Cada vez que se acerca la noche de Halloween los alcaldes de Shibuya y Shinjuku, dos distritos de Tokio especialmente populares por su comercio y oferta de ocio, miran con preocupación el calendario. Y no porque les inquiete no tener listo su programa de celebraciones para la noche de los muertos. Al contrario.
Lo que les quita el sueño es la perspectiva de que sus calles se llenen de gente disfrazada que se vuelve más ruidosa y sucia a medida que sube su nivel de alcohol en sangre, una inquietud que este año, con el turismo internacional escalando a niveles récord en todo el país, parece haberse vuelto aún más acuciante.
¿Listos? para Halloween. Halloween es noticia en Japón. Aunque no por los motivos habituales. Este lunes los alcaldes de Shibuya y Shinjuku, dos distritos de Tokio, organizaron una rueda de prensa en el Club de Corresponsales Extranjeros de Japón para transmitir un mensaje rotundo: no quieren que el 31 de octubre sus avenidas se llenen de una marea de visitantes deseos de celebrar la noche de los muertos con unas cuantas copas. Y para dejarlo claro, ambos regidores posaron con carteles en los que se informa de la prohibición de beber en la calle.
¿En qué idioma estaban los carteles? En japonés… e inglés, una prueba de que el mensaje no solo va dirigido a la población local. Es más, en Shinjuku se colgarán carteles similares y emitirán mensajes en las pantallas gigantes que hay instaladas en el distrito. Y en Shibuya directamente han decidido entregar traductores automáticos a los guardias que se encargarán de patrullar en Halloween.
Alcohol+calle, mala idea. Los alcaldes no se limitaron a posar con carteles. También ha decidido mover ficha a nivel normativo. El primero en hacerlo ha sido Shibuya, que en 2019, antes de la crisis sanitaria, ya decidió prohibir el consumo de alcohol en ciertas calles y épocas del año, como Halloween o las festividades de Año Nuevo. Ahora ha decidido ir un paso más allá y revisar su ordenanza local para extender el veto a todo el año y cubrir una zona más amplia del barrio.
Kyodo News precisa que el cambio entró en vigor ya a principios de este mes y extiende la prohibición a la franja horaria comprendida entre las seis de la tarde y las cinco de la madrugada en áreas cercanas a las estaciones JR y Keio Shibuya. En el caso de Shinjuku, se ha decidido vetar el consumo de alcohol en la calle la tarde y noche del 31 de octubre. La restricción empezará a las cinco y durará 12 horas.
¿Habrá más medidas? Sí. En Shinjuku las autoridades ha pedido a las tiendas que no vendan alcohol en el entorno de su estación y el área de Kabukicho durante la noche de Halloween y un centenar de guardias se encargarán de vigilar las calles más concurridas. Por si eso no fuera suficiente, se colgarán carteles advirtiendo de la prohibición. En Shuibuya incluso entregarán traductores automáticos a sus agentes para garantizar que podrán entenderse con los turistas extranjeros.
Sumando fuerzas. No es casualidad que ambos alcaldes hayan decidido unir fuerzas. Están al frente de dos distritos vecinos, así que lo que hace uno afecta al otro. Sobre todo si se trata de limitar la juerga. Quedó claro el año pasado, cuando Shibuya tomó la delantera y adoptó medidas por su propia cuenta y riesgo para disuadir a quienes se planteaban festejar Halloween en sus calles.
La campaña fue un éxito rotundo. Se calcula que en los alrededores de la estación de Shibuya se concentraron unas 15.000 personas, muy lejos de las 60.000 que se esperaban. El problema fue que buena parte de esa gente acabó en el distrito de al lado, Shinjuku, que se encontró con una enorme cantidad de visitas en el "espacio reducido" de su área de entretenimiento. El resultado, como recordaba este lunes su regidor ante la prensa, fueron "multitudes realmente problemáticas".
"Daños, ruidos y basura". Quizás parezca una postura exagerada, pero los alcaldes insisten en que las aglomeraciones de gente bebiendo en la calle durante la noche de Halloween causa molestias. Y muchas. "Beber en la calla ha provocado daños en el entorno, incluyendo ruidos fuertes y basura", se lamenta el dirigente de Shibuya, Ken Hasebe. Su homólogo de Shinjuku, Kenichi Yoshizumi, apostilla que cuando la gente se reúne para emborracharse llegan los "accidentes y peleas".
"Si quieren beber alcohol, háganlo en bares o restaurantes, respetando las normas", clama el dirigente local. South China Morning Post recuerda que hace seis años, en plena celebración, un grupo de jóvenes llegó a volcar una camioneta.
El turismo extranjero, bajo el foco. A Shinjuku y Sibuya no solo acuden visitantes extranjeros para celebrar Halloween, pero las quejas de sus alcaldes han conectado con otra realidad de Japón: el boom de turismo internacional que vive el país, que a lo largo de los últimos meses ha pulverizado sus propios récord, en gran medida por lo popular que se ha vuelto el país, el fin de la pandemia y la debilidad del yen. Que la campaña se haya lanzada desde el Club de Corresponsales y sus carteles se publiquen en inglés da una pista de a quiénes se dirige.
Al informar sobre la llamada al orden de los alcaldes de Shibuya y Shinjuku, grandes medios nipones, como Nikkei, Kyodo News, Asashi o Japan Times lo relacionan de forma más o menos clara con el aumento del turismo y la afluencia de visitantes extranjeros. Yoshihiro Sataki, de la Universidad Internacional Josai, explica a Asahi que el Halooween de Tokio se ha vuelto especialmente popular por el tono festivo y desenfadado que ha adoptado la fiesta allí. También por la imagen extendida entre los turistas de que podrán beber sin problema en las calles.
Mirando al Gobierno central. Aunque han sido los distritos de Shibuya y Shinjuku los que han movido ficha, sus responsables ya han reclamado al Gobierno central y el de la metrópolis de Tokio que adopten medidas más estrictas. Al fin y al cabo los pasos dados por los regidores pueden ser más o menos efectivos, como demostró el año pasado Shibuya, pero su alcance es bastante y limitados.
Las ordenanzas locales carecen de mecanismos que permitan aplicarlas de forma realmente efectiva y si algo quedó claro en 2023 es que las medidas adoptadas de forma aislada en un distrito pueden ser contraproducentes para otro de la misma ciudad. No todos, eso sí, ven Halloween con los mismos ojos. Toshima prepara un Festival de Cosplay Halloween que el año pasado atrajo a miles de personas.
Imágenes | Dick Thomas Johnson (Flickr) 1 y 2
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