Todos estamos hartos del Covid. Por eso la televisión belga va a limitar el tiempo que habla de él

Desde el inicio de la pandemia las noticias sobre el coronavirus acaparan la información de los medios. Desde periódicos, cadenas de televisión, radios y portales webs, se han lanzado en una vorágine de noticias sobre lo que está sucediendo en el mundo con los nuevos contagios, las vacunas, las muertes o la crisis. Pero lo cierto es que para el ciudadano medio digerir tanta cantidad de trágicos sucesos puede ser contraproducente para su salud mental, según alertan algunos expertos.

Y Bélgica ya ha dado un paso adelante en este asunto. Su televisión pública va a limitar sus noticias relacionadas con el Covid por el bien general.

Un límite. Los mensajes de los espectadores de la cadena pública de televisión de Bélgica, la RTBF, llevan tiempo amontonándose: "¿No podríamos a veces simplemente difundir imágenes un poco más positivas, que traen esperanza?" o “Lanzar números de esa manera provoca ansiedad”, son algunos ejemplos. La radio-televisión belga de habla francesa ha sido criticada durante meses por crear demasiado pesimismo y miedo en su cobertura mediática de la crisis sanitaria.

Ahora, han decidido hacer caso a su audiencia y reaccionar. Las noticias relacionadas con el coronavirus no deben superar el 50% del tiempo total de un diario, estima la Radio Télévision Belge Francophone. En un artículo publicado en su página web explicaban:

"No tenemos un cronómetro en nuestra cabeza. Pero tenemos este objetivo en mente. No hay un hacha que, cuando hemos superado el 50%, obligue al presentador a seguir adelante. Ahora estamos tratando de hacer dos o tres temas sobre Covid. Pero a veces las noticias nos superan".

Sin espacio para otras cosas. Lo mismo ocurre con la radio del país, donde el tiempo que existe para hablar en el noticiario sobre actualidad es relativamente corto, de unos 15-16 minutos para la parrilla de las 6 de la tarde. “Una vez que hemos incluido los temas esenciales relacionados con Covid, a menudo queda poco tiempo para abordar otros temas”, explicaba Joëlle Meert, editora de Journaux Parlés de La Première y Vivacité. Con el fin de hacer un balance de la “estrategia 50-50”, RTBF ha decidido revisar sus recientes noticias de televisión y tertulias.

También en otros países. Pero los belgas no son los únicos que viven esta problemática. En Francia, el INA midió el tiempo de emisión que los canales de televisión dedicaron al coronavirus durante 3 meses, del 1 de diciembre de 2019 al 22 de marzo de 2020. En ese momento, en el que todavía estábamos solo al comienzo de la crisis sanitaria, ya el 60% de la información era sobre la pandemia. En la semana del 16 al 22 de marzo, cuando el país galo estaba confinado, los canales de noticias usaban una media de 13 horas y 30 minutos por día para hablar del Covid.

Una encuesta realizada por Assises du journalisme en octubre de 2020 sobre el tratamiento de la crisis sanitaria en los medios de comunicación revelaba que el 60% de los franceses considera que los medios de comunicación dan demasiado espacio a la epidemia y el 50% que esa cobertura induce a la ansiedad y es excesiva. Incluso el 43% los culpa por haber alimentado el miedo en la sociedad.

Qué dicen los expertos. Un artículo publicado por investigadores de la Universidad de California en la revista Health Psychology indica que el consumo excesivo de noticias puede incrementar la ansiedad y amplificar el estrés. Y que estas secuelas pueden persistir en el tiempo, más allá del brote. “Hay una gran diferencia entre mantenerse informado y tener las noticias encendidas todo el día, repitiendo las mismas cosas", señalaba Dana R. Garfin, una de las coautoras. “Los medios se han dedicado a monitorizar el número de muertes diarias y las tasas de infección por código postal. Algunos artículos incluyen imágenes gráficas, por ejemplo, de las bolsas para transportar cadáveres”, explicaba.

Durante la primera semana de confinamiento, los estadounidenses que se sintieron más deprimidos fueron los que estuvieron más expuestos a este tipo de informaciones, según una encuesta de la Universidad de Texas a 5.626 individuos. El 17% de los encuestados se pasaron más de siete horas diarias consultando noticias sobre el virus. Cuando las informaciones corren por redes sociales, los resultados son similares. Otro estudio, publicado por científicos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Fudan (China) en PLoS One, reveló que los jóvenes que más usaron las redes mostraron más ansiedad y depresión que el resto.

Ya ha sucedido antes. Este tipo de fenómenos han sucedido con anterioridad. Un ejemplo es un estudio posterior al 11-S. Los investigadores averiguaron que los estadounidenses que pasaban horas al día viendo la cobertura de los ataques en la televisión eran más propensos a mostrar síntomas de estrés postraumático que los que veían menos televisión. También tenían un riesgo más alto de desarrollar nuevas afecciones de la salud física de dos a tres años más tarde. Otro estudio afirmaba que una mayor exposición a la cobertura de la bomba del maratón de Boston —sobre todo las imágenes gráficas— se vinculó con unos riesgos más altos de estrés postraumático y una peor salud mental meses más tarde.

La realidad es que estar constantemente reviviendo en las noticias la tragedia que ha sumido al mundo entero durante este último año no parece ser ni beneficioso ni útil a largo plazo. Todos tenemos el derecho a estar informados y saber lo que está sucediendo, sea para tomar medidas individuales o evitar riesgos. Pero no podemos dejar que, como ya advertían desde la RTBF, nuestra vida se reduzca sólo a eso.

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