Buena noticias para nosotras. O, mejor dicho, para ellas. El Estado de Nueva York está a punto de hacer historia: queda nada para que aprueben un proyecto de ley por el que se eliminará la tasa que carga los tampones como bien de lujo.
Sí, el gobernador del estado del norte, Andrew Cuomo, se ha comprometido a firmarlo, y ha dicho lo siguiente:
“Vamos a derogar este impuesto regresivo e injusto con las mujeres, a ir a por este asunto de justicia económica y social”.
Ya sólo quedan otros 39 estados norteamericanos que aún consideran la higiene femenina como un producto privilegiado. Y es que cada legislación lo lleva a un ritmo distinto, por ejemplo, Maryland, Massachusetts, Pennsylvania, Minnesota, y Nueva Jersey ya carecían de mucho antes de este impuesto. Pero el de Nueva York es sin duda el primer gesto en favor de un movimiento reivindicativo de la despenalización de la menstruación del que se ha estado hablando mucho en los últimos meses, incluso años.
Así a partir de la entrada en vigor de esta inminente norma, las mujeres neoyorkinas dispondrán de un poco más de dinero propio. Puede que no tanto como si, de golpe, hubiesen igualado su poder adquisitivo al de los hombres (que aún está en torno al 21% de diferencia), pero sí lo justo para ganar ese inesperado extra que significa pagar 8% menos que antes por cada paquete de tampones o compresas (el gravamen del estado de NY a los bienes de lujo está en la media, los estadounidenses pagan un IVA que fluctúa entre el 2% y el 10% para todos los productos).
Varios medios se han hecho eco de esta revolución de los impuestos. Algunos hablan de un gran ahorro anual. Jennifer Weiss-Wolf, la vicepresidenta del Brennan Center for Justice, una organización sin ánimo de lucro radicada en la Universidad de Derecho de New York, ha sido más explícita en sus cuentas para Market Watch. Según sus cálculos, una mujer puede gastarse entre 70 y 225 dólares al año en productos de higiene menstrual, lo que llevaría a que algunas mujeres pudieran ahorrarse hasta 16 dólares anuales sólo erradicando esta carga.
Nosotros también hemos echado cuentas (y por cierto, las echamos aquí comparando métodos de higiene menstrual según su calidad-precio, por si te interesa) y hemos comprobado que, de media, en las grandes superficies como Walgreens o Wallmart, un paquete de Tampax (de las marcas más caras) de 36 tampones tiene un precio de 7$. Es decir, 0.194 dólares por aplique.
Si una mujer utiliza 6 tampones por día y optamos por hacer balance con una menstruación prototípica de 4 días (hay mujeres a las que les dura 3, otras 6 o incluso más) nos salen 4.65 dólares el ciclo, es decir, 55.8 dólares al año. El 8% de ahí nos salen…
4.4 dólares de ahorro al año.
Más de 4 dólares de los que podremos disfrutar gracias a la propuesta de esta nueva enmienda.
El triunfo de la justicia económica.
Así que, ahora, ¿qué podrán comprar las mujeres norteamericanas en edad reproductiva que antes no podían permitirse por el pago de este canon?
Una porción de pizza
Si te lo montas bien, te da para dos trozos.
Cuatro latas de un pack de cervezas
La más barata, a dólar el botellín.
Una bolsa grande de Doritos
Un pintauñas
El último disco de Adele
3.24 dólares. De segunda mano y gastos de envío aparte.
Infusión antiestrés, con 16 bolsitas
Una habitación propia, de segunda mano
Cuatro dólares, gastos incluidos.
Un boli Bic for Her
Tendrás que poner un poco de tu parte. El pack de dos bolis son 10.78 dólares.
El DVD de Spring Breakers
Purpurina
Unas gafas espía de la Casa de las Fiestas
De acuerdo, puede que no estuviésemos yendo muy en serio. Ahora sí, el de los impuestos sobre los productos para la menstruación (o de uso sanitario en general, que el papel higiénico tiene un impuesto aún más alto) es un tema tan complicado como simbólico. Y sí, está claro que de ninguna de las maneras la viagra, los caramelos o los refrescos deberían tener una carga inferior a la que tienen los bienes de primera necesidad como son los tampones y las compresas.
Bien por el estado de Nueva York. Ahora, a conquistar en lo económico todo lo demás.