Vuelve el Mayor Evento Que El Ser Humano Haya Ideado Jamás, vuelve Eurovisión, el peculiar concurso de la canción europea donde una treintena de naciones superan siglos de limpiezas étnicas y tensiones raciales por medio del esperpento musical. Ayer se celebraron las primeras semifinales y hoy tienen lugar las segundas, en vísperas de la gran final del sábado, la gran fiesta de Europa, la gran fiesta de Twitter.
Como cada año, el elenco de participantes supera todas las expectativas. Contamos con Harley Quinns de origen báltico, con intensos cantantes de fado y con gorilas subidos a un escenario. Es la feria de los monstruos de Europa, el particular patrio de recreo posmoderno en el que la identidad del continente se ha convertido tras el convulso siglo XX. ¿Y este año tiene algo de especial? Lo tiene: este año todos los participantes de Eurovisión podrían ser personajes de Mortal Kombat.
Y si parece inverosímil, aquí van las pruebas.
Este señor moldavo tiene un superpoder especial
Que es su trompeta, la cual utiliza como si aún estuvieramos en 2007 o como si realmente aquella canción de Ariana Grande no hubiera puesto un punto y final definitivo a la utilización de trompetas así en la música contemporánea. Dado que el resto de seres de su grupo también parecen sacados de un sueño intenso del diseñador más hortera del videojuego, a Sunstroke Project le toca Cyrax, mitad humano, mitad cyborg engullido por Kenny G.
Combo mortal armenio vía coleta kilométrica
Al igual que Armenia o que cualquier otra nación del cáucaso, Artsvik parece el improbable resultado de la fusión de la cultura occidental y de la influencia persa, en un híbrido fallido que sólo toma lo peor de ambos mundos. El resultado es una coreografía a varias manos, herramienta secreta y combo final en sus combates, una coleta prensada en hornos industriales y un arabismo sonoro noqueante en cualquier circunstancia.
Letonia y la fiebre de las no-Harley Queen
Como si la última festividad de Halloween jamás hubiera existido y el 50% de las mujeres del planeta no se hubieran disfrazado de Harley Queen, Letonia, pequeña nación a orillas de las hostiles aguas bálticas, ha decidido pasarse el juego y suplantar definitivamente a uno de los peores personajes de una de las peores películas que la memoria reciente recuerda. La canción está hecha a medida: electropop funesto circa 2010.
Su ataque especial: matarte de aburrimiento.
Súperataque esloveno, destrucción de la eurozona
Europa no se romperá por Grecia ni por Reino Unido: lo hará cuando todos los movimientos populistas y euroescépticos del continente escuchen la espantosa balada noventera de Eslovenia y su traje de brillantinas Messi-wannabe, rememorando aquel funesto episodio de la historia de la estética universal. Llega demasiados días tarde como para propulsar la victoria de Le Pen en Francia, pero aún capaz de hundir a Merkel en Alemania.
Súperpoder especial: el horror, el horror.
Bélgica, el inesperado regreso de Stromae
Resurgido de las cenizas de su personaje olvidado y enterrado en el olvido de la saga, Stromae recupera el trono por la vía de Blanche, un híbrido entre la puesta en escena de Adele y el ornamento techno-hortera tan dado a los países del norte de Europa y tan popularizado por el carisma del propio artista belga. Aquí el combo mortal se intensifica por la vía de la implosión interna alcanzando notas que ningún otro mortal consigue.
Magia oscura portuguesa: el poder del fado
Un día más la sociedad europea ha de mirar a Portugal como faro y referente moral en un mundo abandonado al campo de la contemporaneidad y dejado de la mano de dios de la tradición y la canción pura, la tradición, el fado. Salvador Sobral sólo fente al escenario recuperando lo mejor de los años setenta y el espíritu originario del concurso merece todos nuestros votos porque es lo más puro, lo más inesperado y lo más portugués que existe.
El típico personaje del que todos se ríen y que, boom, te lanza el ataque que inicia la Revolución de los Claveles.
Georgia entra en modo full diva
Hay que reconocer que esta clase de actuaciones tiene su pulso en el particular universo temático de Eurovisión, pero la reinterpretación de Georgia de las clásicas divas estadounidense de los ochenta con, ejem, un pie puesto en el movimiento LGBT, pasa por una versión cutre de Mortal Kombat, el personaje pomposo cuyo artificio visual casi nunca se corresponde con sus habilidades sobre el campo de batalla. Ruido, nueces, etcétera.
Italia aporta su mejor arma: Italia
¿Por qué Italia es el mejor y el peor país del universo al mismo tiempo?
Porque es capaz de condensar en una sola actuación el ritmo del italodisco clásico, unos inesperadamente útiles coros surgidos de las pesadillas de Parchís y la totalmente descontextualizada, absurda y caótica actuación de un señor vestido de gorila. La clase de personaje de Mortal Kombat que epata por su nonsense permanente, un Kotal Kahn ante el que te preguntas, "aquí ya se os habían acabado las ideas, ¿no?".
Ataque especial: por favor, que no sea Kang.
El Khal Drogo montenegrino ha pillado el flow
Podrán decirse numeosas cosas negativas de Montenegro desde su independencia, pero desde luego no que no han sabido entender el flow y el espíritu de Eurovisión desde el primer momento. Presentamos a Slavko Kalezić, una suerte de Khal Drogo de las estepas venido a menos en los Balcanes y empapado en purpurina y canciones de los Village People. La ambigüedad sexual, el cuerpo hipermusculado: lo tiene todo.
Es el personaje-arma-secreta, el corazón de ternero recién nacido, el puño de hierro.
Azerbaiyán, el personaje con un punto moderno y maligno
Haciendo honor al absurdo instante en el que alguien decidió que Azerbaiyán tenía más que ver con el continente europeo que con el asiático, el país ha entregado actuaciones a cual más chanante cada año, colocándose habitualmente en los primeros puestos. Para este año llevan al personaje femenino con un punto siniestro-gótico, vía halo moderno y septum incluido, capaz de obtener votos más allá, incluso, de Europa del Este.
Arma secreta: ¿eso era una metáfora del Muro de Berlín o de Nagorno Karabaj?
Chipre, el bailoteo marcial clásico
Coreografía cutre, canción machacona y personaje varón recurrente: un Johnny Cage de la vida sin demasiado recorrido, mucha floritura sobre el escenario y escasas habilidades a la hora de noquear al rival, desbloquear el siguiente nivel y llevarte a los altares de la victoria eurovisiva. Y además con el sistema bancario hecho un cristo.
Invitado especial, personaje desbloqueado, el Harry Styles australiano
Porque nada exclama "Eurovisión" como invitar a un país a más de 10.000 kilómetros del punto más cercano al continente, que casi se lleve el concurso el año anterior y, en un nada inesperado giro de los acontecimientos, repetir jugada al año siguiente. Australia, el país más mindfuck de todos los países mindfuck que conforman Europa, ha vuelto y lo ha hecho al más esterotipado modelo anglosajón: chico-boy-band con balada intenso-adolescente.
Pelo largo, Harry Styles-lookalike y personaje desbloqueado: ese que llevas toda la partida buscando y resulta ser una honda decepción.
Y España, claro, el personaje que NUNCA cogerías
Aquella álma cándida en la esquina inferior derecha con la que terminas rellenando tu equipo en las interminables partidas de sábado tarde con los colegas. El experimento inocente mediante el que intentas pasarte el juego con el peor personaje una vez lo tienes dominado. Eso es Manel Navarro, el surfero caducado que España, tongo mediante, o sospecha de tongo mediante, ha enviado a Eurovisión.
En otra época, en otra generación, quizá a mediados de los noventa y a rebufo de Smash Mouth... Manel Navarro tampoco hubiera sido un buen candidato para Eurovisión. Pero España aquí no sería España si sus participaciones no fueran una mezcla de irrisoria nulidad competitiva y vergüenza ajena. Loas y honor para Manel. En fin, otro año más que no llevamos electrolatino al concurso con las previsibles consecuencias.