No están: Samsung, Xiaomi, Google, Amazon, Ericsson, Nokia, Sony, Lenovo, Nvidia, TCL y LG. Huawei sólo en la parte de telecomunicaciones, como Telefónica y Orange, que son aliadas de la GSMA. ¿Quién está enseñando entonces sus móviles en la gran feria tecnológica de Barcelona? ZTE y para de contar. Como ya previmos, el Mobile World Congress (MWC 2021) se ha planteado como uno de los principales eventos de móviles... Sin móviles. Es decir, una cita muy desinflada.
“Y eso que el día uno es el día fuerte”, ironizaba Michael McLoughlin, periodista de El Confidencial, en un tuit en el que exhibía el aspecto de esta mañana de la feria. Mientras en 2019, la última edición realizada antes de la pandemia, había grandes concentraciones, este lunes parecía aquello la estepa Rusa. De nueve pabellones que había antes, este año sólo se han abierto tres (y no se llenan), que se suma a que la reducción del espacio abierto pasa de 120.000 metros cuadrados a 100.000, con lo que la densidad da la impresión de ser aún más baja.
Y las cifras de asistencia: en su última y exitosa edición la Fira reunió en sus cuatro días 109.000 asistentes. Este año la GSMA anunció como previsión 35.000 asistentes, abriendo en esta ocasión 30.000 entradas al público “no profesional” por un precio de 21 euros. Sin embargo, tal y como nos cuenta nuestro compañero allí acreditado Enrique Pérez, “yo creo que no lo cumplen. Hoy es el primer día importante y quizás rocemos el 10% de lo que era antes, no el 30% como dicen”. La excusa oficial de la ausencia de las grandes empresas es el miedo a los contagios, la misma razón por la que se terminó cancelando a última hora la edición de 2020, y las delegaciones de las compañías que sí han asistido son la sombra de lo que eran. En el hilo musical de la sala de prensa alguien ha puesto sonido de grillos.
Si no hay móviles, que haya países y tecnología: Pérez nos explica que en esta ocasión la GSMA ha metido dentro del recinto al Four Years From Now (4YFN), la feria de startups que solía tener lugar en Fira de Montjuïc, en parte por hacer bulto y tal vez por adaptarse a las circunstancias. A ellos les han dado el pabellón 1, uno de los más importantes. El otro pilar que más espacio consume son los expositores de cada país, lo que según El País hace que el evento se parezca más “a un FITUR que a un congreso de tecnología”. Pese a todo, todos los stands están sobredimensionados y “se notan los huecazos”, nos dice Pérez. Eso sí, si aún así te interesan las novedades presentadas, puedes verlas aquí.
Y del turismo y la economía: según el presidente de GSMA, John Hoffman, el último evento prepandemia tuvo un impacto en la Ciudad Condal de 473 millones de euros y se generaron más de 14.000 empleos a tiempo parcial. Los hoteles de 4 y 5 estrellas, en los que en anteriores ediciones era imposible encontrar alojamiento a estas alturas, tienen sus habitaciones a mitad de precio y ni por esas, ya que la ocupación media ronda el 45%. Los apartamentos turísticos tienen una ocupación inferior al 25% por estas fechas. Ha habido incluso intento de espaldarazo institucional, con un acto en el que se han congregado por primera vez en la cita el Rey, Pedro Sánchez y Pere Aragonès, para demostrar el compromiso de España con la feria.
Si el sector de la restauración buscaba que la celebración de esta edición funcionase como “inyección de ánimo" de cara a la próxima entrega en febrero de 2022 (siempre se solía celebrar en febrero), se hace difícil afirmar que esa esté siendo la imagen proyectada.
Fotos: Enrique Pérez.
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