¿Quién crees que gana en tu mente, tu lado constructivo o el destructivo? ¿Y cuál de las dos vertientes crees que domina en la mente de todos tus vecinos? El ilustrador Puño lleva ya cuatro días haciendo un experimento con resultados mágicos, una serendipia en la que la cooperación mutua está ganando la partida. En una de las redes sociales más conflictivas se está viviendo en directo el gesto más bello del mundo, y tu participación o la ausencia de ella es determinante para que todo siga así.
“Hey, qué raro: este tuit tiene exactamente 12 retuiteos y 34 corazoncitos”, ponía el usuario. Probablemente no sea el primero en haberlo intentarlo en la historia de Twitter, pero este dibujante con casi 6.000 seguidores en la red social ha puesto de acuerdo a todas las personas que le siguen, así como a los respectivos amigos de todos ellos, para cimentar el objeto más delicado del mundo. Primero, unos cuantos tuiteros debieron construir esas 46 interacciones.
Después, todos los demás deben limitarse a ver, como espectadores, una obra tan frágil como destruible mediante un solo clic.
Hey, qué raro: este tuit tiene exactamente 12 retuiteos y 34 corazoncitos.
— Puño (@punodraws) June 20, 2017
Cuatro días es muchísimo tiempo en la red, y como el propio Puño aclara, cada jornada alguien estropea la armonía del juego. Pero hay instantes donde todo vuelve a su sitio. Alguno de los que dio en sus orígenes un fav o hizo un retuit previo acuden para solucionar el entuerto y borrar su interacción con la frase. Una especie de juego de la silla donde todos pueden recibir asiento pero sólo unos pocos deben hacerlo para que todo quede en su sitio.
Mucho más complicado que cuando decenas de miles de personas jugaron a la misma partida de Pokémon a la vez en todo el mundo.
Seguir la evolución de este tuit durante 4 días está resultando más emocionante que una final en Roland-Garros.
— Puño (@punodraws) June 25, 2017
Todo esto nos recuerda al dilema del prisionero, que ya tratamos aquí. Este dilema sobre la ruptura de la cooperación o la desertación pedía que dos personas se pusieran de acuerdo en algo para elegir el trato más favorable, pero exige que dos personas completamente aisladas y con intereses propios cooperen, algo casi imposible de conseguir entre humanos por miedo a la traición del otro.
En este caso aquí el juego no es tan directo. No ganas nada cooperando con todo el mundo y, si tienes una personalidad vandálica, puedes destruirle el juego a los espectadores. Mientras escribimos estas líneas hay dos cuentas sobrantes, y al inicio de la redacción del post el tuit era perfecto, como en esta captura. Pocos podríamos concebir un acto tan generoso por parte de la comunidad de esta red social, y casi nos sorprendemos a nosotros mismos de poder refrenar nuestra faceta maligna.
Es, a su manera, un tuit perfecto. De ti depende demostrar si la humanidad es capaz de hacer un pacto de no agresión nunca escrito en pos de mantener vivo algo tan hermoso.