambios que pasen de padres a hijos a voluntad. Es decir, estamos a punto de poder "romper" la especie humana en pedazos y entender cómo funciona la evolución es clave para ello.
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